22. Fénix

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Pov: Mew

Luego de salir del restaurante con un Gulf gritando obscenidades y con un Lorenzo despidiéndose de mi con un “Espero verlos pronto por aquí”, subo a mi coche acomodando a mi pequeño a horcadas sobre mi regazo.

— Juro que me vas a pagar esto Suppasit, lo juro. – me dice mientras intenta separarse de mi –

— Seré feliz pagandote el precio que conllevará tenerte hoy en mis brazos. – respondo dándole un beso en la mejilla mientras enciendo el auto y me abro paso por la calle para llegar hasta mi departamento –

Gulf aparta su cara rápidamente y deja de luchar contra mi en busca de que lo libere, cuando lo tono más calmado me veo en la tentación de tocar su espalda por debajo de ese saco y camisa negra de seda que lleva puesta. Cuando mi mano entra en contacto con la piel de su espalda él suelta un gemido bastante inspirador, sigo acariciándolo y noto como él se desace bajo mi tacto.

— Me estás tentando a detener el auto y hacerte mío aquí mismo, gatito. – le digo mordiendo el lóbulo de su oreja izquierda –

— Entonces apresúrate a llegar a tu casa Suppasit. – dice con la voz entrecortada y esa fue la única señal que necesite para acelerar por la calle –

A la mitad del camino me detengo a verlo solo por un instante, ya que no quiero que ocurra un accidente, pero al mirarlo noto como está perdido observando todo lo que hay al rededor y de pronto en él veo a ese chico de 18 años curioso, soñador y alegre que solía ser antes.

¿En qué momento de la vida Gulf cambio tanto?

¿Qué fue lo que pasó?, Me hago esa pregunta una vez más y es que me la he echo tantas veces que ya hasta perdí la cuenta. Merezco una explicación, necesito saber que fue lo que pasó, si fuí yo quien falló, si hubo alguien que nos separó pero también sé que aún no es el momento y no pienso arruinar este momento con mi pequeño solo por mi estúpida necesidad.

Cuando salgo de mis pensamientos noto que ya estamos bastante cerca de nuestro destino.

Al estar ya fuera de mi departamento, salgo de mi auto aún con Gulf en brazos por lo que él enrolla sus piernas en mi cadera. Ingreso el código que abre la puerta de la casa y entro a tropezones. Cuando logro cerrar la puerta detrás de mi, bajo a mi pequeño y vuelvo a estamparlo en la pared. Beso sus hermosos belfos que se fueron hechos para mí, lo acaricio y lo beso mientras él solo se aferra a las comisuras de mi camisa. 

— Mierda... – susurra cuando libero sus labios solo para tomar un poco de aire –

— No sabía que eras tan mal hablado. – le digo sonriendo mientras él trata de regular su respiración –

— Hay muchas cosas que no sabes de mi, Mew. – dice, agachando la cabeza –

— Es cierto, pero ahora mismo lo que me apetece es... – le digo acercándome de manera peligrosa a su rostro – Besarte, lamerte y marcarte con mi semen como aquella vez. – deja salir un gemido cuando termino hablar –

Vuelvo a besarlo pero esta vez con mucha más intensidad, como puedo encuentro el camino a mi habitación y al entrar lo tumbo en la cama. Me tomo mi tiempo para desvestirme bajo su atenta mirada, veo como se muerde el labio y yo solo puedo sonreír con autosuficiencia.

— ¿Te gusta lo que ves? – le pregunto mientras me bajo lentamente el bóxer por las piernas, al parecer no me prestó la más mínima atención pues se concentro demasiado en mi dolorosa erección –

— Joder si eres caliente... – dice en voz baja pero aún así logro escucharlo –

Camino hacia la cama, le abro las piernas con un fuerte tirón y me posiciono entre ellas.

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