DIE FOR YOU©

Segunda parte del capítulo 2

El amor puede que se vea como una ilusión de algo deseado, pero yo lo veo como una puerta que me abre a un mundo de ilusiones.

—Crystal Upia.

Narrado por Kira Howard:

     —Si fuera presidente de este país, no habrían más violadores. Los castraría a todos por tocar tan solo a una mujer, así que; no te preocupes por ese hombre, para mañana en la mañana estará muerto. —es lo último que dice porque de inmediato sale de la habitación.

    Me deja con un sabor amargo. Por un momento pensé que moriría. Ver como ese hombre estaba encima mío y intentaba asfixiarme, ha sido la cosa más horrorosa que he presenciado.

    Estoy aterrada e incluso conmocionada. No había tenido miedo en mucho tiempo, pero el temor es algo que no se va, sino que solo se esconde.

    Miro hacia la puerta donde están varios enfermeros hablando con los policías que están investigando lo que sucedió y dado eso, tengo el presentimiento de que los enfermeros están dando declaraciones de lo que pudieron ver.

    No dándome cuenta de lo que pasa a mi alrededor, entra una enfermera a la habitación en donde estoy. Ella extiende su mano para que me levante del suelo.

    —Ven, el frío del piso te matará. —Sonríe tímidamente y eso hace que confíe en ella y reciba su ayuda.

   Ella me sostiene del brazo y me coloca en la camilla lentamente y con mucha delicadeza. Me ayuda a recostarme, para luego sentarse a mi derecha y observarme.

    No sé qué intenta hacer, pero no me siento tan sola como hace varios segundos. En la única persona en quién confío, es en el doctor y él no está aquí, dejándome indefensa a lo que sea que pase.

    ¿Qué?

    No puedo pensar que el doctor debe estar conmigo en cada instante. Él tiene más pacientes, además de mi. Pero hay algo en él, es cómo me mira o como me habla, que me hace sentir segura sin siquiera estar en sus brazos.

    Intento dispersar esos pensamientos porque puedo llegar a creer que la poca atención que me ha dado es porque él siente algo por mi y no es así. Tengo muy en cuenta que el no haber tenido padres, en ningún momento de mi vida y el no haber recibido ninguna muestra de cariño de ninguna persona, puede afectarme en estos instantes. No quiero confundirme, no quiero arruinar mi vida más de lo que está solo por ver cosas que no son.

    —Veo que estás muy pensativa. —habla la enfermera a mi lado. Inmediatamente giro mi cara y fijo mis ojos en ella.—. Vi como miraste al doctor, no es algo raro, ya que todas las enfermeras e incluso las doctoras, han llegado a sentir algo por él, menos yo. —se carcajea.—. A mi me ve más como su hermana.

    Lo último que dice me hace sonreír y es que fue muy tierno de su parte.

    —Solo lo admiro. Me salvó, es lo más que puedo hacer. Además, no puedo sentir amor. No sé lo que se siente el estar enamorada o el amar a alguien. —le respondo un poco avergonzada y con dolor. La soledad es mi amiga.

    —No te avergüences. Después de mucho tiempo, no lo había visto tan interesado en alguien. Él ha pasado por muchos momentos difíciles... perdón, suelo hablar de más. —se disculpa.

    —No te preocupes, todos tenemos momentos difíciles en la vida, sin embargo; nosotros decidimos si queremos dejar que nos afecte. —le respondo lentamente, teniendo cuidado con cada una de mis palabras.
   
    Levanto mis hombros en señal de que no es algo de relevancia.
   
    Alguien nos interrumpe tocando dos veces la puerta.