Vi a Chandler entrar por la blanca puerta, tras un ramo de rosas, su tierno rostro apareció. Austin, de la mano de su papá, sonrió ampliamente y quiso zafarse del agarre de Chandler.
-¡Mami!-gritó Austin y llevó a rastras a Chandler.
-Espera, hijo-dijo Chandler y le soltó la mano.
Mi esposo se volvió y cerró la puerta de la habitación.
-¡Te he extrañado mucho!-dijo Austin y apoyó su rostro en el borde de la camilla.
-Ay, mi amor, yo también-dije y acaricié su pequeña mano.
-Hana se ha ido, le dije que se quedara contigo hasta que volviera con Austin-se quejó Chandler y se acomodó a un lado de la camilla-. ¿Estás bien?
-Muy bien-le sonreí débilmente.
-¿Mis niñas?-preguntó Chandler.
-¿Mis hermanas?-preguntó Austin.
Chandler me dio el ramo de rosas y besó mis labios.
-Te amo, _______.
-Yo también te amo, Chandler-volví a sonreírle-. La enfermera me ha dicho que están muy sanas y que son hermosas.
-Con una madre como tú, de seguro son hermosas.
Chandler desvió la mirada y la posó en Austin. El niño, estaba inclinado sobre la cuna de Camila y le sonreía con ternura.
-¿Ella es Camila?-preguntó.
-Ella es, Camila, tu hermana menor-le dijo Chandler y cruzó la habitación para ir con Austin.
-¿Me tomas en brazos, papi? No veo a Darcy.
Chandler tomó a Austin en sus brazos y se inclinó un poco sobre la cuna de Darcy. Austin sonrió y se tapó la boca con ambas manos.
-Es igual a Camila.
Reí levemente y Chandler se unió a mis risas.
-Son gemelas, Austin-le explicó Chandler.
-Oh mi Dios-dijo Austin-. ¿Cómo haremos para saber quien es quien?-preguntó.
-Es fácil-respondió Chandler-. Observa los ojos de Camila, son como los tuyos y los míos-Austin frunció el ceño.
-Camila está dormida.
-Lo sé, hijo. Pero, cuando despierte, puedes fijarte en eso.
ESTÁS LEYENDO
La bella y la bestia | chandler riggs.
FanfictionQue feo es cuando la persona que más ama es la persona más fría del mundo, Que feo es que le intentes demostrar tu amor y te saque a patadas de su vida. Que feo es que tú seas la pobre indefensa presa de sus castigos y malas costumbres. Vivir con un...