Capítulo 5

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Cuando recobró la conciencia, Chanyeol percibió una fuerte incomodidad en sus extremidades, además de sentir un olor no tan agradable que le hizo fruncir la nariz, soltando un quejido bajo.
 
El dolor corporal sumado a eso, le hizo recordar una experiencia pasada similar, sobre todo, porque sus brazos eran los principales palpitantes.
 
Él parpadeó pesaroso e intentó ubicarse mirando hacia el techo y los alrededores. No tardó en darse cuenta que se encontraba en una habitación de hospital, con una bata cubriendo su cuerpo; una sábana encima; y un suero conectado a su muñeca derecha, bien adherido a su piel. Las marcas de agarres fuertes en el brazo derecho se hicieron notarios demostrando una respuesta al causante del dolor, además de poseer en su brazo izquierdo, un vendaje, y sus manos tenían el rastro de rasguños.
 
Chanyeol se relamió el borde de la boca seca y cerró los ojos por unos segundos, intentando no desesperarse, porque su corazón se hundió al verse en estas condiciones, y le producía más dolor y un enorme vacío. Sus manos temblaron sin poder evitarlo, con el nudo en la garganta.
 
'Le faltaba su niña'
 
Sus lágrimas cayeron por las esquinas de sus ojos al darse cuenta de la ausencia. Por eso, con dificultad y lentitud, Chanyeol trató de incorporarse con el propósito de ir a buscarla cuanto antes. La dejó sola y quién sabe qué podría haberle pasado. Así que hizo lo posible en sentarse; prosiguió a querer sacarse el catéter de la muñeca, y sin embargo…
 
¡Clac!
 
La puerta del cuarto se abrió y una presencia inesperada lo tomó por sorpresa.
 
—¿Qué haces…?
 
Oh.
 
Ahí estaba el hombre que le había dicho que cuidara de su pequeña, y que si ocurría algo, lo llamara. Si, Jongin.
 
—No, no, no, no. Chanyeol…
 
El Alfa caminó rápidamente dejando un vasito sobre la mesa de luz, y evitó que Chanyeol siguiera con la intención de quitarse la vía del suero.
 
—Te vas a lastimar.
 
Con voz firme se lo advirtió a Chanyeol, quien a pesar de sentir una pulsación en su cuerpo por esa voz, hizo lo posible de soltarse de su agarre, moviéndose.
 
—¡Suéltame! ¡Debo ir a ver a Chaerin! ¡La dejé sola..!
 
Por el contrario, su voz sonó ronca y gastada, haciéndoselo saber cómo pudo.
 
—No, no te irás a ningún lado hasta que el doctor lo diga.
 
—¡No tengo por qué escucharte! ¡Déjame en paz…! —intentó zafarse, pero se sentía tan cansado que apenas podía esforzarse para quitarse de encima las manos de Jongin—. ¡Necesito verla…!
 
Chanyeol se echó a llorar en medio de la voz agrietada, quebradiza, al perder fuerza.
 
Y Jongin lamentó verlo así.
 
Después de días sin ver su rostro, el corazón de este Alfa se estrujó cuando llegó a la ciudad y lo encontró en el hospital, tras saber la noticia por parte de su suegra.
 
—Chanyeol, podrás verla cuando estés mejor…
 
Pasó a decir con cuidado y paciencia.
 
—No, no… Quiero ir por ella… la dejé sola~ Por favor, déjame ir… ¡O tráela aquí! La necesito aquí conmigo~
 
Tembloroso, con la angustia carcomiendo, Chanyeol le pidió eso tomándose de las manos, en ruego, implorando.
 
—¡Por favor…!
 
—No, escucha; mírame, mírame…
 
Jongin decidió sostener su rostro, notando ese rastro de cansancio, fatiga en él, sumado a ese desentonado golpe en la comisura de su labio.
 
—No puedo hacer eso. No puedo exponerla en este ambiente… Debe permanecer en casa, ¿si? No te preocupes... No está sola, se encuentra con tu mamá y mis padres. ¿Hmm? No está sola.
 
Con los ojos brillosos, el Omega respiró agitado procesando esa respuesta.
 
—Yo mismo la vi y se encuentra bien… —le dijo en ese tono bajo y gentil, acariciando sus mejillas con los pulgares; quitando el rastro de lágrimas que empapaban su piel—. Por favor, cálmate… Prometo que en cuanto salgamos de aquí, te llevaré con ella, ¿si?
 
Chanyeol respingó otra vez y arrugó su frente, apretando los dientes por la impotencia, sin poder evitar el llanto.
 
—La dejé sola… No fue a propósito… Perdóoon~
 
—Shh, shh~ Tranquilo, ya pasó, ya pasó~ No tienes que disculparte… Ahora ella no lo está y se encuentra bien. Lo importante es que recuperes fuerzas, ¿de acuerdo?
 
El uso suave y cálido del tono que Chanyeol conocía, provocó que suspire. De repente, sin que se lo esperara, recibió un corto y casto beso en su frente. Y luego, en la mejilla derecha y en la izquierda, sintiendo la gélida calidez del aliento de Jongin, efectuando la disminución de la angustia en cuestión de segundos, como si hubiese recibido un calmante de hierbas naturales.
 
—Ella estará bien.
 
Jongin le aseguró dedicándole después, una curvatura de labios, de esas típicas donde sus comisuras alcanzaban para levantar sus pómulos hasta llegar a sus rasgados ojos gentiles. Y como gesto de costumbre, Jongin le corrió un mechón de cabello para afirmarlo al costado de su oreja, provocando 'ese clic' en su sistema.
 
Sintiéndose tímido, bajó la cabeza y tragó saliva. Chanyeol hace meses no se dejaba besar el rostro, la boca o las manos; que sentir los labios de Jongin por esta vez sobre su piel, le provocó un torrente escalofrío retorciendo su interior, como un suave cosquilleo.
 
¡Swaah!
 
Su sistema liberó una pulsión inesperada de feromonas que casi se desconocía a sí mismo. Y Jongin se dió cuenta de esto, parpadeando. Chanyeol no pudo evitar avergonzarse, por ello, murmuró a continuación:
 
—¿De verdad? ¿No me mientes…?
 
Aunque su corazón no estaba del todo aliviado, en medio de la mezcla de la sensación a causa del Alfa, Chanyeol se limpió el borde de los ojos con su mano izquierda, esnifando. Pero se detuvo tras percibir la pizca de la feromona Alfa esparcirse en medio de ambos, junto a la suya, reemplazando la mezcla del desinfectante y alcohol que detestaba en el ambiente cuando se despertó. Suspiró tembloroso y subió la mirada, viendo la notable intensidad en los ojos de Jongin, quien acarició otra vez sus mejillas, reiterando:
 
—Si, de verdad. No te miento.
 
Se mantuvieron así por un momento, que quizá le pareció un poco eterno.
 
Cabe decir que Chanyeol temía que Jongin se atreviera a besarlo, porque este miró su rostro de esquina a esquina, con más detenimiento, inspeccionando la evidencia por los pocos golpes que alcanzó a recibir en su cara. Que supone que no está tan mal, aunque el costado de su boca palpite. Pero Jongim delineó con su pulgar el labio inferior, observando con recelo esa comisura lastimada; apretando la mandíbula, quizá para reprimir un insulto.
 
Chanyeol no se imagina cómo habría reaccionado si Jongin hubiese visto la secuencia de la pelea. Es un Alfa Dominante, y los de su rasgo, se destacan mucho por su temperamento.
 
No obstante, Jongin no era una persona que solía actuar con violencia de buenas a primeras delante de otro. Siempre mantenía una postura firme y segura para darse a entender con voz suave y respetable; perseverante y audaz. Así que Chanyeol no se lo imaginaba sacado de las casillas, salvo si se tratara del Rut —que es un hecho lógico que adquiera una personalidad impetuosa y posesiva—; pero de ahí en más, en otros ámbitos, no.
 
Por el contrario, Chnayeol sí demostró su lado testarudo y alocado, en reiteradas veces con sus antiguas crisis emocionales. Con decir que en una sola oportunidad cuando Chaerin llevaba un mes de nacida, Jongin tuvo que tomarlo con fuerza para sacudirlo y hablarle claro y fuerte para hacerle entrar en razón, usando feromonas, porque sino Chanyeol podría haber cometido un grave error.
 
Regresando al punto, en el fondo, no dudaba que Jongin sabía manejar su genio para que no se notara demasiado una faceta que quizás, sí escondía.
 
Esos ojos que ahora mismo desprendieron un brillo oscuro e intenso, delataron esa faceta, mostrando allí uno de los imperiosos rasgos Alfa. Por eso Chanyeol optó posar una mano sobre la de él para calmar a lo que se asomó, y no tardó en obtener el cambio en Jongin hacia su típica, amable y gentil mirada del principio.
 
—Mi comisura es lo de menos.
 
Tragando saliva, Chanyeol habló. Y Jongin se relamió los labios haciendo a un lado esa torrente de ansiedad y desprecio que sintió, con el pasajero deseo de cubrir con sus labios cualquier parte afectada en Chanyeol.
 
—...Me alivia que esto no haya pasado a mayores.
 
Optó decir, haciendo a un lado la idea, y prosiguió a tomar con cuidado y lentitud las piernas de Chanyeol para subirlas a la cama para volver a cubrirlo con la sábana.
 
—Hace rato… —retomó la palabra de un deliberado silencio, sentándose al borde de la cama—, cuando salí a buscar café, tu madre me llamó para saber si habías despertado. Le dije que no, que cuando lo hicieras la mantendría informada…
 
—¿Ella estuvo-...
 
—Si. Pasó la noche aquí, pero debía descansar. Por eso la envié a casa, y luego podría ver a nuestra pequeña en compañía de mis padres.
 
¿La noche?
 
Chanyeol se quedó por un segundo confundido. Es de noche aún, pero…
 
—¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?
 
Preguntó. Y Jongin le miró, percatándose que debían ir por partes.
 
—Según tengo entendido, llegaste ayer en la noche, alrededor de las once… Lo que me comentó tu madre, es que las personas que estaban contigo, por el percance que tuviste con un vecino, oyeron a la bebé llorar desde el departamento, y luego la policía se encargó de localizarla para hacerse cargo… Así que se ocupó de todo en este tiempo con ayuda de tu hermano. Después recibí su llamada avisándome que te encontrabas aquí; me encargué de llamar a mis padres para pedirles que también fueran a ver a Chaerin por mí, hasta que llegara a la ciudad.
 
—¿Y a qué hora llegaste..? ¿Qué hay de tu trabajo?
 
—Llegue al medio día. Y por mi trabajo no hay problema, el proyecto está casi terminado, y cuando se trata de asuntos personales, el equipo se vuelve en amables conejillos.
 
Ante ese tipo de ejemplo, Chanyeol sonrió un poquito. Le pareció irónicamente gracioso y a Jongin le encantó ver esa boca entreabierta, curvada. Después de meses, por fin le veía una sonrisa, que si hablamos con sinceridad, había echado de menos el notable hoyuelo que se formaba en una de sus mejillas.
 
—...Entonces, llevo horas durmiendo aquí —asumió Chanyeol, pensativo, suspirando largo, viendo hacia el techo—. ¿Cómo es que dormí tanto?
 
¡Toc, toc!
 
El llamado a la puerta con la presencia de una enfermera, rompió "la burbuja". Y también el mismo pensamiento de Jongin que se quedó estancado al observar a Chanyeol.
 
—Disculpen, ¿todo en orden por aquí? 
 
—Si —respondió Jongin.
 
—Dijeron que oyeron ruidos… Oh, el paciente ya despertó… ¿Cómo te sientes?
 
La mujer le sonrió a Chanyeol, mientras se acercó para apuntar unos datos en su carpeta, y verificar el estado del suero.
 
—Cansado y adolorido —respondió Chanyeol—. Pero es soportable…
 
—Bien —asintió en comprensión y dió otra limitada sonrisa—. Quizá la baja de adrenalina que padeciste provocaría una fuerte fatiga y dolor muscular. Le avisaré al doctor que ya despertaste. Con permiso.
 
Amablemente, así como vino, la mujer se retiró dejando en un transitorio silencio. Ellos se miraron por un momento otra vez, y resoplaron unas extrañas risas.
 
No cabe dudas que esa fue una visita flash de "una chismosa". Pensó Chanyeol.
 
—Quiero agua —dijo este un minuto después.
 
—Si, espera. Tengo una botella aquí…
 
De buena mano, Chanyeol recibió una botella de agua que Jongin tenía en su mochila. Una mochila que solía llevar con él casi todo el tiempo, y que no importaría la vestimenta, atuendo que trajera para combinarla. Él casi siempre la tendría en el hombro consigo en vez de un maletín o morral de portafolio.
 
El médico, un hombre Beta, no tardó en llamar a la puerta cinco minutos después, y proseguir a chequearlo en presencia de Jongin, y entre preguntas y referencias por si Chanyeol estaba tomando algún otro fármaco, especificó detalles de su condición. Chanyeol no sufrió lesión o fractura de mayor requerimiento; realizaron estudios necesarios por la cortadura de unos diez centímetros en su brazo, que requirió unas suturas y una evidente transfusión que dejó marca en su brazo, recibiendo la medicina correspondiente por vía intravenosa, pero…
 
—Dos días es mucho.
 
Chanyeol permanecería dos días más en observación. Y saberlo lo hizo sentirse inquieto.
 
—No estoy grave… ¿A qué se debe? Tengo que regresar a casa antes, mi hija me espera-
 
—Joven Park, créame, lo entiendo... Pero debe tener paciencia… Estamos aquí para ayudarlo, y mientras usted cumpla los días, podrá volver a casa y ver a su hija. Solo no queremos que su situación se agrave…
 
—Qué quiere decir.
 
—Necesitamos asegurarnos de que todo esté en orden... Su presión es baja, y dada su condición de Omega recesivo, en los análisis presenta un cuadro hormonal inestable…
 
Ante la corta y breve explicación, el doctor agregó la misma advertencia que su medico de cabecera le había dicho debido a la cuestión psicológica que padeció, remarcando la falta de feromona Alfa. No obstante, de acuerdo a su mención psicológica por los ansiolíticos que tomaba bajo receta, el doctor entendió todo y por eso, le repitió a Chanyeol que tendría que quedarse aquí recibiendo un previo e inesperado tratamiento con medicación.
 
Al final, el medico y la enfermera —quien anotó detalles en la carpeta mientras lo revisó—, se retiraron del cuarto con un ligero saludo. Y Chanyeol, por su parte, permaneció pensante, analítico. En el fondo sintió ese ligero pesar atascado, porque estaría sin Chaerin como no lo hubiese imaginado antes.
 
Estaba avergonzado y molesto consigo mismo, lo sucedido con el vecino por primera vez, ese tumulto de pánico y necesidad de proteger y acabar con la amenaza, no fue más que un detonante para conducirlo a que tomara más en cuenta la advertencia que recibió hace meses atrás.
 
Suspiró, cerrando los ojos.
 
Deseaba tener a Chaerin en sus brazos y olisquear su aroma a bebé. Ese aroma como ningún otro que pinchaba en sus sentidos un placer y calma hipnótico; y lo embelesaba cada que la veía con ternura, sonrisas apretujadas y balbuceos.
 
Si alguien le hubiese prevenido que estaría alejado de ella por unos días, le hubiese estado eternamente agradecido.
 
'¡No, no, no! Yo no quiero que ella esté con nadie que no sea yo…'
 
Abrió los ojos de repente, y de reflejo, se sintió confundido y descolocado tras escuchar esa voz; la propia voz en la cabeza que llamó su atención.
 
'Mamá, quiero verla…, necesito que esté aquí conmigo, aquí sobre mi pecho…'
 
Entonces, recordó. Toda la secuencia.
 
—Yeol… —articuló Jongin, quien en medio de los sorbos de su café, distinguió el cambio en el semblante del Omega—. ¿Pasa algo? 
 
Chanyeol no sabía cómo reaccionar.
 
—Mi madre… Yo… alcancé a verla, ¿no? No creo haber soñado su rostro diciéndome…
 
Apagó su voz, cabizbajo, tras la vívida imagen de lo ocurrido.
 
El Alfa lo miró por un instante y guardó silencio, dándole su tiempo de procesamiento, para luego, acariciar con cuidado la mano del brazo vendado. Chanyeol notó en su semblante apenado, sospechando que lo que dijera a continuación, no sería muy agradable de oír, dejando salir un suspiro de su boca.
 
—...Supongo que no lo soñaste. Tu madre me dijo que despertaste poco después que llegaras al hospital… Y en eso, tuviste una fuerte crisis emocional… Tuvieron que inyectarte un calmante para evitar que te lastimaras, porque te quitaste el suero y la conexión para la transfusión de sangre... Cuando llegué, aún estabas dormido; y no despertaste desde la madrugada hasta ahora.
 
Oh, vaya.
 
Probablemente, Jongin se estaba guardando esta información para un momento más apropiado. ¿O definitivamente no pensaba decírselo? ¿Cuál de las dos?
 
Ahora entendía por qué esa postura del doctor. Remarcando ‘paciencia’. Bueno, no es la primera vez que le ocurre esto por un fuerte shock emocional. Pero de esa experiencia hasta ahora, habían pasado meses.
 
—...Creo que la traté muy mal —dijo para sí mismo, aunque no es que lo crea; estaba seguro de haberlo hecho—. Quería ver a Chaerin, y ella me lo impidió siendo algo lógico… ¿Y si en serio estoy perdiendo la razón…?
 
—Yeol... —articuló en advertencia, y tomó de su barbilla para que le mirara. Pero el nombrado, con ojos brillosos, demostró una mirada de arrepentimiento—. No es así… Toda esta situación te tomó desprevenido, y debido a tu sensibilidad, alborotó tus emociones que sigues en práctica de manejarlas... No fue tu verdadera intención ser grosero con ella… Pero más allá de todo lo que pasó, tú seguirás siendo ese buen chico, humilde y con valores, que permanece fuerte, ¿hmm?
 
Chanyeol, por inercia, formó un puchero deforme que no pudo evitar, y las lágrimas cayeron otra vez. No dudaba en lo que dijo Jongin con toda sinceridad, sin embargo, él mismo a veces no creía ser tan fuerte.
 
—Fuiste valiente en defender a esa mujer… —opinó—; Excesivamente, diría yo.
 
El Omega no evitó soltar una risa floja, limpiándose los bordes de los ojos. En el fondo sabía que actuó para nada bien.
 
El mayor le corrió otros mechones de la frente y acariciando su cabeza, plantó otro beso en el costado de su frente, viendo nuevamente el rostro de Chanyeol: de gruesas cejas, pestañas espesas, enmarcando sus ojos profundos, nariz definida y labios carnosos que daban un completo equilibrio a su belleza de Omega imperceptible. Ya que a simple vista, Chanyeol no aparentaba serlo, era más allegado a un Alfa por su altura, proporción corporal y traza al caminar. 
 
—…Eres hermoso.
 
No mentirá, Jongin se siente afortunado de que sea su Omega. Por ello no aguantó en repetirle su verdad como antiguas veces. Y Chanyeol cerró los ojos, tímido, pero inevitablemente complacido por tal halago.
 
Esa noche, minutos más tarde, de un ligero mimo que se lo permitió a Jongin; la cena llegó con un platillo de carne y patatas, y con ayuda del Alfa, vergonzosamente se alimentó como él mismo lo hacía con Chaerin, recibiendo bocados por parte de Jongin.
 
Independientemente de eso, por lo general las comidas de los hospitales le sabían desabridas, debido a que no contenían sal pese a su cocción y condimentación, y solo los postres o el desayuno a veces le parecían más agradables que comer los almuerzo y las cenas. Y en esta oportunidad no hubo cambio.

Frecuencia Del Destino © || KaiYeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora