7.

222 39 27
                                    

Para ser sinceros, no estaba completamente seguro de si lo de ayer había sido gracias al alcohol o si mis sentimientos por Chifuyu eran reales. Pero cuando nuestros labios se volvieron a unir todas esas incógnitas se resolvieron, no había duda de que no había sido el alcohol había algo en sus labios que me resultaba agradable. Una lástima que Chifuyu no estuviese especialmente colaborador y me apartara de inmediato con el ceño fruncido.

- ¿Qué se supone que estás haciendo? – dijo mirando al rededor

- Salir de dudas. – respondí con una sonrisa a punto de besarlo otra vez pero una mano me lo impidió. - ¿Qué pasa?

- ¿Crees que puedes ir besando a todo el mundo por ahí a la primera de cambio? – estaba ligeramente sonrojado. – Estoy enfadado contigo, por si no lo has notado.

- Chifuyu no lo entiendes, nunca me había gustado besar a nadie, hasta ayer.

- ¿Así que estas curado? – dijo con total indiferencia. – Vaya, que casualidad.

- No, no estoy curado,  es algo que solo me pasa contigo y no lo entiendo, bueno si lo entiendo, pero...

- Para, para, para. ¿De verdad estabas besando a Baji por eso? – asentí y el resopló en respuesta. – ¿De quién ha sido la maravillosa idea? Da igual, no me lo digas, sé que ha sido de él. ¿Y te pasa aún?

- He estado a punto de vomitar.

- ¿Y conmigo?

Apretó el labio de esa manera tan adorable que solía hacerlo y decidí que era mejor si en lugar de contestarle se lo enseñaba, pero cuando estaba a punto de volver a besarle, reculé, porque si algo me había enseñado la experiencia es que no hay nada más desagradable que ser besado cuando no quieres, y Chifuyu nunca me había dicho que quisiera, más bien acababa de demostrarme todo lo contrario.

- Contigo siento que es lo único que quiero hacer. – dije prácticamente contra sus labios.

Nos separaban escasos centímetros, podía notar la respiración de Chifuyu contra mí, dejé pasar el tiempo prudencial para entender que no iba a besarme de vuelta antes de alejarme. Me estaba temiendo lo peor porque los ojos de Chifuyu no estaban quietos, pasaban de uno de mis ojos al otro, luego a mis labios y luego volvían, era un baile que me indicaba que algo no estaba yendo bien, que lo que había hablado con Baji minutos antes estaba a punto de hacerse realidad. Solo aparté mis ojos de los suyos un momento y fue cuando sus labios se apretaron de nuevo, el gesto que indicaba que Chifuyu estaba demasiado concentrado en sus pensamientos.

- ¿Va en serio?

Asentí justo antes de sentir de nuevo los labios de Chifuyu sobre los míos. Fue un movimiento rápido y espontaneo, después de tantos años era raro no estar sintiendo asco o repulsión hacia ese gesto, me resultaba extraño pensar que los labios de Chifuyu se sentían bien, que sus movimientos eran agradables, que no tenía que fingir más, que por fin entendía porque esto significaba tanto para el resto de la gente. Era liberador, era sentir que por fin había dejado de ser un bicho raro. Mordí el labio de Chifuyu, como había hecho la noche anterior, y cuando Chifuyu volvió a hacer ese sonido recordé que era lo que me había enloquecido tanto de ese beso, no era el acto en sí, no era ese sonido, era él y toda la mezcla de sensaciones y emociones que me hacía sentir. Estuvimos besándonos bastante rato y estoy seguro de que hubiésemos estado bastante más de no ser por unas chicas que nos interrumpieron solo para preguntarnos si las sillas de delante nuestro estaban ocupadas. No había sido consciente hasta ese momento de que estábamos haciendo eso en público.

- No, están libres. – respondió Chifuyu quien estaba ligeramente sonrojado y con el labio un poco hinchado por mis mordiscos. Las chicas le agradecieron con una sonrisa y las escuché murmurar acerca de si yo era un chico o no y de lo bonitos que eran los ojos de Chifuyu. - ¿Te apetece que salgamos un poco a tomar el aire?

FilemafobiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora