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El sonido del monitor lo está matando, ya había pasado un día entero y Samantha no despertaba, llevaba bastante tiempo sentado en esa silla.

No había dejado de mover su pierna, la anciedad se hacía presente y aumentaba a cada maldito segundo, Price no lo dejo torturar a esa gente, Laswell le dijo que se quedara en la habitación de la pequeña mientras está se recuperaba, quería irse y matar a golpes al que se atrevió a tocar a su hija, quería irse y que Samantha no viera su rostro.

Cómo está la situación que ni la escritora sabe cómo expresar sus sentimientos.

El sonido de la puerta abrirse llamo su atención y volteo, por ella entro su amigo escoses con ropa de civil, al contrario de el que aún tenía su uniforme y equipo.

En silencio el más bajo se sentó en el sillón aun lado de la cama observando el rostro sereno de la menor.

— tres costillas rotas, junto con la clavícula, tenía uno de sus tobillos semi-dislocado, moretones por todo el cuerpo, heridas, sus labios rotos, y una herida en la cabeza —empezo a enumerar y a decir las heridas que los doctores les habían dicho— y una avertura en su pierna mal hecha y mal saturada, junto con una herida de bala —esta sorprendido y a la vez aterrado por como la pequeña vivió todo eso— para su corta edad tubo la valentía de enfrentarse a esos hombres y sobrevivir —.

El de máscara se quedó callado aún observado al pequeño cuerpo inerte en esa cama, cualquier niño de su edad habría muerto, pero ella se aferró a la vida.

— Es tu hija sin duda alguna —su hija, cuando la secuestraron un terror se apoderó de el, cuando creía que estaba solo en el mundo, esa pequeña llegó sin previo aviso a iluminar su vida— Despertara —.

— Eso espero —su mano callosa tomo la delicada y fina mano de la menor—.

(...)

Los días pasaron y Samantha no daba señales de despertar, eso lo estresaba más, se sumaba al estrés de los entrenamientos, misiones, etc.

— Otro oso —la enfermera que le tocaba cuidar a la pequeña se sorprendió al ver entrar a Price con un oso del tamaño de la puerta— señor creo que ya no cabe —.

— tonterias, todo bien acomodado cabe —sin mucho esfuerzo puso el oso en medio de otros tanto regalos— ve? —.

La enfermera se dio por vencida y salió de la habitación no sin antes de decirle a Jhon que no hiciera mucho ruido.

— Pequeña Sami —miro a la menor durmiendo y con delicadeza empezó a acariciar sus cabellos— si ubieras sabido que esto pasaría....no le hubiera recriminado a tu padre de que te abandonará en el orfanato —el hubiera no existe Price— pero a la vez me preguntó, si te hubiera dejado en ese lugar y esa gente hubiera ido por ti, correrías con la misma suerte? —obviamente no recibió respuesta, eso lo ponía triste— en estos momentos tu padre anda en una misión al norte de Alemania, luchando para mantenerse vivo y volver a tu lado......está desesperado por qué aún no despiertas, además, el desea mucho que sea lo primero que veas —la arropó un poco— por favor despierta —dejo un suave beso en su frente antes de volver a su trabajo, no podían estar mucho tiempo en el hospital por esas razones, pero en ratos, el equipo 141, junto con otros iba a visitarla, hay veces que Alejandro y Rodolfo mandan juguetes tradicionales de México para ella—.

(...)

Se cumplía ya una semana desde ese atentado, Simon avía vuelto con pequeñas heridas, pero aún así, eso no le impidió ir a ver a la rubia. Aún que tubo unas pequeñas complicaciones con el personal que no lo dejaba entrar por el estado en qué venía, pues tu tampoco te pongas mamón Simon, lleno de tierra y sangre obvio no te iban a dejar pasar.

Pero después de que lo curarán y le dieran algo de ropa limpia (no pregunten de si de la sacaron) por fin pudo ver a su nena.

— .... —la espera lo estaba consumiendo por dentro, dios, si de por su ya estaba loco con esto estaría aún más loco que antes— Samantha por favor despierta —todos sabemos que Ghost no es bueno expresando sus sentimientos y mucho menos con las palabras, pero....un paste siembre hace todo por su hija— Sami...yo....no se que pensé al dejarte en ese orfanato, tal vez, el hecho de que estarías más segura ahi que a mi lado...pero...con lo que pasó no se so fue la mejor decisión, si no me enteraba en estos momentos tu... —trago saliva para evitar decir algo— sentí un miedo irracional al saber que tenía una hija y podía perderla por mi trabajo, y ahora no se ni a qué dios le rezo para que despiertes —tomo su pequeña mano apretándola— eres lo único que me queda en el mundo.....por favor despierta —.

Levantó su máscara para dejar un suave beso en la mano de Sami y después acunarla entre sus grandes manos, no estaba seguro si quería llorar o sudar por los ojos, solo quería a su pequeña a su lado, se había acostumbrado a la presencia revoltosa de la menor, despertando lo con un golpe, aferrándose a sus piernas para que la llevara a algún lado o el simple hecho que le ayudaba con los entrenamientos, la necesitaba en su vida como ella a el.

— Por favor cariño....despierta —cerro los ojos esperando que sus palabras fueras escuchadas, y como su de un milagro de tratase sintió como su mano era apretara, rápidamente miro el a su hija y ahí estaba ella, observándolo con sus ojitos verdes, se veía cansados y algo apagados— Samantha —no dudo en abrazarla—

— Papi.... —.

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No sé hacer a un Ghost sentimental y perdón si no me quedo canonico

Pequeña || COD ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora