Capítulo 11 ³

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"Pétalo de jazmín"

Una taza de café fue puesta sobre la mesa del comedor frente a un Park Chanyeol con rastros de cansancio en la cara.
 
—Les avisé a mis padres que llegaste, así que ya vienen en camino…
 
Su amigo, Oh Sehun, se había sentado del otro lado de la mesa, cruzado de piernas y brazos, luego de brindarle esa taza de café caliente, comentándole al respecto de los Señores Oh. Ellos habían salido a buscarlo por sus propios medios por sí dadas las circunstancias lo encontraban; Sehun, por su parte, decidió quedarse por si recibía noticias atento a su celular, a la espera si Chanyeol regresaba por sus propios medios.
 
Lo cual, eso pasó.
 
—Ahora que estás más relajado y aseado… Dime, ¿debemos denunciar al sujeto?
 
Sehun se trataba de un Omega Dominante. Era un muchacho esbelto y tan alto como Chanyeol, cabello corto oscuro y tez clara, con un bonito rostro clasificado como ‘varonil’, de mirada firme, barbilla afilada, nariz recta pero boca pequeña, y de vez en cuando hacía muecas y pucheros. Si, era un joven destacado para ser un Omega, porque a simple vista, si no lo conocías bien, parecía un esplendoroso Alfa Dominante, cuando era el hijo Omega Dominante y sucesor del Director de una compañía de bienes raíces: un inusual Alfa Extremo.
 
Chanyeol lo conocía desde que eran pequeños. Tendrían alrededor de unos siete años cuando Sehun llegó como nuevo estudiante a ‘su modesta escuela privada’, y por azares, terminaron congeniando.
 
—…No pasó nada grave —le respondió este, carraspeando la voz ronca.
 
—Hmm... —vaciló Sehun, notando lo obvio—. Si tu lo dices… —pero se mofó—. Esa no es la respuesta exacta a mi pregunta.
 
Chanyeol tragó saliva, sintiéndose algo avergonzado. Las hebras de su cabello estaban un poco húmedas, y las ondas de su frente un poco le cubrían las cejas; era muestra de que su cabello había crecido.
 
Suspiró con un poquito de pesar ante esta situación, porque jamás se había dado algo así entre ellos. Y como los grandes amigos que eran de hace años, Chanyeol por primera vez se desapareció delante de las narices de Sehun; en plena “fiesta familiar”, cuando normalmente solía ser al revés. Era Sehun quien se perdía con alguien en un bar o discoteca, para después, ubicarlo al día siguiente con un basto mensaje en códigos.
 
En cambio, Chanyeol, se perdió “bochornosamente” un poco más de veinticuatro horas; porque hoy, ya era lunes al medio día.
 
—Vamos Yeol~
 
Le pidió Sehun, moderando su volumen para no quitarle la confianza a su amigo, pero eso no quitó que chasquee la lengua y suspire también.
 
—Sin mentir. ¿Esa persona te obligó a subir a su coche? ¿Te retuvo?
 
Hace dos horas atrás, cuando llegó de sorpresa, Sehun le hizo saber lo preocupado que estaba. Explicó desde la puerta del baño —mientras Chanyeol se duchaba y quitaba todo rastro de sudoración—, que a causa de su falta de llamadas y mensajes por el celular apagado —porque la batería 'murió—, los señores Oh estuvieron a punto llamar a la policía, y sino fuese porque testigos aseguraron verlo subirse a un coche la noche del sábado y la muestra de las cámaras de vigilancia de la recepción, yéndose a saber dónde y con quién… la policía estaría en medio de una exhaustiva investigación ahora.
 
¿Que le habrían dicho a su madre de no llegar tampoco? Porque sí, Sehun estuvo a punto de llamar a su madre también, y de no ser por la llegada milagrosa de Chanyeol gracias a un taxi que le costó una tarifa no muy generosa, le quitó un peso de encima.
 
Chanyeol de solo pensar a su madre angustiada, se le erizó la piel. Porque un susto en su vida no habría sido tan malo, pero conociéndola se hubiese vuelto loca. Sin embargo, alejó la idea y se repitió que lo ocurrido no fue muy grave a su parecer, pese a la circunstancia…
 
—Repito. ¿Te obligó?
 
—No —negó con firmeza y cerró los ojos, presionando los dedos en el puente de la nariz—. No fue así…
 
Aún tenía sueño y estaba cansado. No mentirá que se moría por ir a acostarse y recibir un reseteo mental, porque las imágenes del recuerdo; donde no dejó de mover el culo por horas, con tal de sentir el pene de Jongin, eran terriblemente calientes, y a la vez, explícitamente desconcertante.
 
—Yo…me sentía extraño —prosiguió a explicar—, por eso decidí salir a fumar cuando te pedí el cigarro. Entonces, mientras lo hice, me di cuenta que en realidad necesitaba inhibidores…
 
—¿Inhibidores? Podrías haberme buscado.
 
—Lo sé, es solo que… Yo… tenía la cabeza puesta en otras-... —suspiró nuevamente, evadiendo la palabra para reemplazarlo por otra—. Antes de sentirme mal, vi que estabas bailando con Joohyun noona. No quise interrumpirte.
 
Sehun lo miró un instante; procesando esa información, y, abultando los labios, analítico, ablandó su semblante rígido; tomando en cuenta que él mismo estuvo aburrido en la velada hasta que su pareja llegó a la fiesta.
 
—Y como no tenía inhibidores conmigo, apareció esta persona —continuó Chanyeol—, y me ayudó. Me acercó hasta una farmacia, en el centro.
 
—Hmm. ¿Y luego?
 
—Y luego… Bueno, obtuve los inhibidores… Por suerte, llevaba conmigo un poco de dinero.
 
Mentira. De hecho, Kim Jongin se encargó de comprarle y él, solo le brindó los datos de la marca de la medicina.
 
—Aah… Ajá…
 
—Y después, me quedé dormido.
 
Sehun no tuvo palabras para musitar, con una clara sospecha que rondaba en su cabeza, se vió escéptico.
 
—Dormido en su coche —dijo Chanyeol.
 
—…Entonces, ¿no pasó nada más?
 
Sin embargo, Sehun tanteó con esa pregunta capciosa con tal de ver la reacción de Chanyeol. Pero este no dijo nada, mirando hacia la taza, negando con la cabeza de nuevo. Obteniendo ahí, la obvia respuesta. Así que el Omega dominante, volvió a suspirar.
 
—Ya veo…—murmuró, y lo pensó mejor sin necesidad de atar cabos.
 
Sehun no era quién para juzgar a su amigo. Lo que haya sucedido en estas últimas veinticuatro horas con ese sujeto, no le debía incumbir demasiado si Chanyeol no le quería contar a profundidad. Este no era de dar muchísimas explicaciones, tampoco. Y Sehun lo había conocido siendo reservado, y había respetado eso desde un instante de su infancia, porque después de todo, Park era muy risueño y simpático cuando se desenvolvía; a veces podría ser distraído y gracioso; pero un tipo raro y sensible a la vez. Y que a decir verdad, probablemente Sehun no hubiese conocido en otros ámbitos sociales.
 
—Bueno, entonces… ¿Cómo te sientes?
 
Chanyeol miró nuevamente a Sehun, y luego, delineó con los dedos el borde de la taza.
 
¿Qué podría decirle?
 
Haciendo a un lado el dolor muscular que traía en las extremidades de su cuerpo, sobre todo en su cadera, él no sabía cómo describir con exactitud el sentimiento. En su vida como chico Beta heterosexual, no se le hubiese ocurrido jamás hacer algo como lo que hizo con Kim Jongin. No solía sentir atracción por hombres, ni siquiera por Sehun, independientemente de su segundo género. A Chanyeol solían gustarle las chicas, en definitiva, tuvo hasta dos novias y algún ligue de una noche, pero no tan desmedido como este.
 
No obstante, entregarle el culo a un hombre que lo folló hasta hacerle llorar de placer, sí que fue lo más explícito y descarado que haya hecho en su corta vida; conociendo por primera vez, desde otro ángulo y punto de vista, el cambio que había surgido en su cuerpo con la manifestación tardía, y su compuesta personalidad yéndose al caño.
 
Suspiró cansado. Y con el gesto que había hecho, Sehun supo descifrar el sentimiento aunque a su amigo le costara admitirlo.
 
—No lo sé… —admitió Chanyeol, bajito, rascándose la nariz—. Ya no seré el mismo de antes, quizás.
 
—…Evidentemente, nunca.
 
Sehun sonó algo tosco, aunque se compadecía un poco de él, porque obtener un repentino cambio en el cuerpo, no le sentó de maravilla a su amigo. No a todos le caía de maravilla cuando se trataba de un cambio.
 
Pese a escuchar eso, Chanyeol no se lo tomó a mal; asintió con un ligero gusto amargo en el corazón.
 
—¿Por lo menos puedes garantizarme algo? —dijo Sehun.
 
—¿Mm? Cómo qué.
 
Sehun se acercó apoyando los codos sobre la mesa, para hablar bajito y continuó, diciendo: —…Cómo estuvo. ¿Dormiste bien?
 
Ah. Chanyeol lo pensó por un segundo…
 
Demasiado bien.
 
—Bien.
 
No hubo necesidad de hacerse el tonto y escandalizarse.
 
—Hmm… ¿Bien, bien? ¿O, bien fenomenal?
 
Chanyeol infló el pecho y le fue inevitable resoplar una risita ronca e incrédula que explotó. No podía creer lo que estaban hablando.
 
Y entonces, Sehun se excusó chasqueando la lengua.
 
—Oye~ Sé que no eres nada inocente y yo nada complicado, pero esta alma bondadosa que ves delante de tus ojos, estuvo preocupado por horas. Puedo llegar a pensar lo peor, ¿sabes? Temí mucho por tu vida.
 
—Jejj~ Quédate tranquilo —le repitió, riendo otra vez, más en confianza—. Fui consciente de lo que pasó y no me arrepiento.
 
—Ah, okey~
 
Cantó con las manos en alto, quedándose en silencio, y relamiéndose los labios. No esperaba oírlo decir eso, sintiéndose un poquito más relajado.
 
—Entonces, palabra asegurada.
 
—Palabra asegurada —repitió Chanyeol—. Fue amable. Sucedió y ya. Es todo.
 
Sehun se tomó el tiempo de mirarlo otra vez con los brazos cruzados, procesando, y luego asintió. Sin preámbulo. Decidió no indagar más y comprendió de lleno.
 
Si Chanyeol no se arrepentía, era un veredicto del cual no debía refutar.
 
—De igual modo, tendrás que checar tu estado con el doctor —le recordó este—. Quizá tu organismo está inestable y por eso necesitabas inhibidores de urgencia. Eso pudo ser un ciclo adelantado.
 
—…Si, puede ser. Es probable que haya ocurrido eso... Descuida, en cuanto regresemos a Seúl, me ocuparé.
 
Sehun asintió de nuevo y se incorporó de la silla, estirándose un poco para quitar la pereza. Hasta que prosiguió a darle un pequeño abrazo sorpresa a Chanyeol, masajeando su hombro; dándole un repentino beso en la cabeza.
 
—¡Oye!
 
Chanyeol se quejó en un resoplido, divertido pero avergonzado, mientras el otro rió bajito, con esa típica risa que él solía catalogarla como la de “abuelo burlón”.
 
—Ese ‘Bien’ espero que haya sido la mejor cogida de tu vida... —aclaró Sehun—. Y si no lo fue, buscaré a ese bastardo y haré que se arrepienta de vivir.
 
Dicho eso, Sehun pasó a retirarse, dejando a Chanyeol tieso, sin palabras; este lo vió ir hacia el patio a fumar, y supuso que lo haría para aliviar la tensión que se cargó por horas.
 
Si bien Sehun no le preguntó de quién se trataba, Chanyeol no dudaba de su palabra; incluso, de que ya supiera de quién se trataba, y él algo ingenuo, se sentía agradecido de que no le preguntara por ‘la identidad del sujeto’.
 
Normalmente, la confianza que se tenían, era lo suficiente como para no ser tan excedida. Su relación amistosa con Sehun se centraba en los gustos que compartían, riendo u hablando de estupideces, porque “después de todo, no era diferente tener a un amigo Omega, cuando él solía ser un Beta común”. Sin embargo, el que Chanyeol se haya manifestado años después, sí generó un ligero cambio y nivel drástico de desconfianza. Incluso tuvieron una pelea que desbalanceó el equilibrio que había en su relación; y se debió porque Chanyeol creyó que su cambio pudo ser a causa del Omega Dominante al tratarlo muchos años: “intoxicándose con su aroma aparentemente benigno”.
 
Si. Chanyeol sin conocer bien cómo eran los hechos, cometió por primera vez el grave error de juzgar a alguien por el segundos género; y precisamente a Sehun, con quien había compartido un lazo amistoso nada comparado con otra persona.
 
En sus recuerdos, Sehun siempre olía bien, pero aunque era de menor importancia de que posiblemente fuera un Omega —porque Chanyeol casi nunca se enfrascó en el hecho del segundo género—, él no se cuestionó. Quizá de antemano supo que Sehun se trataba de un Omega bien parecido, y lo confirmó cuando a los quince años, el distintivo con su nombre en la chaqueta del uniforme, se vió puesto remarcando lo que era.
 
Creer en la posibilidad de que su cambio se debió a su amigo, generó un primer quiebre, y donde por primera vez vió llorar a Sehun. Y sí, se sintió muy mal, arrepentido después de todo.
 
Luego de los análisis y exhaustivos chequeos y estudios con el médico especialista, junto a la información de la línea familiar de sus padres, Chanyeol tuvo que descartar por completo la posibilidad de mutación.
 
—Para que haya una mutación, tiene que haber una impronta de por medio.
 
Explicó el doctor aquella tarde, en compañía de su madre Serah, dando a conocer detalles de lo que esa palabra conllevaba.
 
—Por lo general, eso sucede en muy pocas personas Betas que deciden pasar su vida con un Alfa u Omega.
 
—Si bien se dá en algunos casos, es un poco cuestionable.
 
Agregó una colega del doctor.
 
—La impronta no es viable en personas que nacen como Betas puros; esto puede traer consecuencias fisiológicas irreversibles, así como Alfas y Omegas que deciden operarse para quitar la glándula de feromonas… Es más, no todos los Betas llegan a mutar a causa de la impronta.
 
—Aquí lo tuyo se trata de un desarrollo tardío. Naciste con ello, y el útero que llevas, ya está apto para gestar... Es lógico que tengas miedo y preocupación, partiendo de una descendencia que viene de otras generaciones en tu familia.
 
Desde entonces, el cambio trajo consigo una nueva etapa a su vida, y con ello, empezar a ver desde cero el punto de vista de su vínculo amistoso con Sehun. Y comprendió un poco más algunos aspectos que solía mostrar este desde que lo conoció: esa peculiaridad que poseía de niño, tan distinguido en los demás.
 
Pese a la vergüenza que sintió por sí mismo por primera vez, Chanyeol se disculpó con él. Y no se hablaron por un mes. Aun así, Sehun fue convaleciente y aceptó sus disculpas; le dio el empujón para que intentara asimilar “su cambio radical”, con el beneficio de guiarlo, escuchando algún que otro consejo y cuentos de experiencias sobre un Omega Dominante, proveniente de unos papás que se querían empalagosamente mucho…
 
Y bueno… para tener su primera aventura de una noche con un hombre Alfa, Chanyeol no estaba muy orgulloso que digamos.
 
Después de la madrugada y la tarde noche, las imágenes en su cabeza son partes recortadas de él gimiendo ahogado y cansado a pesar de pedirle 'más'. También, a Jongin siendo amable pero a la vez cegado y brusco. Él en algún punto bebió agua junto a él; tambien, se besaron; se abrazaron —o bueno, él se aferró al cuerpo de Jongin—. Hasta que despertó en la mañana del lunes donde se ubicó, y el hombre estaba dormido como un bebé. Además, la cantidad de condones usados tirados en el suelo era espantosa, y, los restos resecos en su piel lo llevaron a darse un golpe mental.
 
Debía largarse.
 
El dolor muscular y el cansancio le hicieron quejarse por lo bajo mordiéndose el labio, frunciendo el ceño, pero sacó fuerzas y pisó firme con sus pies para no caer por el temblor en la cadera. Era como si le hubiese pasado un tren por encima, solo que no murió, ni cayó en coma de milagro. Kim Jongin no escuchó de sus pisadas, y con lentitud y lo más sigiloso posible, rogando al cielo que no despierte, se vistió a cómo dé lugar para salir cuanto antes de la habitación, mientras el otro dormía. Y es que no soportaría verlo a la cara sabiendo que habían tenido sexo por horas.
 
Excesivas horas con intervalos para beber agua y dormirse, desmayarse unos minutos.
 
Chanyeol se sintió de cierta manera avergonzado por lo que había hecho.
 
El hombre le brindó lo que absurdamente necesitó.
 
No solía ser muy propio de él este tipo de situaciones, y más con una persona que apenas conocía. Sus ligues no fueron de este modo. Y si le dio acceso por única vez a Kim Jongin, un hombre; sí que se arriesgó. El escozor en el orificio de su ano y el dolor en su ingle dejaron mucho qué pensar. En el pasillo, incluso, se ajustó el pantalón y se abotonó la camisa, acomodando su chaqueta con la riñonera rodeando su pecho, para después, ponerse los tenis, y optar bajar por las escaleras de emergencia con cuidado, con tal de evitar a la gente en el ascensor, más no en planta baja, en recepción, porque los de seguridad le preguntaron si se encontraba bien, a lo que él respondió que .
 
Cuando claramente, era que no.
 
Tuvo un exceso de esfuerzo físico y minutos más tarde ya estaba recostado en el taxi que alcanzó a subir para indicarle el domicilio donde recordaba estar hospedado, cuando finalmente llegó para sorpresa de Sehun.
 
Ahora, horas más tarde, después de la cena y disculparse con los señores Oh por la preocupación, el cuerpo le estaba pasando factura. Repercutiendo con la inesperada fiebre.
 
—En serio, no te ves bien; debemos ir al hospital —dijo Sehun esa noche, tras quitarle el paño húmedo de la frente.
 
—No, ya se pasará —respondió adormecido, respirando cansado. Los inhibidores que compró quedaron en la habitación de Jongin, ni siquiera se inmutó de agarrar la bolsa—. Cuando regresemos, hablaré con mi doctor.
 
Era una temperatura extraña, no tenía escalofríos, solo cansancio, fatiga. Esta fiebre parecía ser distinta al ciclo de calor, porque Sehun tampoco sentía la feromona de Chanyeol expulsarse.
 
—¿Sabes qué? No me importa lo que digas. Te llevaré igual.
 
Determinó Sehun, tomando lo necesario de Chanyeol, y prepararse para ir.
 
Chanyeol solo quería dormir hasta despertar a la semana siguiente, para continuar con su rutina y olvidar por completo lo que había ocurrido.
 
Total, sucedió y ya.



Frecuencia Del Destino © || KaiYeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora