Capitulo 52

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Desperté a las cinco de la mañana, la cabeza me dolía a más no poder y una fina capa de sudor se deslizaba por mi frente. Volteé en la cama y sin querer, toqué el hombro de Chandler, éste se removió entre las sábanas y siguió con su pesado sueño.


Me senté sobre la cama y quité el cabello de mi rostro, ¿dónde había quedado mi coleta hecha por Chandler? Un simple desastre en persona. Los ojos me ardían y sentía que el calor se apoderaba de mí para dejarme devastada. No soportaba la fina tela del camisón, se pegaba a mi cuerpo y molestaba como nada esa noche.


-Chandler...-murmuré. 


No hubo rastro del movimiento de sus músculos y siguió respirando tranquilamente en aquella calurosa noche estrellada.


Decidí no molestarlo y me puse de pie. Un repentino mareo me obligó a sentarme nuevamente. El movimiento del colchón al sentir mi peso, hizo que Chandler volviera a moverse y volteé para verlo.


-¿Qué ocurre?-preguntó abriendo un solo ojo.


-Me siento fatal-respondí en un susurro.


Terminó de abrir sus ojos y se sentó en la cama. Frotó su cara con ambas manos y luego dio la vuelta a la cama, para sentarse a mi lado y tomar mi mano.


-¿Qué es lo que te duele, amor?-preguntó y brindó leves caricias a la piel de mi mano.


-Todo, es como si un camión me hubiera pasado por encima y estropeado todos mis huesos incluidos mis músculos.


-¿La cabeza?-asentí-. ¿Las piernas?-asentí-. ¿Te sientes mareada, cariño?


-Si, muy mareada-pasé una de mis manos por el sudor de mi frente-. Tengo mucho calor, Chandler.


-Es normal, estoy a tu lado-bromeó.


Sonreí levemente y se acercó más a mí.


-¿Qué haremos contigo?-preguntó en un susurro-. Creo que deberíamos llamar al médico, que venga aquí, para no dejar a el niño solo.


-Lo que digas-dije y me tiré a la cama.


Mis piernas colgaban de la cama y mi espalda estaba apoyada sobre el colchón. Ese calor era insoportable, molestamente asqueroso.Chandler soltó mi mano y se acostó a mi lado.


-¿O crees que debo llevarte al hospital?


-No, no, aquí-dije rápidamente.


Chandler besó mi mejilla y se puso de pie. Lo vi caminar apresuradamente cruzando la habitación y entró al baño. 


La costumbre de mi esposo, dejar el móvil cargando en el baño. No pregunten, solo ignoren las anormalidades.

La bella y la bestia | chandler riggs.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora