26. ¿Dónde está?

110 16 9
                                    

Maratón 1/3 <3

— ¡Mew, regresa! – le grito, tratando de detenerlo, tratando de que se quede, pero sé que no puedo obligarlo a eso, yo... No puedo estar con él –

Regreso para ir hacía mi despacho, uno totalmente diferente al que tengo en casa. Este tiene una gran ventana que da hacia el gran gardin delantero, cuadros de mis pintores favoritos llenan las paredes, sofás de un color azul marino están esparcidos por toda la habitación, una gran alfombra roja de terciopelo descansa en el centro y una lámpara adorna mi escritorio.

Llevo mi vista hacia el reloj Rolex que, como siempre, está en mi mano derecha, 12:30 p.m marcan las manecillas, hace casi dos horas que se fue.

Hace casi dos horas ví como Mew se escapaba de mi y aunque mi corazón me gritaba que lo siguiera, mis piernas no cedieron ante su llamado.

Lo mejor es dejarlo ir.

— Solo un poco más... – susurro – Aguanta un poco más Gulf. – me pido a mi mismo –

Dejo descansar totalmente mi cuerpo en la gran silla que está detrás de mi escritorio. Hasta que...

— ¡Te lo dije Gulf! ¡Te dije que no lo metieras en esto! – grita la persona que acaba de entrar a mi despacho –

— Señor, trate de detenerlo pero sacó un arma... Y usted dio la orden de no atacarlo a él. – dice Prem parado en el margen de la puerta, con la cabeza agachada, tal vez esperando un regaño –

— No hay problema, déjanos solos. – le digo, invitando a sentarse a la persona que acaba de irrumpir mi momento de reflexión – ¿Puedo saber de qué hablas Max? – le pregunto, mientras él solo se mantiene de pie, con el seño fruncido y una mirada de total enojo dirigida hacia mí –

— Teníamos un trato Gulf, teníamos un maldito trato. – dice mientras camina en círculos, apretando su cabellera con ambas manos en señal de desesperación – Se lo han llevado imbécil, y yo no puedo hacer nada...

— Estás diciendo... – digo mientras me levanto – ¿Qué se llevaron a Mew?

— ¡Si, idiota! – me grita – Te dije que nos desicieramos de ese maldito, te lo dije un montón de veces cuando tuvimos la oportunidad.

— Lo sé, Max. – digo mientras trato de asimilar las cosas – Pero tuve que cambiar el plan, yo trate de mantenerme lejos de Mew, él fue el que no me dejo de seguir. – digo casi gritando, sintiendo como mi garganta se cierra, totalmente desesperado –

— ¿Y cómo se supone que lo haría estúpido? – me interrumpe – Dime, ¿Cómo querias que reaccionara al ver a quien fue su primer amor?, Te recuerdo que te fuiste y lo dejaste sin ninguna explicación Gulf. – dice mientras me apunta con el dedo índice – Todo esto es tu culpa, si a mi hermano le pasa algo, será solamente culpa tuya.

Sus palabras retumban en mis oídos y caigo de forma brusca en la silla detrás de mi.

¿Si a Mew le pasa algo?, No, yo no podría... ¡Maldición!

— Lo traeré de vuelta... – le digo mientras me pongo de pie de nueva cuenta – Sé que no confías en mí Max, pero sobre mi cadáver alguien le pondrá una mano encima a Mew.

Salgo de mi despacho mientras me dirijo hacia la salida de la casa, dejando a Max con mil preguntas en la boca, lo sé, porque lo he conocido un poco desde que formamos la “alianza”.

Sé cuanto quiere a Mew.

— Prem, llama a Jumpol y dile que lo veo en la bodega que está al sur de la cuidad, él sabrá cómo llegar. – le ordeno a mi muchacho cuando paso a su lado – También quiero que vayas a casa y cuides de mis chicas, llama a Tul mientras vas de camino, también lo quiero a él en la bodega.

Fénix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora