Capítulo 4

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1:51 am.
 
La bebé dormía en su cuna de costado con el apoyo de una almohadita tras su espalda, estaba quietecita y con la respiración suave, arropada con la frazada rosada de un bordado de patito y un conejo: unos detalles infantiles que Chanyeol había decidido hacerlo hace unos meses atrás.
 
Una nueva madrugada del presente otoño en la ciudad se hacía cada vez más fresco por las noches, con esos vientos bruscos y lluvias que se presentaban; siendo una previa señal que el próximo mes estaría llegando el invierno.
 
La estación que a Chanyeol no le agradaba del todo.
 
Después de observar a Chaerin por un momento, Chanyeol estaba arropado con una manta sobre sus hombros también, con la diferencia que no permanecía plácidamente en su cama. Desde hace unos minutos permaneció sentado en el sofá de la sala, viendo un punto invisible mientras el televisor se encontraba en infomerciales por el corte de transmisión del día.
 
Aunque quedarse así no era a menudo, a menos que caiga rendido un poquito antes de las tres, cuatro o cinco de la mañana —cuando Chaerin demanda con su llanto por hambre—, tampoco era la primera vez que se quedaba en trance. Si bien durmió tres horas antes, ya que acostumbra dormir un poco temprano luego de la cena, en esta ocasión, Chanyeol está seguro que se despertó sonámbulo por cuarta vez en la semana debido a la feromona de Jongin.
 
Se había acercado al cuarto sin desearlo realmente, y cuando se dió cuenta la primera vez, se preguntó qué estaba haciendo ahí en la cama ajena sin motivo alguno.
 
El aroma que quedó impregnado en el cubrecamas y en el par de prendas que le dejó para que los usara pero no lo hizo, era leve a comparación de los primeros días desde que el Alfa se fue. Aún así, esa suave fragancia que todavía persiste, le hicieron cosquillas en la nariz volviéndolo a la realidad y se despertó.
 
Tomando consciencia de lo ocurrido, le asustó la idea de tener una doble personalidad y que esta estuviese haciendo burradas, además, que él recuerde no solía ser sonámbulo, ni siquiera cuando era pequeño. Pero viendo y considerando lo que ha ocurrido en estas últimas noches, quizá era un notable rasgo de su lado Omega, que pretendía querer estar cerca de lo que fuera del individuo a quien consideraba ‘su compañero’.
 
Por ello, suspiró cerrando los ojos, cubriéndose el rostro con las manos.
 
Chanyeol sabe que su Celo está próximo acercarse, y desearía no pasar penurias. Pero es lógico que sería imposible que un deseo como ese, se cumpliera fácilmente sin presión. A su pensar, el ciclo de calor es un hecho abominable pese a que las feromonas de Jongin sean efectivas y refrescantes, generándole alivio, no obstante, es de riesgo tenerlas cerca...
 
Su último ciclo de calor fue difícil sobrellevar la cordura para ambos, porque la imposición de Chanyeol y la voluntad de Jongin, pelearon con perseverancia para no unir sus cuerpos, y por suerte, tal como lo quiso el Omega en sus cinco sentidos; se llevó a cabo el pedido desde un principio.
 
No influenciarse físicamente.
 
Para otros, esto habría sido calificado como una tortura suicida. Nadie así nomás se apuntaba a por ello cuando se trataba del Celo y más si se tenía en especial 'una pareja', y, sobretodo, si estaban unidos por 'la impronta'.
 
-Jongin-
[Hola. ¿Cómo va todo por ahí?~] 5:24 pm.
 
 [Espero que Chaerin no te haya dado muchos problemas… y se hayan alimentado bien] 5:26 pm.
 
[A más tardar, el miércoles por la tarde estaré llegando a Seúl…] 5:26 pm.
 
[Mañana te estaré haciendo video llamada. Por favor, contesta. Quisiera ver a Chaerin por unos minutos] 5:30 pm.
 
[Yeol. Cuídate, nos vemos] 5:32 pm.
 
Hoy, el Alfa le envió un par de mensajes en la tarde, pero Chanyeol no le contestó hasta recién en la noche, antes de cenar. Adjuntó una foto de Chaerin con una sonaja en la manito y le dió el 'Ok' que esperaría su llamada.
 
Se ve que luego de días de duro trabajo, Jongin se liberó para dar señales para avisar de su anticipada llamada. La primera anterior que hizo la semana pasada, Chanyeol no le contestó por ignorante y ajeno al aparato, y, no más cuando vio el mensaje de 'llamada perdida', lo dejó pasar para distraerse en otra cosa.
 
Su actuar con Jongin puede ser muy cruel desde el punto de vista de otros, incluyendo el de su madre, y sus suegros, que estaban más o menos al tanto de la situación que llevaba con su hijo: sabiendo sus razones claras y exigentes del por qué no se casaron, y mucho menos vivían juntos.
 
Pero aunque algunos en la familia de Jongin dijeran cosas a sus espaldas —porque a pesar que sus suegros eran buenos y hacían la diferencia, a los demás de no se los tragaba ni con soju, salvo a la hermana mayor de Jongin—, a él no le importaba la opinión ajena hacia su imagen de "Omega con problemas". Contaba con el apoyo y respeto de Jongin, y bastaba suficiente para que ambos estuvieran de acuerdo con esta clase de cercanía a distancia.
 
La convivencia era un reto para cualquiera que se disponga a compartir espacio y refugio, pues, luego del nacimiento de Chaerin, Chanyeol obtuvo el cambio drástico y no lo soportó por su depresión postparto. Así que en medio del lío emocional, simplemente no quiso ni el tacto, ni la cercanía de Jongin. Y en otras palabras, lo rechazó y se distanció deseando estar apegado a Chaerin como cuando la tenía en su vientre junto a su otra mitad…
 
Un sollozo dejo salir de repente, y las lágrimas cayeron por el borde de sus ojos, con el nudo en la garganta que hacía sentir el peso de su realidad. No cabe dudas que su corazón aún duele, y Cheolwoo el otro día supo verlo… Con los codos sobre las rodillas, se cubrió de nuevo el rostro con las manos, y suspiró tembloroso entre los dientes.
 
Chanyeol es consciente que todo continúa su curso, pero seguir adelante es un duro proceso que a veces la cabeza se lo impide para recordarle la falta de esa pieza del rompecabezas, y que sin ella, llega a creer que no valió mucho la pena arriesgarse a llevar un embarazo para hacer a un lado sus sueños que quedaron en hiatus a pesar de tener a Chaerin.
 
“El bonito y adorable globo que sostiene en su mano para no dejarlo flotar en el aire” 
 
A pesar que su tristeza estaba tratada con un especialista, era un poco martirizante el pensamiento a esas alturas, pero actualmente, las pastillas disminuyeron a comparación de los dos primeros meses luego del alta del hospital. Y sirvieron de mucho para manejarse de a poco a sí mismo. Todavía recuerda que esos días fueron complicados, porque tal es así que se desvelaba con tal de verificar que a Chaerin no le ocurriera nada, durmiendo de a pocas en el día, manteniéndola en sus brazos con algún que hacer, ya que tampoco quería que Jongin la tocara ni la viera. Además, solía tener ataques de angustia desconsolados, aprisionando su pecho hasta hacerlo desmayar, y cuando despertaba, Jongin ya había hecho su trabajo: dejarlo en la cama con una ligera cantidad de sus feromonas para relajarlo, con suerte, porque debido al rechazo, él solía vomitar al sentir su aroma.
 
Llorar no es algo del que no esté acostumbrado. Por un lado lo siente mal pero por otro, deja que fluya porque no quiere mantenerlo consigo. Libera ese pesar momentáneo y se alivia. Y tal como le dijo el especialista, está bien llorar porque saca toda emoción colosal acumulada en su interior; que si haría lo contrario, explotaría y podría perder la razón.
 
Y eso, él no quiere.
 
Chaerin lo necesita y es consciente que llevar un duelo siempre será un proceso lento y tortuoso.
 
Con un respiro cansado, se limpió los ojos y en automático masajeó su cuello, cambiando de repente la expresión en su rostro. Había como un hormigueo. Sintió con la yema de los dedos la sutil diferencia en su piel sobre 'la marca', y por muy extraño que le parezca, ese hormigueo no picaba, ni dolía, solo se mantenía ahí como un transmisor que le había dicho que ‘ya está, ya pasó’.
 
Si alguien lo viera diría que quedó como una estatua viendo el punto invisible. O, como un reverendo loco.
 
¡Brrr! ¡Brrr!
 
Sin embargo, sobre la mesa de café, el vibrar del celular con la pantalla encendida, deshizo su gesto y pasó a tomarlo para ver de quien se trataba.
 
Jongin.
 
Bien. No era la primera vez que coincidía, por lo que no contestó. Pero esperó a ver si llamaba nuevamente, y tal como lo supuso, tuvo que contestar con pereza.
 
—Hola…
 
Con la voz ronca y congestionada por el llanto.
 
“Hola. ¿Dormías?”
 
—...No. Veía televisión.
 
Chanyeol carraspeó un poco.
 
“Ah…”
 
La voz de Jongin se notó aliviada con ese corto sonido aireado, soltando un suspiro tembloroso.
 
“Humm… Debes descansar… No te desveles demasiado”.
 
—Dormí un poco antes, así que no tengo sueño… Rendiré como de costumbre, y…esperaré a que Chaerin despierte.
 
“Hmm, bien… De acuerdo…” tomó una deliberante pausa y continuó “Sabes que quiero que estés bien…”
 
Chanyeol no le respondió, porque era algo obvio quizás.
 
“Es lo que más deseo… Porque te amo y no me cansaré de decírtelo”
 
—… Lo sé. ¿No deberías estar descansando? Seguro has tenido muchísimo trabajo.
 
No debió pero aun así rompió el ambiente con esas palabras.
 
“Si, si…” afirmó quizá con un deje de abatimiento, pero Chanyeol optó por no dejarse llevar por eso. “Es solo que… me inquieté un poco y quería saber de ti”
 
El corazón de Chanyeol se removió, efectuando un escalofrío en la nuca, y tragó saliva.
 
—Pues… no ocurrió nada inusual… Llama más tarde, cuando Chaerin esté despierta.
 
“Bien…”
 
La comunicación no se terminó ahí y se mantuvieron en silencio por unos segundos. Hasta que Chanyeol cortó y dejó el aparato en la mesa.
 
Escuchar su voz se sentía como en otras oportunidades, cuando Jongin le decía tras su oreja que lo amaba y estaría con él, brindándole un casto beso sonoro en la mejilla, o en medio de una cama, abrazados o sentados entre sábanas y calor. Y eso, a cierto grado le afectaba de sobremanera para ponerlo ‘contra la espada y la pared’. Y que osadía la de su lado Omega de ponerlo en esa encrucijada por el solo hecho de tener a su Alfa.
 
Se incorporó del sofá apagando el televisor y se fue a la cama, se cubrió con las mantas hasta la punta de la nariz, viendo de reojo a Chaerin dormir entre los barrotes de la cuna, y se dispuso a esperar a que llegue el sueño, lo cual, no tardó en presentarse.
 
Pero menos de tres horas después, la pequeña se despertó y Chanyeol tuvo que atenderla para darle de comer con toda la pereza encima.
 
—¿Por qué a tu estómago le da siempre hambre a esta hora?
 
Terminó por interrogar cuando Chaerin ya tenía el biberón en su boquita, con los ojitos redondos bien abiertos, pestañeando. Aun así, Chanyeol le dió un besito en su frente, percibiendo ese mágico aroma que hacía desaparecer cualquier corrosivo pesar en su corazón.

Frecuencia Del Destino © || KaiYeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora