—¡Ingwaaah!~ ¡Huh, hugh!~ hwaaa~
Nuevamente, Chaerin estaba llorando en la madrugada.
—Tranquila, shh, shh…
Pero Chanyeol no se sobresaltó por el estrépito momento de la noche. Alcanzó a ver por los ojos entrecerrados, cómo la silueta borrosa del hombre tomó a la pequeña desde la cuna. Cerró los ojos y los volvió a abrir lentamente con mucha pereza.
Jongin arrulló en sus brazos a la pequeña con el biberón preparado, acercando a su boquita, y, con mucha paciencia, amortiguó "el barullo" reemplazandolo con los respiros cortos y traguitos de leche de Chaerin.
—Shh… Muy bien…
Él escuchó muy bajo a Jongin, en un susurro casi inaudible, hablándole a su pequeña como así mismo lo hacía.
De alguna manera, eso le reconfortó a su extraño y arrullado corazón, mientras se frotó un ojo, sin poder despertar correctamente, relamiéndose la sequedad de los labios. Se acomodó mejor en la cama para seguir durmiendo, y percibió el aroma que quizá lo estaba relajando en esas últimas horas.
Jongin se quedó en casa al final de ese día.
Chanyeol optó por cambiar de idea y aclararle que no era problema su estadía, podía pasar la noche allí. Por lo tanto, acomodó el cuarto de invitados para que pudiese dormir cómodamente. Pero aceptarlo, incluyó ver la sonrisa babosa de Chaerin luego de su despertar, hacia Jongin, quien le hizo mimos; de hecho, verlo jugar con ella con los peluches y sonajeros, sumado a una cena silenciosa juntos, viendo como le daba de comer papilla mixta de patata y zapallo junto al caldo de pollo, fueron momentos que Chanyeol no hubiera querido en el fondo.
Aunque le dió gusto ver a su pequeña contenta y riendo en sus brazos; Chaerin era lo más valioso en su presente que prefería verle sonriendo que llorando por algún malestar.
—¿Po-por qué…?
No obstante, Chanyeol habló un poquito dormido, porque si no lo preguntaba en ese mismo instante, no lo haría después.
—¿Qué?
Jongin, con el cabello algo despeinado y la muda de ropa que trajo consigo, sentado en la esquina de la cama y sin dejar de darle a la bebé su biberón, lo miró un segundo confundido.
—De…deja de liberar…—murmuró Chanyeol—. Fer-monas…
El Alfa notó lo perezoso que se encontraba como para no levantar los párpados, aún así, el Omega hizo el esfuerzo otra vez en espera de la respuesta. Este hubiese querido unas palabras de inmediato pero Jongin se tomó la molestia de retomar la mirada en Chaerin para verificar su beber con cuidado; pensando las palabras correctas para decir a continuación al volver a dirigirle la mirada, y no más echar un vistazo también a la marca del lado derecho en el cuello de Chanyeol.
—No lo estoy haciendo… Lo que sientes, es lo que ya se impregnó en tu cuerpo. De alguna manera debía hacerlo, ya que tomó un aspecto muy feo.
Chanyeol, a pesar de la cómoda sensación perezosa, se dió cuenta a lo que se refería. Por inercia se llevó la mano para cubrir su cuello.
—No te avergüences. Es obvio el porqué… Pero no quisiera que por el hecho de no obtenerlas, te enfermes.
—…No me digas, jej~
El Omega rió un poquito irónicamente, perezoso.
Si se lo ponía a pensar, quizá esto no ocurriría si no se hubiesen cruzado en la vida. De todas formas, se sentía bien, tan raramente cómodo y envolvente en ese sueño perezoso sabiendo que era el efecto de las feromonas de Jongin. Esas feromonas que lo hicieron sentir como caer en colchas de seda con un aire cálido alrededor.
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Frecuencia Del Destino © || KaiYeol
FanficUna diferencia de edad no fue impedimento para influenciarse y conocerse por las frecuencias del destino. Hasta que tuvieron que acarrear con las consecuencias de sus actos, cuando ellos solo querían llevar una vida sin presiones. •Pareja: KaiYeol (...