Capítulo 10 ²

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“Pétalo de jazmín” (+18)

No fue hasta entonces que Chanyeol sintió el cuerpo ajeno, arrinconarlo contra la pared, quitándole un gemido bajo de repente por el choque precipitado, con los brazos del Alfa rodeando firmemente su cintura.
 
Jongin lo besó, cubriendo su boca con la suya, y causando que los sentidos de Chanyeol se multipliquen y las feromonas se expulsen como remolinos de vapor en el ambiente. Ambos respiraron pesado en medio del beso cálido, profundo y ambicioso.
 
—Haa~
 
Los labios de Jongin le permitieron moverse para que siguiera el ritmo con esa bocanada, rozando las lenguas con bastante ahínco, deseosos, en el impetuoso vaivén al cambiar la posición de sus cabezas, y volver a unirse. El movimiento era lascivo y ligeramente desordenado, dejando ver el hecho de querer más y más, y seguir absorbiendo la saliva que compartían como un manjar dulce y caimoso a la vez.
 
—Mmh…
 
Desde el fondo de su garganta, Chanyeol soltó un bajito sonido ronco de gusto y tragó con la respiración agitada tras despegarse otro poquito. Por su parte, con la otra mano, Jongin delineó su mejilla hasta llegar a acariciar su cabeza, entrelazando las hebras de su cabello azabache en los dedos, y proseguir a profundizar en medio de un mordisco suave en el labio inferior de Chanyeol, quitándole un corto gemido casi inaudible, separándose otra vez.
 
Chanyeol respiró tembloroso, y apegó su frente con la de Jongin. Y el Alfa al comprender sin necesidad de palabras por las bocanadas que dió el Omega, a la par que él, le brindó un cálido beso corto en los labios, luego en su mejilla, seguido de otro sonoro por su cuello, y otro más con la suave lamida inesperada.
 
—¡Haah…!
 
Suspiró Chanyeol a boca abierta con ojos cerrados, al mismo tiempo que Jongin inhaló en su cuello, profundo, absorbiendo la esencia de la feromona liberándose con más intensidad. Por ello, Jongin volvió a besar su cuello del otro lado, hasta llegar al lóbulo de su oreja, seguido de besarle por su mejilla y respirar fuerte otra vez, deleitando la fragancia de la feromona a jazmín con un aparente rocío incomparable de primavera.
 
Chanyeol olía tan bien… Que era imposible no inhalar como un gran consumidor.
 
Con las respiraciones agitadas, inhalaciones fuertes, rozando sus frentes y narices, y con atisbo de querer besarse nuevamente, ellos se mantuvieron así por un breve minuto, mientras Jongin sostuvo el rostro de Chanyeol, acunándolo para verse a los ojos.
 
—…No debería haberlo hecho.
 
Le confesó Jongin, en un volumen tan bajo y ronco, que a oídos de Chanyeol sonó como un craqueo de seducción; provocándole un cosquilleo en su sensor auditivo, haciéndole sonreír, risueño. Como si hubiese escuchado un lindo tintineo pero promiscuo secreto.
 
—No podía seguir fingiendo contigo —continuó Jongin—, sin que me dijeras una palabra cuando solo… te dedicabas a mirarme, y me llamabas silenciosamente con tu aroma, jovencito.
 
El Alfa plantó otro beso húmedo y sonoro en su boca. Y Chanyeol correspondió, moviendo sus labios con caricias de lenguas; lamiéndose entre sí. Saboreó la saliva de Jongin percibiendo un dulce más concentrado con ese caimoso extraño e indefinido con una…pizca cercana al alcohol.
 
Pareciendo embriagarlo.
 
Cuando decidió separarse otra vez de su boca, respiró fuerte. Chanyeol parpadeó, y si bien su vista estaba un poco nubosa, notó el repentino e inesperado contraste que había en los ojos de Jongin.
 
Chanyeol se vió tonto y extrañamente fascinado por esos ojos.
 
Tumb.
 
Su corazón latió tan fuerte y acelerado. Al ver los ojos de Jongin, que hace un minuto atrás no estaban en ese rojo rubí, le provocó un estremecimiento en su columna explotando en todo su cuerpo, ejecutando la palpitación en la zona baja que le hizo gemir bajo y suspirado. Impactado.
 
¡¿Qué es esto?!
 
Chanyeol nunca había visto en otra persona de cerca ese bonito color y que le produjera esta sensación, como si demostrara una imperiosa faceta del rasgo Alfa. Y era la primera vez que hacía foco en ello como para obtener este tipo de reacción en su cuerpo. Había escuchado que el cambio de tono en los ojos de Alfas Dominantes se daba por la mutación en el gen dominante que poseían, siendo un hecho incomparable y no visto en otros individuos. Así que presenciar algo como esto por primera vez, le tomó por completo de sorpresa, mitad temeroso pero absurdamente encantado.
 
Con una mano acercando al rostro de Jongin, Chanyeol delineó con sus dedos los párpados de este con delicadeza.
 
Se veían tan bonitos.
 
El semblante de Chanyeol pasó de aturdido, a uno embelesado, logrando que Jongin le sonriera gentil, viéndolo un momento.
 
—¿Qué pasa?
 
—Yo… no sé…—respondió Chanyeol, atontado pero feliz—. Envidio tus ojos…
 
Tras darse cuenta de la razón, Jongin rió ronco entre dientes, haciendo vibrar su pecho, mostrando una sonrisa amplia, concisa, pero definitivamente, coqueta. Entretenido por la repentina confesión.
 
—¿De verdad? —vaciló, agarrando la mano de Chanyeol y la besó, acariciándola con el pulgar.
 
—Parecen rubíes… 
 
—Wow~ Nadie me había dicho eso.
 
Comentó Jongin sin quitar la sonrisa de encima, muy sinuosa, mirándolo con curiosidad y diversión.
 
—¿En serio? —indagó Chanyeol, mostrándose ingenuo.
 
—Si, en serio.
 
El Alfa respondió bajito, diciendo la verdad en medio de esa diversión. Dentro de todo, se conmovió al ver el brillo dilatado en los ojos de Chanyeol. Lo hacían ver tierno, como si fuese un cachorro grande, sin quitar la mano que sostenía al costado de su mejilla.
 
—Nadie.
 
Con la última palabra, Jongin prosiguió a besarlo otra vez, y esta vez hundió su lengua en la boca de Chanyeol. Quien correspondió en automático, sintiendo como los dedos de Jongin se filtraron por debajo de su camisa, sobre la piel caliente de su cintura; estremeciéndose; disparando el cosquilleo atronador en su sistema, agarrándose de los hombros de Jongin con fuerza. Se giraron con unos pasos hacia atrás, y cayeron ambos en la cama.
 
'¡Sssuaaaaah!~'
 
La feromona de Chanyeol se desplazó tornándose espesa y envolvente, dilatando los sentidos del Alfa como una corriente demandante de estímulo para hacer sentir bien al Omega. Como una orden.
 
Y ahora, ambicioso por satisfacerlo.
 
Jongin se separó de su boca con un respiro y le quitó la prenda superior, comenzando por su saco y luego desprender botón por botón de su camisa. Chanyeol se dejó hacer, recibiendo a continuación, besos en su cuello y ligeras lamidas de un lado al otro, estremeciéndose. Después, una mano se aventuró acariciar en su muslo sobre la tela del pantalón, mientras Jongin siguió besándolo hasta volver a deleitar su piel, lamiendo parte de sus clavículas, y en sus hombros, dejando pequeños rastro de saliva en cada esquina, y sutiles amagues de mordisquearlo, hasta bajar de a poco y succionar uno de sus pequeños pezones.
 
—¡Hah! ¡Cielos…!
 
Lo cual, tomó muy desprevenido a Chanyeol, robándole un gemido asustado pero extrañamente complacido; cuando sintió otra continua succión y caricia de lengua alrededor de la zona, e intentó contener el gemido, apretando los labios.
 
A pesar de sentir esa lengua caliente, cariñosa y demandante, con las manos en la cabeza de Jongin, acarició los cabellos de este, deseando alejarlo pero a la vez volviéndose loco, deseando sentirlo más.
 
El ruidito de succión torpe se escuchó una y otra vez tras alejar la boca, quitándole otro gemido aparentemente lastimero a Chanyeol, cuando sin más; Jongin pasó a comer el otro pezón con bastante hambre entre respiros pesado, haciéndole temblar a como dé lugar.
 
—¡Ah, rayos…!
 
El Omega se retorció, haciendo la cabeza hacia atrás, tironeando esta vez de las hebras de Jongin, quien por sentir el agarre tembloroso y tirante, gimió bajo por el dolor, succionando con más fuerza la pequeña aureola; estirándolo con los bordes de sus dientes y labios como devolución de gesto, soltándolo con saña.
 
—¡Ay…!
 
Jongin lo miró un instante, relamiéndose, con esos ojos tornados en rojo rubí, viendo cómo Chanyeol se encontraba suspirando tembloroso y con los ojos acuosos, las mejillas ruborizadas y los rizos oscuros desparramados sobre la cama; con la frente transpirada y aparentemente aliviado tras “dejarlo en paz”.
 
—…Si hago esto contigo no hay vuelta atrás, ¿me oyes?
 
Era una advertencia con peso en la voz ronca y lineal de Jongin, que a pesar de rozar los dedos con suavidad sobre la mejilla de Chanyeol, como un gesto de cariño, delicado, apreció en el momentáneo silencio la mirada de Chanyeol, quien parpadeaba con el brillo magnífico en los ojos, y que luego, los cerró para volver a abrirlos, con un asentimiento en respuesta…
 
‘Ssssaaaaaaaajhhh’
 
Soltando feromonas con más densidad y espesor, tomando de sorpresa a Jongin, y dando a conocer ‘la feromona sexual’.
 
—Oh, mierda…
 
Gruñó Jongin por lo bajo, cerrando esta vez los ojos, tragando saliva, sediento.
 
Con otro rápido movimiento, buscó preservativos entre sus cosas, y prosiguió a quitarle el pantalón y el bóxer a Chanyeol, quien a su vez de sentirse tímido pero cooperador, su cuerpo hormigueaba, deseando ser tocado, cubierto, porque con el calor encima, cosquilleó peor en esa zona de allí abajo; latente en su pene y en su agujero mojado que manchó vergonzosamente la sabana.
 
Arrodillándose en la cama, Jongin continuó echando un vistazo a su cuerpo, distinguiendo un abdomen plano, definido, por la línea media que dirigía hacia su ombligo y más abajo a su pubis con ligero vellos, no obstante, unos muy pequeños lunares en su cadera y costillas llamaron su atención; resaltaban en la piel clara y un tanto rojiza por los rastros de besos que dejó en su cuello, pecho y pezones. Además, el borde de un lindo pene erecto mostrándose con el rastro húmedo en su abdomen, que subía y bajaba por la excitación… Era toda una linda vista.
 
Jongin separó las largas piernas de Chanyeol a cada lado, flexionando sus rodillas para mejor alcance, y entonces, vió ese agujero a la espera de ser atendido, contrayéndose y abriéndose.
 
Chanyeol, con los brazos a los lados, aferrando sus manos a la almohada, quería que Jongin hiciera algo ya, no que lo siguiera inspeccionándolo como si... ¿Un doctor estuviera a punto de revisar su estado para un proceso de estudios de próstata? Porque quizá el Alfa estaba dudando si hacer esto o no con él, cuando un semblante estoico permaneció en su cara. Y porque quizá, también, ser un Omega masculino no podría ser del todo su preferencia…
 
Pero cuando lo pensó, Jongin insertó el inesperado dedo medio en su zona húmeda y apretada, quitándole un bajo gemido al generarle un punzante cosquilleo, debiendo que soportar para no echarse a gemir en absurda desesperación por la constante caricia que comenzó dentro, sumado al toque en su pene con la otra mano, masturbándolo.
 
¡Oh, diablos!
 
Se retorció con el movimiento constante de arriba abajo en su pene, y de adentro hacia afuera en su interior. Ahí tomó en cuenta que era la primera vez que un hombre, que no fuera él mismo, tocaba allí.
 
Su boca se abría y cerraba cuantas veces le eran posibles, sin soltar más que respiros pesados, a medias. Y a medida que Jongin continuó masajeando su pene e insertando otro dedo con un poquito más de profundidad, se escuchó ese sonido húmedo con cada aumento de los nudillos y el estímulo en su tronco…
 
Dios. Parecía querer desfallecer con tanto cosquilleo.
 
—…¿Habías estado así con alguien antes? 
 
Jongin nuevamente habló con una voz pastosa y profunda, curioso. Chanyeol, por su parte, intentó soportar la estimulación y negó con la cabeza.
 
—N-no de este modo…
 
Alcanzó a decir en un inevitable sollozó, mordiéndose los labios, y esquivó la mirada aferrándose a la almohada.
 
—Hm…¿De qué otro modo entonces?
 
No pensaba decírselo.
 
Fue en su momento Beta adolescente, con una linda chica, lo cual, el rol que estaba teniendo Jongin, él lo había tenido hace un par de años atrás cuando se aventuró a tener sus primeros encuentros sexuales con su primera novia.
 
No sería lindo escuchar que él, un Beta común y corriente, de la noche a la mañana se manifestó tardía y vergonzosamente como un Omega.
 
Su situación ahora era otra y su cuerpo quería más que sentir ese toque de dedos pretenciosos que le provocaron más calentura insoportable; sumado el grosor en su miembro que parecía llenarse más y más; queriendo explotar en cualquier momento. Todo era un constante calor recorriendo su cuerpo, con cada "golpe" y velocidad que Jongin impuso a dar en ambas zonas, produciéndole más lubricación natural en él.
 
Deseando, necesitando algo más grande y con longitud en su agujero para liberarse.
 
Se estaba volviendo loco. Perdiéndose por desear a gran escala algo así. Pero 'ese lado' le repitió que no estaba con cualquier hombre, sino el hombre que llamó su atención hace tiempo, y ahora, no llevaba mucho de tocar las partes de su cuerpo como nadie lo había hecho.
 
—¿No responderás…?
 
La pregunta sonó con un trasfondo demandante, quizás. Sin embargo, Chanyeol no le dio lugar a eso, pese a que lo notó con un tinte seductivo, él prefirió mirarlo a que contestarle, en silencio, mientras soportaba la estimulación de esas manos.
 
—Está bien… —susurró Jongin, aparentemente comprensivo, sonriendo esta vez—. No te obligaré a que me lo digas... Solo era para tenerlo en cuenta.
 
Con la voz suave, prosiguió a quitar los dedos en el interior de Chanyeol, y de repente, este gimió apretando los dientes, soltando un primer orgasmo inesperado que le hizo temblar.
 
—¡Hihg…! Ah…
 
Jongin lo vió con el sollozo encima; un poquito sorprendido, masajeando con su pulgar el borde del pene que había dejado el rastro de semen sobre el abdomen, mirándolo con detenimiento.
 
Indescifrable a vista de Chanyeol.
 
Entonces, el Alfa, con la vista concentrada, decidió acercarse al centro de su abdomen para lamer lo que quedó allí.
 
Al ver eso con ojos acuosos, aún sin mucho reponerse, Chanyeol gimió lastimero, contraído y tembloroso, cerrando los ojos.
 
¡No esperaba que Jongin hiciera eso! ¿Comerse su fluido entre largas lamidas? ¿De verdad?
 
Detente.
 
Por favor.
 
Pero pedírselo no valdría la pena siquiera articularlo, en un hilo de voz, porque en cuanto quedó nada, Jongin bajó un poco más hacia abajo, la zona del pubis, y con la mano en el pene, besó seguidamente hasta el hueso de su cadera. Luego, extendió sus piernas a cada lado nuevamente, para inclinarse y bajar con su lengua hacia el perineo, y más abajo, para darle esta vez una probada a su agujero.
 
—¡Aaagh..!
 
El Omega gritó ronco, aferrando las manos a la almohada, negando con la cabeza tras sentir la lengua introducirse y revolotear ahí, desesperado.
 
—¡Nooo! Basta…
 
Sollozó, estremecido total en un hilo de voz. Porque esto era otro nivel de estimulación y sentía que su corazón iba a explotar de tanto cosquilleo y calor, estremecimiento. Jongin chupaba a la vez que introducía su lengua una y otra vez, escuchando esos sonidos como si se tratara del masticar de una fruta jugosa.
 
—¡Haah…! ¡Ah.! Por favor, no~ Hah..~ N-no est-…
 
Más allá de sentir placer, Chanyeol no vió bonito que alguien —como lo era este hombre— metiera la lengua allí. Es una locura. Quería que se detenga, pero estaba tan a la deriva, sin saber qué hacer o cómo rogarle porque Jongin hacía de oídos sordos.
 
El Alfa se sumergió en la idea de satisfacerlo, estimularlo lo suficiente para prepararlo en lo que se aproximaba. Por lo tanto, en su accionar previo, no solo degustó el jugo de jazmín que brotó desde ahí con más densidad y olor. Se aseguró de abrirlo al hundir su lengua, follarlo con ella y succionar el borde de su carne para que cuando lo reciba, lo tome bien.
 
—¡Aaah…! Hah~
 
El estremecimiento le provocó un segundo orgasmo a Chanyeol, mojándose su pecho y abdomen, haciéndole sollozar y echarse a llorar, entre gemidos ahogados y jadeos por el continuo movimiento de lengua.
 
—Hahg… ¡Ah!~
 
Un tanto asustado de lo bueno e impresionante que era sentir todo esto, Chanyeol se vió contradictorio, angustiado y descomunal a la vez, porque quería que parara pero anhelaba que lo comiera entero. Que hiciera un desastre con él, porque este calor parecía que no tendría fin; mierda. Estaba demente y a la vez, asustado.
 
Su cabeza empezó a palpitar otra vez, y el sudor era palpable en su piel. No podía hacer más que aferrarse a lo último que le quedaba de cordura porque sintió que se iba a correr vergonzosamente otra vez. En los costados de la almohada rasgó un poquito de la tela tras pinchar con sus cortas uñas, entre suspiros entrecortados, con las mejillas ruborizadas y húmedas por las lágrimas, y su cabello pegándose a su frente.
 
Va a morir.
 
Cuando Jongin se alejó con las últimas lamidas y succiones, le devolvió el alivio a Chanyeol; dándole tiempo a que se reponga mientras lo miraba unos segundos, con la boca mojada. El Omega tembló por el rastro de estremecimiento a causa de su nuevo estrepitoso orgasmo en su abdomen, volviéndose su mirada cansina y triste, angustiada, y sollozante. Lo cual, fue una señal para que Jongin despejara la mente de sopetón, e hiciera a un lado todo el entusiasmo que había surgido por querer prepararlo debidamente.

Frecuencia Del Destino © || KaiYeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora