Después de un día de bienvenida compartiendo un almuerzo con las visitas y luego, despedirse; Chanyeol terminó por darse una ducha al final de la tarde.
Cuando salió de su cuarto cambiado y el cabello de rizos más o menos húmedos, sintió alrededor el aroma del café y el dulce, proveniente de la cocina.
—Y un poquito más…
Al acercarse escuchó a Jongin murmurar mientras sostenía a Chaerin en sus brazos. Tal parece que le estaba hablando, y a su vez, entibiaba el biberón en un jarro con agua.
La escena no era de sorprender, pero por más que fuera reticente hacia su persona, Chanyeol creía que Jongin se veía bien con la bebé en brazos. Notó como el brazo derecho del Alfa sostenía a la bebé rodeando parte de su pecho y pancita, y el otro, sus piernitas, en una posición sentada, mientras Chaerin se chupaba un puñito.
No está demás decir que estos últimos días en el hospital, han servido para replantearse algunos aspectos de su cercanía con él, y decidir qué hacer después de los largos meses de mediano trato.
—¿Ya terminaste…?
Tras percatarse de su presencia, Jongin le habló, haciéndole esfumar la idea veloz de su cabeza.
—Aquí hay un poco de café, si gustas. ¿O prefieres té?
—...Creo que por esta vez será un café con leche —respondió y se apresuró a decir: —Ah, no. Descuida. Yo puedo servirme… Gracias. —ni bien vio que Jongin estuvo a punto de agarrar la jarra de café.
Chanyeol tomó una taza y se echó unas cucharadas de leche en polvo del frasco común sacado de la repisa, para después verter el líquido caliente, y hacer la mezcla instantánea, sumado a un par de cucharadas de azúcar, probando la sustancia con mera satisfacción.
En ese lapso, Jongin se mantuvo observándolo unos segundos, no obstante, se percató de un detalle en la pequeña.
—Oh, no. Chaerin, no te comas el puño —le quitó el puñito de la boca a la bebé para reemplazarlo con el chupete que colgaba de su prenda. Pero la bebé soltó un gemido de disgusto, frunciendo su carita—. Shh~ Ya pronto estará tu leche…
Él la meció para que no se echara a llorar, cambiándola de posición para mejor comodidad; dando unas palmaditas suaves en su espalda, con unos pasos vagos por el sitio, intentado distraerla un poco. Por su parte, Chanyeol hubiera querido quitársela de sus brazos para sostenerla sobre su pecho, tarareando una canción. Pero es sabido que Jongin necesitaba pasar más tiempo con su pequeña, y aprender un poco más de ella durante los próximos días.
Si lo piensa bien, se sentía un poco ansioso por la incertidumbre de lo que podría pasar entre ambos en una nueva convivencia. Era un asunto que todavía no habían terminado de concretar, pero de que era seguro de que Jongin pasaría uno días en casa, lo haría. Porque las palabras del doctor no fueron para el viento, sino para ellos, que debían cumplir las especificaciones si no querían llegar a un grave riesgo de salud.
Pero haciendo a un lado eso, posicionándose frente a la mesita de granito, Chanyeol distinguió la taza de Jongin con el plato de galletas y tostadas a la espera, con el frasco de mermelada abierto en vista de haberse untado, en la tostada mordida y el café a medio terminar. Segundos después, dando un sorbo de su propia taza; Chanyeol se fijó en el estado del biberón por su cuenta, y no tardó en probar unas gotas de la fórmula.
El Alfa se percató del movimiento y Chanyeol se la entregó sin necesidad de palabras, salvo recibir el suave agradecimiento de aquel, quien prosiguió a sentarse con la bebé y el babero puesto, posicionando el biberón en su boquita. Fue entonces cuando la calma y el relativo silencio, se combinaron con el ligero sonido de succión y los respiros con los traguitos de leche.
Chaerin se alimentó sin problemas, parecía muy entusiasmada en beber su fórmula favorita. Sus bracitos se movieron y las manitos con torpeza agarraron parte del borde de su babero y la mamila, parpadeando.
Quizá observando con más atención quién le estaba alimentando.
—Estabas hambrienta, ¿verdad? —murmuró suavemente Jongin, sin dejar de mirarla con esa sonrisa. Cautivado. Seguido de levantar la cabeza para cruzarse con la mirada de Chanyeol, quien al verse atrapado, no pudo evitar esquivarla sorbiendo un poco más de su taza de café con leche.
Aunque su corazón golpeó con fuerza por tal destello de escena, Chanyeol pudo distinguir que por debajo de esas curvaturas de labios y ojos amables, había un rastro de cansancio.
El Alfa que permaneció en estos días acompañándolo en el hospital, estaba disimulando el aguante de no haber dormido bien en ese sofá de la habitación. Incluso, en una ocasión, Chanyeol le propuso que podría irse a descansar para ver a Chaerin, y que cuando le dieran el alta, él podría ir a buscarlo. Sin embargo, Jongin no quiso; permaneció en silencio con la perseverante decisión de quedarse a su lado.
No mentirá que su presencia en su estadía hospitalaria, hizo un poco de estragos, que por momentos él tuvo esos repentinos cosquilleos y escalofríos sutiles de emoción en su espalda o tics en las orejas, aunque haya logrado soportado. Y mas allá de eso, Jongin se portó muy amable y servicial, acompañándolo y distrayéndolo pese a los silencios que hubieron.
—¿Me veo bien con ella?
—¿Qué?
La minuciosa pregunta le tomó por sorpresa.
—…Las veces que te he pillado viéndome, siempre intentas disimular pero no sale, y agachas la mirada.
Chanyeol apretó los labios dubitativo, relamiéndose por inercia, viendo hacia un punto invisible. No sabía muy bien qué responderle, sumiéndose en una burbuja nuevamente, que para variar, no era tan apropósito como aparentaba.
Sin embargo, Jongin tenía la esperanza a que le dijera algo, y esperó sin prisa. Aún así se llevó la ligera decepción soltando un suspiro bajo por la nariz, prosiguiendo a decir:
—Parece que Cheolwoo se ve empeñado en no aceptar mi lugar, ¿no?
Y sorbiendo de su café con una mano; dio un mordisco a su tostada con el comentario para cambiar el tema, y con la otra mano sostuvo por unos segundos el borde del biberón para que no se cayera.
Chanyeol se llevó la yema de los dedos al cuello, sintiendo ese hormigueo en la marca como un propio llamado de atención, que le hizo parpadear. Repletarse lo que había dicho Jongin, por eso, esta vez no dudó en responder:
—...Ah, ya sabes. Él se ha autodenominado como mi primer Alfa cuando se manifestó.
Como si no fuese demasiado importante.
Fue un hecho en la infancia de Cheolwoo que Chanyeol no lo tomaba enserio. Nunca. Por ello, sonrió leve entre dientes al recordar lo absurdo de su hermano. Sin embargo, lo divertido no le pareció a Jongin, quien lo miró con curiosidad, inclinando la cabeza.
—¿Hasta cuando crees que siga con esa idea?
Pronunció. Y Chanyeol compartió la mirada por un momento masticando una galleta, encogiéndose de hombros, vendo cómo Jongin puso un gesto entre incrédulo y receloso, suspirando otra vez, con los ojos cerrados.
—No quiero enfadarme con él… —continuó, mientras le echaba el vistazo a Chaerin con calma—. Pero es molesto que haga eso a propósito.
Se sinceró.
—Por su actitud, no he tenido la oportunidad de ganarme el lugar como me hubiese gustado.
Chanyeol lo escuchó procesando esas palabras, percibiendo una notable apatía en el fondo. Si bien le había dicho tantas veces anteriores a Jongin que le reste importancia a su bobo hermano; ahora era probable que se haya cansado. Sobre todo por haber sido testigo del semblante que puso hoy en la mañana con la contestación del adolescente.
—...Chaeolwoo es torpe —dijo Chanyeol pensándolo una vez más—. Supongo que unos años más bastarán para que se le quite la idea de la cabeza… Y se distraiga en otra cosa... Yo que tú no me preocuparía tanto…
—¿Por qué?
—¿Porque el tiempo hace de las suyas?
Jongin se mantuvo en silencio, meditando un momento. Pero no tardó en asentir a medias, lentamente, con un resabio de desanimo.
—Es solo que me hubiese gustado ganarme el lugar de un Hyung para él… —reiteró—. Un Hyung en el que pueda confiar. No en un rival que pareciera tener una pelea pendiente con él…por haber reclamado al Omega de su familia.
Chanyeol rió bajito, nervioso ante esa idea.
—Quizá por su posición de Alfa en la familia se sintió responsable de ti por instinto… Y sus actitudes hacia a mí, hacen que yo no tenga derecho a objetar, pero si llegara a tomarme desprevenido…-
—No ocurrirá. —optó decir Chanyeol de lleno, sin mirarlo y con la taza en la boca, sorbiendo nuevamente—. Mejor olvídalo… Además, dudo que vuelva a aparecer por aquí. Tengo entendido que va a trabajar por medio tiempo, así que supongo… Que no habrá necesidad de que te molestes.
Ante la interrupción, Jongin se sorprendió. Chanyeol lo miró un tanto tímido, quizá porque la idea de Jongin enfadado con el adolescente, le causaba un temor extraño.
—…¿Crees que lo golpearía?
Indagó Jongin sin cambiar mucho el semblante, aún así, se camufló un espesor en el ambiente, porque la repentina pregunta fue como si al Omega le hubiesen leído la mente con cautela.
—...No.
Vaciló un poquito.
—¿No?
Chanyeol tragó saliva nuevamente, percibiendo esa repentina intensidad natural que se desprendió, y entonces, desvió la mirada a un lado. Era de esos momentos en el que detestaba que una simple conversación con Jongin, quien solía usar ese calmo y suave tono de voz, se tornara así.
Maldición.
—No te imagino haciendo eso…—dijo unos segundos después, haciéndole frente—; Y si lo hicieras, no sé qué pasaría… Yo… —sacudió su cabeza en negación, quizá un poquito aturdido en asimilarlo más—. Solo yo me siento con derecho a golpearlo, aparte de mis padres que le pueden dar sus correctivos… Que alguien más se atreviera, ¿desencadenaría como un hecho maquiavélico…? Si, creo que si.
El Alfa permaneció en silencio con el semblante intacto, y entonces, esos labios que se habían mantenido lineales, se curvaron como un gesto satisfactorio, conforme, sonorizando el lado posterior de su garganta.
—Me alegra oír eso.
Y terminó por decir; miró a su pequeña otra vez, quitándole el biberón al darse cuenta que la succión había disminuido. Chaerin se quedó dormida. Limpió los bordes de su boquita con el babero, quitándoselo, y continuó a acomodarla con una toalla encima del hombro para quitarle los gasecitos, con palmaditas en su espalda. No obstante, Jongin volvió a tomar un sorbo más grande de su café, acabando su tostada, y se levantó para caminar por los alrededores, ya que era recomendable hacerlo por Chaerin, al menos hasta que soltara sus eructos para poder acostarla y no se vomite.
Con la boquita más o menos abierta y una mejilla regordeta aplastada, la bebé quedó 'noqueada' del cansancio. Jongin la observó por un momento a través del reflejo del vidrio de la puerta corrediza del balcón, mientras se mecía con las piernas, sumergido en una tira de pensamientos otra vez, mirando la luminosidad de la ciudad en la tarde oscura. Mientras tanto, en la cocina, Chanyeol había soltado un suspiro bajo, seguido de pasar a terminar su merienda.
Lo que restó de horas fue para ordenar un poco, porque con el hecho de tener las visitas, Chanyeol no pudo apartar la ropa sucia del bolso que trajo del hospital, ni tampoco la que Jongin traía en su mochila.
Así que mientras Jongin preparaba la cena, luego de encender la maquina y poner todo lo sucio, Chanyeol quitó un par de prendas que quedaron colgadas en el tender del cuarto de lavado. Eran ropas de su bebé, su madre y Cheolwoo, por lo que las acomodaría para luego entregárselas en otra oportunidad.
En medio de sus vagos pensamientos, le causó un poco de preocupación la idea de que su bebé se saltara por primera vez una comida. Habitualmente Chaerin no se saltaba comidas desde que comenzó a probar alimentos que no fueran leche en cantidades medianas o pequeñas, dependiendo si le apetecía. Sin embargo, debido a la situación inesperada, el sueño de su pequeña se vió afectado por lo que su madre dijo que sus siestas se efectuaron tardías.
Cuando fue al cuarto para echarle una mirada, Chaerin dormía con su respiración suave, viéndose tan esponjosa y relajada con esa frazadita y los peluches en las esquinas de lado de los pies. Amaba verla así.
Dejando de lado la ropa doblada para planchar después, sacó del armario sábanas nuevas para su cama y la del cuarto de invitados. Si bien su madre mantuvo la limpieza, Chanyeol tendía a ser algo quisquilloso con su espacio. Se esmeró por poner bien las nuevas sábanas tanto en su cama como en la del otro cuarto. Al permanecer allí, se dió cuenta que la feromona de Jongin se desvaneció, y haciendo memoria, no recordaba haber dejado la ventana entre abierta en su desocupación. Probablemente en la limpieza decidieron ventilar.
Un momento después continuó fijándose la hora y bebió su medicamento recetado para el tratamiento de unos días, que consiste en una pastilla amarga para equilibrar el cuadro hormonal inestable de tipo dos que transitaba.
Según lo dicho por el médico —especializado en Omegas—, debido a la falta de feromona Alfa, con la reserva de feromonas en si mismo, Chanyeol podría sufrir un próximo Celo ensordecedor con fiebre interminable. Ya que las feromonas Omega, al no poseer “la cubierta” de la feromona Alfa desde su clasificación mediante la impronta; tratándose de un gen Recesivo, no había obtenido, ni mantenido el control absoluto de la segregación. Esto equivalía a que las feromonas de Chanyeol, a veces no se expulsaban, y si lo hacían era en cantidades de a pizcas sin que él se diera cuenta.
Por supuesto, solo Jongin podía sentirlas. Él las clasificó, y por ello, fue testigo de lo que especulaba el doctor era verdad. Si bien en el departamento se podía sentir el concentrado, de esquina a esquina, como un ligero aroma por la estadía como cualquier hogar que mantiene su peculiar aroma de la persona; frente a frente, Jongin había notado que sucedía, pero cuando Chanyeol se notaba ansioso, expulsaba rastros aturdidos y desesperados, a comparación cuando se veía tímido u avergonzado, que eran expulsiones suaves y blandos... Su sensor neuronal era un disparador cuando se veía estimulado, y al estar conectado con la glándula de feromona, en relación a su sensibilidad lo dejaba muy en evidencia. Y no solo presente y delante de él, sino a distancia. Porque en oportunidades, Jongin logró percibir las emociones ajenas sin necesidad de estar pensándolo, y lamentablemente, también, padecía dolores de cabeza.
Se le aconsejó a Chanyeol desde un principio que no dejara de recibir feromonas Alfa, porque luego de la impronta, era un proceso de acoplamiento para ambos con justa razón. Algo así como para ponerse “en sintonía”, y, tratándose de su gen, era mucho más importante hacerlo porque podría mantener una estabilidad y equilibrio. Ahora, esta pastilla cumpliría una parte de la función como ayuda para estar atento a su próximo ciclo de calor, sumado a que Jongin, se haría cargo de su parte también.
9:35 pm
La cena estuvo lista con platillos servidos en la mesita de centro de la sala, con vasos y cubiertos, y un jugo de guayaba.
Con un previo agradecimiento, el sonido de los cubiertos en la porcelana se escuchó al son del sonido de la televisión, en un programa de shows de desafíos de baile. Jongin preparó arroz mezclado con verduras y carne de res, sumado a una salsa agridulce y un toque de picante. No está demás decir que su paladar se derritió al igual que al mediodía, cuando su madre había preparado un poco de fideos sazonados con salsa. Chanyeol definió como tremendo platillo, después de días de saborear comidas desabridas.
Así que, el propio Alfa no tardó en notar en los ojos del Omega, tan abiertos y concentrados de llevarse cantidades a la boca para llenar las mejillas, y mirar la televisión. Causándole gracia.
—¿Demasiado sabroso?
Decidió indagar.
Chanyeol lo miró sin dejar de masticar, asintiendo. Asintiendo como si fuese un niño.
Y él sonrió con suavidad, prosiguiendo comer sin prisas, dichoso de haberlo visto así. Si bien su fuerte no era la cocina, el mayor consideraba que sabía defenderse con las básicas recetas enseñadas por su progenitor. En otras oportunidades había cocinado para Chanyeol, pero este no alcanzaba a responderle del modo que lo hizo esta vez, y por todo lo acontecido, se había acostumbrado un poco a esos silencios en el que comían sin mucho qué decirse, a menos que los intercambios de palabras se trataran de Chaerin como un prioridad, y los avisos previos de cuando haría una nueva visita.
Por supuesto, el silencio ahora se mantuvo, acentuándose con ese pequeño y sutil ambiente diferente. Nomás cuando se señalaron a los pre-finalistas en el programa; concentrados, las opiniones salieron espontáneas en un dos por tres, partiendo de Chanyeol y seguido de Jongin, en decir que un trío había bailado mejor que un dúo, sin embargo, el Omega recapituló opinando sobre la técnica y precisión que usaron un dúo y un cuarteto para merecer el lugar de pre-finalistas al no haber sido elegidos.
Un rato más tarde frente a la pileta de la cocina, lavando los platos y cubiertos, Jongin se animó a continuar con una charla pendiente.
—¿Tienes alguna idea con respecto a la aportación de feromonas? ¿Algo específico a tener en cuenta?
Cuando comenzó a hablar, Chanyeol se puso rígido mientras lavaba lo ensuciado, y Jongin se encargaba de secar a un lado, con un repasador.
—…Antes de dormir puedes hacerlo. En el transcurso del día no… porque si debo salir a comprar o dar un paseo con Chaerin, puede que incomode a alguien.
—Bien —murmuró Jongin, asintiendo de acuerdo—. ¿A partir de esta noche o mañana?
Sin mucha prisa, dejó que Jongin termine de secar los últimos vasos lavados, y él se secó las manos con una toalla tras terminar con eso último. Se sentía un poco tímido al escucharlo con ese volumen suave y calmo, no menos con un tinte seductor a su parecer.
—…Esta noche.
Articuló meditando un momento, dejando la toalla a un lado. Entonces, la mirada que compartieron por inercia, le mostró a Chanyeol ese rostro sereno que lo hacían pensar un y mil cosas. Por ello, decidió disculparse y se retiró de la cocina para ir hacia el baño. Y Jongin en su espacio solitario, terminó sobándose la barbilla pensante, optando dejar todo en orden en la cocina con un respiro.
Cuando Chanyeol acabó de cepillarse su boca, salió para aprovechar cambiarse de ropa; reemplazando el pantalón deportivo de algodón y la sudadera, por uno diferente y una camiseta, más sueltos. Y mientras escuchó a lo lejos los movimientos de Jongin, por el pasillo y el cuarto de baño, permaneció sentado al borde de su cama, viendo a Chaerin aún dormir. Estaba seguro que no tardaría en despertarse en dos horas, o quizá menos, por lo tanto, con las manos entrelazadas y los codos afirmados en las rodillas, pasó a masajearse el cuello, nervioso.
Pidiéndole mentalmente a Chaerin que lo ayudara, aunque suene tonto y absurdo. Porque, ¿qué podría hacer su pequeña si no tenía noción de mucho? ¿Salvo llorar para interrumpirlos?
Si, probablemente eso sería perfecto.
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Frecuencia Del Destino © || KaiYeol
FanfictionUna diferencia de edad no fue impedimento para influenciarse y conocerse por las frecuencias del destino. Hasta que tuvieron que acarrear con las consecuencias de sus actos, cuando ellos solo querían llevar una vida sin presiones. •Pareja: KaiYeol (...