Capitulo 38

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Cada escalón parecía alejarse más y más a medida que yo colocaba el tacón sobre este. Ya sabía que en la puerta me esperaba William, eso me tranquilizaba un poco, por lo menos no iba a entrar sola y enfrentarme a eso sin nadie a mi lado.


-Estas hermosa.-dijo el hombre que me observaba desde el pie de la escalera.


Levanté mi concentrada mirada de los escalones y observé a William. El me sonrió y me tendió la mano. La tomé y terminé de bajar.


-Gracias.-respondí al cumplido.


-No hay de que _____.-dijo sonriente.- Estoy muy orgulloso de que tú seas la que va a casarse con Chandler.


-Oh.-sonreí intentando ocultar mi nerviosismo.- Yo estoy muy feliz de casarme con Chandler.-dije. Suspiró.


-Ya, ¿vamos?-hizo un gesto extraño.


-Claro.-respondí con miedo.


Terminamos de caminar por la sala para llegar a la puerta del jardín. Dos mujeres a los lados de la puerta nos sonrieron y luego miraron a Yasser para preguntar por si estábamos listos para salir. William asintió y al ver esto, las pequeñas mujeres abrieron las puertas para dejarnos a la vista de todos.


El sol a penas se escondía y daba una sensación de calidez sobre el panorama. Chandler dio la vuelta para observarme y vi como sus labios se curvaban en una sonrisa. La gente se ponía de pie a la vez que la tenue música comenzaba a sonar.


-Vamos.-susurró William para que ambos comenzáramos a caminar por la estrecha alfombra cubierta por pequeñas flores blancas.


Sonrisas, susurros y pequeñas risas de dos niñas a nuestras espaldas, se hacían notar en el lugar. Chandler, sin quitar su sonrisa, me observó desde que entré al lugar hasta que llegué a su lado.


-Estas hermosa.-susurró a mi odio cuando su padre me dejo en sus brazos.


-Gracias.-dije levemente y me aferré a su brazo. Miró al sacerdote.


Mi mirada se fijo en dos pequeños pájaros revoloteando sobre un árbol. El sacerdote, sin dejar de hablar, sonreía y con su libro en mano nos hacía orar. Chandler, nervioso, apretó mi brazo para que prestara atención. La madre de Chandler, retó unas cuantas veces a la pequeña que detrás de nosotros jugaba con su vestido rosa.


-Chandler Carlton Riggs, ¿acepta usted por esposa a ________ Lindermann? ¿Promete serle fiel tanto en la prosperidad como en la adversidad, en la salud como en la enfermedad, amándola y respetándola hasta que la muerte los separe?


-Si, acepto.-dijo Chandler con una sonrisa en su rostro. Respiró profundo y me dedicó su dulce mirada. La nena se acercó con los anillos y los puso delante nuestro Chandler tomó el que me correspondía y lo colocó sobre mi dedo. Sonrió


Era mi turno.


-________ _______ Lindermann, ¿Acepta usted por esposo a Chandler Carlton Riggs? ¿Promete serle fiel tanto en la prosperidad como en la adversidad, en la salud como en la enfermedad, amándolo y respetándolo hasta que la muerte los separe?

La bella y la bestia | chandler riggs.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora