15. Reencuentro

167 25 6
                                    

Estoy frente al espejo tratando de acomodarme la corbata lo más correctamente posible. Siempre ha sido un dolor de cabeza para mi arreglarla, es por eso que normalmente uso las camisas con los 2 primeros botones desabrochados.

- Permíteme ayudarte. - dice Malai entrando a la habitación -

- No es necesario. - le digo intentando hacerme bien el nudo, fallando en el intento -

- Siempre tan necio. - me dice dándome la vuelta para quedar frente a ella y así me pueda ayudar -

- Volveré antes de media noche, así que no es necesario que me esperen despiertas, ¿De acuerdo? - le digo cuando ella termina de ayudarme con la corbata -

- Está bien, solo díselo a Becky. - dice sonriendo - Ya sabes cómo se pone cuando no llegas a casa antes de que ella duerma.

- Si, yo le avisaré. - digo apartandome para tomar mi reloj Rolex, el cual descansaba en mi mesita de noche -

- Cuídate mucho Gulfie y si pasa algo no dudes en llamarme. - se despide dándome un beso en la mejilla -

Veo por el reflejo del espejo como sale de la habitación y me dispongo a terminar de arreglarme. Me coloco mi perfume favorito en ambas muñecas para después frotarlas entre si y poner los restos de la fragancia en mi cuello; peino mi cabello hacia atrás, dejando que algunos mechones rebeldes descansen a los costados de mi frente y por último me coloco un poco de bálsamo en los labios.

Salgo de mi habitación y me dirijo hacía la habitación de mi princesa. Al llegar tocó la puerta y escucho un dulce "pasa Dada" del otro lado, sonrío por lo feliz que me hace Becky con solo escucharla.

- Hola princesa. - digo mientras me abro paso en su habitación - ¿Puedo? - le pregunto y ella me dice que si moviendo su cabecita de arriba hacia abajo de manera eufórica - Tengo que irme Becky pero volveré antes de media noche, te aviso porque no quiero que me esperes despierta.

- Pero Dada, yo puedo esperarte. - me contesta haciendo un puchero - Yo soy una niña grande, - dice mientras se levanta y se pone de pie en la cama - ¿Lo ves?

- Claro que sí mi princesa pero no te hace bien dormir tan tarde, así que se buena niña. - le digo mientras extendió mis brazos, ella entiende y viene a mi encuentro - Yo estaré aquí mañana por la mañana cuando despiertes, ¿Si? - le afirmo mientras la abrazo contra mi pecho, ella esconde su carita en mi cuello -

- Si Dada. - ella saca la carita de su escondite y me mira con sus grandes ojos brillantes - Becky ama a Dada. - dice para después depositar un beso en mi mejilla, la contraria de la que beso su madre -

- Y Dada ama a su princesa. - le respondo dándole un beso en la mejilla - Bien princesa, voy a bajar y le diré a Nana que venga a verte. - me despido depositando un beso en su frente -

Salgo de su habitación y bajo las escaleras rápidamente para ir en busca de mi Nana, no me gusta que mi princesa esté sola en su habitación y sé que tal vez soy un poco exagerado pero Becky aún es pequeña y podría lastimarse tratando de bajar de la cama o, bueno simplemente no me gusta la idea de que algo, aunque sea muy mínimo, le pase a Becky.

- Nana, sube con Becky, por favor. - le digo cuando la encuentro limpiando los jarrones en la sala de estar - Hoy regresaré tarde así que no me esperes despierta, nos vemos más tarde. - digo mientras tomo las llaves de mi auto que se encontraban en una de las mesitas en la sala -

- Está bien mi niño, con cuidado. - escucho a Nana decir antes de cerrar la puerta detras de mi -

El viaje hacía el apartamento de Tul me toma al rededor de unos 20 minutos. Al estacionarme fuera de la gran casa que mi primo se compró para su estancia aquí, veo como sale por la gran puerta. Lleva puesto un traje negro, con una camisa color vino que le hace juego a la tonalidad de su piel, tiene los tres primeros botones desabrochados. Su pelo está ligeramente partido a la mitad y en su mano derecha lleva un reloj Rolex dorado, lo contrario al mío, y como toque final unos impecables zapatos de charol.

Fénix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora