Capítulo 2 : Una Verdad Dolorosa

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La noche había caído sobre la ciudad, y cada ciudadano de esta, se encuentra durmiendo en sus comodas camas. Exceptuando a dos.

Levy miraba desde las sabanas blancas de su cama, a una chica de cabello rubio, trenzado en forma de coleta.

Normalmente, su peinado consiste en dos cortas coletas rubias, que descansan sobre la blanca piel de sus hombros y le permiten, mayor movilidad a la hora de usar su armadura o hacer manifestar su espada.

Obviamente ella no podría ser otra que Lucy, con la quien hoy, compartía habitación Levy.

(Lucy)—.......¿Mm?, ¿Levy, estas despierto?.

Levy baja de la comoda cama, y se acerca de forma muy lenta.
Lucy lo sujeta con sus blancas manos y le mira con sus ojos tan azules como el cielo.

(Lucy)— Sabes pequeño, mi hermana y yo estamos malditas por el mismo dios al que le rezamos.

(Levy)—....

(Lucy)—Jajaja, es una historia muy chistosa, ¿Sabes?. Hace menos de tres años, yo y mi hermana éramos reconocidas en todo el mundo. Ella, como la Santa más joven de la historia considerada por muchos, como la hija preferida de Gyldarth y yo como una de las paladines más fuertes, con algo de modestia , te puedo asegurar que mi poder de combate era de hecho, el mejor de todos. E incluso, me permitieron ser la escolta personal de mi hermana.

Las emociones de Lucy eran complicadas , su cara lucía una expresión de nostalgia y en otras ocaciones, algo tristes.

(Lucy)—La verdad, no se en que momento las cosas comenzaron a salir mal, pero un día mi hermana fue maldita en medio de una importante ceremonia.

(Levy)—...

(Lucy)—Muchos rumores surgieron, algunos decían que mi hermana adoraba en secreto a algún demonio, otros decían que no era casta, e incluso esos a los que ella curo y protegió la denunciaron de Bruja.

(Levy)—'Graaau'

Levy pone sus patas sobre las manos temblororsas de Lucy, mientras suelta algunos gruñidos en un intento de consolarla.

(Lucy)—Jaja, lo se eso es imposible. Yo misma lo negué ante todos, pero no me creyeron .....¿Sabes?, yo en realidad, ni siquiera fui maldita por mi hermana.

La sorpresa inunda a Levy, pero evita mostrarla en su cara, pues claro esta, que ni las mascotas ni los montruos, pueden comprender el lenguaje de los humanos.

Él, llegado su tiempo, les diría lo que sentía en realidad, pero en ese momento en donde ni siquiera podía hablar y mucho menos consolar a Lucy, no era el momento correcto para dar a conocer sus secretos.

(Lucy)—Cuando empecé a defender a mi hermana, no fuimos totalmente ignoradas. La orden de paladines a la que servía me defendió..... Pero todo acabo, la noche en que fui maldita.

(Lucy)—Todo paso dentro de mis sueños, pero aún así, no he olvidado ni el más mínimo detalle.

Lucy comenzo a contarle, como Gyldarth , el dios al que ella y su hermana tanto veneraban, las traicionó.

(Lucy)—Aún lo recuerdo, aparecio justo como nos lo relataban en las leyendas.  Con un arco en la espalda, una armadura dorada. Su espada Solidus, tan radiante como un Sol aún cuando estaba guardada en su funda y un escudo redondo con el dibujo de unas llamas rojas decorando todas sus esquinas.

No pudo ver bien su rostro , pero sabe que su pelo era dorado y liso. Y su piel tan blanca como la nieve.

(Lucy)—E-El dijo, que yo era un estorbo en sus planes. Y que si no obedecía sus ordenes, me conduciría a la ruina al igual que lo hizo con mi hermana.

Lágrimas comienzan a caer de sus ojos, mientras que su pecho se contrae, una y otra ves lastimosamente.

(Lucy)— ..... Él dijo que al dia siguiente, se llevaría acabo el juicio de Zadiris, y yo debía de acusar de bruja a mi propia hermana, frente a todo el jurado. Le pregunte porque hacia todo esto, y ese desagraciado sólo respondió "Porque seria divertido verla caer en la desesperación y el abandonó"..... No pude llevarlo a cabo, no pude traicionar a mi hermana y en consecuencia, fui maldita..... Me quitó la única cosa que herede de mi padre, mi orgullo como paladín.

Hay tres cosas, que conforman al paladín; su amor a dios, su fuerza y su pureza.

La fuerza de Lucy, se perdió cuando la maldición fue arrojada sobre ella, al igual que su pureza, ya que su alma se contaminó por esta.... Y su amor a dios, ya lo había perdido desde que se entero de la maldición de su hermana, por este.

(Lucy)—El efecto de su maldición, es que todo ser vivo,  que pase mucho tiempo junto a ella, sera maldito con una maldición de efecto aleatorio... Pero no llegan a niveles tan altos como la mía, e incluso se pueden eliminar con la magia de exorcismo. Intente explicar esto, pero me llamaron a mí y a mi hermana blasfemistas y fuimos expulsadas de la ciudad.

<<Avisó, tiene razón, los estados guardados de Rainer y Valí han cambiado, ya no están malditos>>

(Lucy)—........... Lo notaste, ¿no?, como susurraban cosas a nuestras espaldas en el gremio. Eso mismo paso en nuestra casa cuando se enteraron de todo, al final nos dieron la espalda, pero no fue la última vez que nos la dieron, nos la volvieron a dar en la iglesia, lugar en donde dimos todo, por su propio bienestar, o en el cuartel de paladines donde oí a mis Ex-compañeros, burlarse de mi y de mi hermana..... E incluso mi hermana, escucho los susurros de los niños de cada orfanato que ella misma creo, cuidó y suministro.

Levy guarda silencio, sabe que incluso si aunque mágicamente, tuviera la capacidad de hablar, no podría decir nada útil, para consolarla.

Lo único que puede hacer, es mirar como caen las lágrimas de Lucy y maldecir, no solo al ser que la hace  sufrir tanto, sino también, a su propia impotencia.

………….…………
………….
……

Después de un largo rato, Lucy se calma y se acuesta a dormir. Su delicado rostro durmiente, haría creer a las personas, que ella no estuvo decapitado lobos de más de 1.50m con un solo movimiento de su espada.

(Levy)—{Eliz, ¿Crees que pueda matar aún Dios?}

<<... No.... como estas ahora, no durarías ni un segundo contra el más débil de los dioses..... Pero si sigue evolucionando, las probabilidades de matarlos, no seran de cero>>.

(Levy)—{¿Y tú?, ¿Que piensas, Apofis?}.

Ni el mismo Levy, sabía como ni porque, pero de algún modo, pudo sentir a Apofis, en la habitación.

Este estaba sentado, en un sofa al lado de la cama, con su mano metálica en su cara y una sonrisa aborrecible en su rostro.

(Apofis)—Lo que yo opiné, tiene poco valor aquí. Lo que realmente importa, es lo que tú creeas conveniente. Pero te advierto algo, soy un Dios que pasa su tiempo eterno entre el futuro , el pasado y el presente. Y te puedo asegurar algo, si escoges ayudarlas, iras por un camino lleno de sufrimiento , soledad y sangre.
¿Aún sabiendo esto, quieres ayudarlas?.

(Levy)—..... {Si dices eso, quiere decir que tengo alguna posibilidad de ayudarlas, ¿verdad?}.

(Apofis)— Todo depende de tí, si hay algo que tienen en común, este mundo con el tuyo. Es que sin importar, que tan alto sea el preció, siempre hay un modo de pagarlo.

Levy mira la cara dormida de Lucy,  mientras piensa en su respuesta, y mientras pensaba en eso, la imagen de Zadiris, en el momento que lo salvo recae en su mente.

(Levy)—..........{Bien, si todo tiene un preció, entonces pagaré lo que sea para salvarlas}.

(Apofis)—Ok, finalmente dices algo, que diría un verdadero hombre.... Oh, más bien un dragón. No te preocupes, no te dejaré morir tan fácilmente, después de todo, quizás tú puedas volverte algo más que mi entretenimiento.

Como simpre, Apofis desaparece justo
frente a sus ojos, como si estuviera echo de polvo y no de carne y hueso. Pero esto, ya no altera ni causa dudas en el cerebro de Levy; él solamente se arropa así mismo y se introduce en la cama, junto a Lucy.


Reencarne En Otro Mundo, Como Un Dragón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora