27. Khalan...

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Maratón 2/3 <3

Mientras dirijo a Gun por las calles para llegar a ese lugar que jure jamás volver a pisar, mi mente empieza a llenarse de recuerdos, cada uno más doloroso que el anterior.

Casi puedo oler de nuevo la humedad.

Casi puedo oír de nuevo esas risas y las palabras sucias.

Casi logro sentir las manos de ese tipo sobre mi de nuevo.

Eso hace que mi pecho se oprima y que en mi estómago se instalen unas inmensas ganas de vomitar.

Tranquilo, ya no eres más ese chiquillo indefenso. Me repito una y otra vez.

— ¿Se encuentra bien señor? – me llama Mike al darse cuenta de mi semblante –

— Todo bien. – le digo agradeciéndole con la mirada – Déjame aquí Gun, necesito llegar solo, recuerden estar pendiente a los radios y sigan el plan. – ordeno antes de salir del auto –

Solo una cuadra nos separaba de aquel lugar y ya sentía mis piernas temblar.

Bajo del auto y camino a paso veloz, sé perfectamente que ese maldito debe de tener hombres vigilando la zona así que por eso Gun pone en marcha el auto y da la vuelta para desaparecer por las calles de Bangkok.

Tul y el tío Phom, junto con los otros muchachos tomarían sus lugares en cuanto mi GPS le informara a Jumpol que ya estoy dentro de la bodega.

Al estar frente a la gran puerta de metal, me repito una vez más el porque estoy aquí.

Empujo la puerta provocando que está emita un sonoro chirrido, los pocos rayos de sol que se cuelan por las ventanas hacen que la bodega se vea aún más tenebrosa, hombres vestidos de manera informal y con armas en sus cinturones me dan la bienvenida. Y justo en el centro de dicho recinto se encuentra el hombre que más odio en todo el mundo.

— Khalan... – digo con asco el nombre de mi padre – Que manera más peculiar de pedirme una reunión, ¿Cómo está yendo todo?

— Cállate marica de mierda. – dice mientras da media vuelta sobre sus talones – Es mejor que dejes ese sarcasmo para después, no creo que quieras que él pague las consecuencias. – sonríe, apuntando hacia una de las esquinas de la bodega –

Llevo mi vista hacia el punto que señala y es ahí cuando lo veo.

Ah Mew.

Sentado en una silla con una mordaza, los pies y manos atados. Él eleva la cabeza haciendo que nuestras miradas se encuentren y es cuando noto que en su rostro se ven unos cuantos golpes. Eso hace que mi sangre comience a hervir, las ganas de sacar el arma que descansa tras mi espalda y atravesar la cabeza de este maldito con una bala me invaden, pero no puedo ser tan testarudo, no ahora.

— Veo que sigues siendo igual de cobarde. – le digo, alejándome un poco – ¿Cuándo aprenderás a hacer las cosas tú solo y por tu cuenta?

— No te creas mejor que yo Gulf, todo lo que eres, lo eres gracias a mi. – dice y comienza a caminar a mi alrededor – Pensé que habías aprendido eso de “no morder la mano de quién te dió de comer”.

(— Ya estamos en nuestros lugares Gulf, tengo a ese maldito en la mira, solo encárgate de distraerlo un poco más , cuando Tul y Phom entren, será tu señal para actuar. – escucho la voz de Off por el auricular que él mismo me colocó antes de venir – )

— Oh no, jamás podría creerme más que tú. – le digo con sarcasmo – Entonces, ¿Me dirás a qué se debe está repentina reunión?

— Claro hijo mío, antes de que veas morir a ese inútil. – menciona, volviendo a apuntar hacia donde se encontraba Mew – Me vas a explicar porque intentaste poner a mis socios en mi contra.

— Vamos Khalan, no seas tan pretencioso, sabes muy bien que no estabas jugando limpio con esos socios. – le digo mientras lo sigo con la mirada – Yo solo les hice llegar esa información, solo eso.

— Eres igual de estúpido que tu madre. – dice antes de que de su garganta salga una sonora carcajada – Creyendo que podrán ganarme.

Y la mención de mi difunta madre hace que recuerde algo, algo que puede ayudarme a ganar tiempo.

— Si... Bueno, no creo que a mi madre le agradara compartir su vida con un hombre como tú. – le digo, haciendo que su semblante cambie por completo – Solo imagina compartir tu cama con un hombre al que no amas, debe de ser asqueroso.

— ¡Tú qué sabes de amor niño estúpido! – grita, haciéndome entender que dí directo en el clavo – Jennie, ella era mía, ella tenía que ser mía...

— Ella no era un objeto o algo que se pudiera comprar. – grito con claro enojo – Pero sobre todo, ella nunca fue tuya.

Él posa sus ojos en mi, haciendo que nuestras miradas se encuentre. Sus ojos expresando tanto odio y rencor hacia mi, su mandíbula temblando por la furia retenida mientras entre sus dientes apresa su labio inferior y sus manos se hacen puño a sus costados.

Un chirrido hace que dejemos de vernos y Khalan lleva la mirada hacia la persona que acaba de interrumpir nuestro duelo de miradas.

— Ese maldito... – susurra con amargura –

— Querido hermano, tanto tiempo sin verte. – dice mi tío Phom entrando a la bodega acompañado de Tul – ¿Por qué no me llamaste para la reunión familiar?

— Cierto tío, que malo eres. – menciona Tul siguiéndole la broma a su padre –

— ¿Qué haces aquí Phom? – pregunta mi padre de una manera tajante –

— ¿Qué son esos modales Khalan? – dice mi tío, dándome la señal – Recibiendo así a tu hermano, teniendo a los invitados de esa forma. – menciona mientras apunta hacia donde está Mew –

— Tomaremos al chico y nos iremos, no queremos hacer más grande este problema. – digo, acercándome hacia Mew, quitándole la mordaza y la soga lo más rápido que puedo –

— Gulf, ¿Qué haces aquí? – dice en cuento libero su boca – Esto es peligroso, no debiste venir.

Y antes de que pueda contestarle es Khalan el que vuelve a hablar.

— No creo que pueda dejarlos ir tan fácil. – menciona Khalan con una voz triste – ¡Ahora! – grita –

Su grito hace que decenas de hombres entren por las puertas de la bodega, todos cubriendo cada salida posible mientras mantienen sus armas a la vista.

(— Tranquilo Gulf, esto se ha complicado un poco por eso te di un plan B, recuérdalo. – escucho la voz de Off por el auricular – Nuestros muchachos vienen en camino. )

— Vamos Mew, mantente detrás de mi. – le digo, mientras camino junto a él hacia donde los demás se encuentran –

— Negociemos Khalan, ¿Cuánto dinero quieres por dejarnos ir? – le dice mi tío –

— ¿Dinero? – pregunta riendo – ¿Crees que esperé tanto tiempo para tenerlos aquí reunidos solo para pedir dinero?

— De que hablas Khalan, ¿Cómo sabías que mi tío vendría? – le pregunto, ya cansado de todo su maldito juego –

— Gulf, Gulf, Gulf... – repite mi nombre entre risillas – Me extraña que Phom no te haya enseñado una lección tan importante como lo es “fijarte en las personas que te rodean”.

— Déjate de juegos y habla de una maldita vez. – le exijo –

— Traiganla. – le dice a uno de los hombres –

Sigo con la vista al hombre y noto como se para frente a una puerta pequeña que está en una de las esquinas de la bodega, por el tamaño puedo asegurar que se trata de algún almacén o un baño. El hombre abre la puerta para luego dejar salir a quien se encontraba dentro. La persona sale vestida totalmente de negro, con una capucha cubriendo gran parte de su cabeza y rostro mientras que con la cabeza gacha camina hacia donde estamos nosotros, en el centro de la bodega.

Al estar ya frente a nosotros Khalan le quita la capucha de manera brusca, dejando al descubierto su rostro.

— Ma - Malai... – susurro, sintiendo mi corazón romperse –

No, esto no podía ser cierto, esto no podía estar pasando...



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