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Dos días después de que casi acusan a Simon de pedofilo, este empezó a pensar en si tener a la pequeña en la base. Después de un pequeño accidente no vendría mal tal vez buscar una casa donde esté segura.

No.

No tiene pareja y contratar una niñera no es buena idea.

¿Pareja?

Tal vez podía considerar tener una, pero no, no tiene tiempo para esas cosas y ahora menos con Sami ahora. Tallo su rostro con fuerza, ser papá soltero era demasiado.

— Papiiiii —y más con una niña como Samantha de hija— el tío Soap me quitó mi pudín —.

Abrió la puerta del baño y salió mirando a su hija.

— Tiene todo el derecho, te recuerdo que sigues castigada —la verdad batallo para encontrar un castigo para ella, no podía ser un castigo físico de los que está acostumbrado, tampoco podía se demasiado duro, tenía que ser firme y correctivo, y que mejor que quitarle los dulces a un niño, junto con otras cosas que la menor amaba—.

— Pero papiiii —.

— Pero papi nada, usted se lo busco —.

— mimimimi —contesto la menor y salió corriendo— le diré al abuelo! —.

Dios dale paciencia por qué si le das fuerza la mata.

(...)

Solo vio como el pequeño cuerpo de Samantha azotaba de manera brutal contra una pared de lámina ocasionando un fuerte estruendo.

— No llores Samantha, no te atrevas a llorar —regaño a la menor cuando vio sus ojitos cristalizarse—.

— Pero papi... —.

— Papi nada señorita, yo a usted le dije que no era buena idea usar una cuerda como resortera y lanzarte de ella en tu bicicleta —la menor hizo un puchero ante ese regaño— no me hiciste caso y ahora enfrenta las consecuencias —.

La tomo con mucha facilidad como saco de papas para llevarla a la enfermería por si las dudas, era estricto pero a la ves se preocupaba por ella como cualquier otro padre.

Dios si le hubieran dicho que ser padre soltero era difícil, se hubiera hecho la vasectomía hace muchoooooo tiempo.

(...)

— ¿¡¿¡Es enserio!?! —exclamo casi enojado al ver cómo Kögin y Samantha volvían llenos de lodo— Kögin te pedí que la cuidarás —llevo dos de sus dedos presionado el puente de su nariz —.

— Y....y lo hice t-teniente —.

— Si, pero que se mantuviera limpia! —señala a la menor que corre tras Gaz cómo si fuera un monstruo de lodo—.

— Lo lamento teniente —el de máscara respiro profundo para tranquilizarse—.

— Está bien, la próxima no la dejes jugar con lodo —se dio la vuelta y se retiró tomando a la pequeña en brazos para darle un baño, un muy profundo baño por qué juraba que la niña tenía lodo asta en la nariz—.

(...)

Gritos.

Fue lo primero que lo despertó alarmado y se alarmo más al no ver a su pequeña a su lado, así que casi en boxers salió corriendo de su habitación para ir a buscar a la pequeña y cuál fue su sorpresa al verla sentada, tranquila, actuando como señorita de la alta sociedad tomando el.

Con una bola de pelados militares con cara de locos desquiciados vestidos de princesas tomando el te con ella.

— Buenos días teniente —saludo uno de los nuevos reclutas alzando la taza de plástico barato posiblemente vacía o con agua simplemente— ¿gusta una taza de te? —se puso confianzudo de repente, pero se le bajó de golpe al ver la mirada del hombre—.

— Samantha —.

— Hola papi! Mira! El tio Soap me compro un juego de te! —.

La pequeña con vestido de Aurora....o eso era lo que parecía ser, se levantó y corrió asta su padre para darle un abrazo.

— ¿Quieres jugar con nosotros? —.

— Después nena —acaricio sus cabellos rubios con suavidad pero su mirada era fría hacia el grupo de hombres—.

— Tienen tres segundos para ir al campo de entrenamiento y llevan dos —eso alarmo a todos los militares frente a ellos que corrieron despavoridos en varias direcciones—.

— Papi! Ellos estaban jugando conmigo —.

— Lo se pequeña, pero ellos al igual que tú, deben cumplir con sus responsabilidades y eso me recuerda que le prometiste al capitán ayudarlo  a limpiar—.

La menor solo hizo una cara de aburriendo.

(...)

Ya está! Se le va a salir el corazón ahora sí!

—¡¡¡Samantha Riley!!! —con autoridad en su grito llamo la atención de la menor— ¡¡baja de ese puto tanque ahora!! —.

— ¡¡¡NO!!! —.

— Samantha! —se enojo por esa contestación pero solo hizo que la menor me encerrara dentro del acorazado— Estoy viejo para esto —empezo a subir por uno de los costados del tanque asta llegar asta arriba y abrir la compuerta— ven acá niña —se estiro tomando la del brazo—.

— No! Déjame —empezo a patalear e intentar zafarse del agarre de su padre— me lastimas! —el agarre en sus muñecas se hizo más fuerte, después desapareció y apareció en su cintura— bajarme! —.

El de máscara ignoro los gritos y golpes contantes por parte de la pequeña, todo el camino asta llegar a su habitación donde la bajo.

— basta! —le dejo en la puerta— ya estoy arto de tus malditas travesura —miro a la pequeña con unos fríos y llenos de enojo— durante toda esta maldita semana no as hecho otra cosa que no sea amargarme la maldita vida con tus acciones —.

Se llevó las manos al rostro con frustración, toda la maldita semana la menor se encargo de voltear la base de cabeza, desde echar picante en la comida, asta subirse a un tanque y manejar con el.

— No se que hice para merecer tu pinche comportamiento —.

— Perdón papi... —y eso lo hizo enojar más—.

— Y todavía tienes el puto descaro de pedir perdón —elevo más la voz— si me hubieran dicho que iba a tener una hija como tú le ubieras dicho a tu madre que abortara, ahora entiendo por qué ella te odiaba; eres caprichosa, terca, malcriada y odiosa —el soldado no estaba poniéndole atención a sus palabras— dios, ahora me estoy cuestionando si fue buena idea traerte a la base! Yo tenía razón este lugar no es para niños y Price solo me hace cumplir con mi puta obligación como padre.... desearía no ser tu padre y que nunca ubieras venido a ese mundo —entro a su habitación cerrando la puerta en la cara a la niña— .... —.

Afuera, una pequeña de ojos verdes está en shock, sus ojos se llenaban de lágrimas y su cabeza un caos.

— p-papi me odia... —.
 

Pequeña || COD ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora