Capítulo 8

4.7K 505 65
                                    

—Yo quiero leer— dijo la señora Evans. Con un movimiento de varita, Bellatrix le entregó el libro.

Malfoy Manor era impresionante.

Fue lo que pensó Cordelia cuando arribó al hogar del Heredero Malfoy.

Había leído historias de hogares ancestrales, cuyas piedras eran testigos de muchas generaciones de la misma sangre.

—¿Así se debió sentir Elizabeth Bennet cuando vio Pemberly por primera vez?— pensó Cordelia al notar el esplendor de Malfoy Manor.

Algunas risillas se escucharon de parte de algunos al captar la referencia.

—¿Qué es Pemberly?— preguntó Lucius serio.

—Novela muggle— contestó Ted.

—Austen, para ser precisos— dijo Petunia desde su lugar.

Lady Malfoy la guió hasta la habitación donde se estaría hospedando con un elfo doméstico detrás de ellas dos llevando el baúl de Cordelia.

Cordelia quedó encantada con la habitación, era espaciosa con un pequeño balcón, ventanales doble donde la ligera escarcha invernales se pegaban como destellos al cristal.

—Los balcones siempre son queridos— dijo Edith.

—¿Por?— preguntó Peter.

—La sensación de aire fresco— contestó— Y ya que estamos en confianza, los balcones son geniales para escuchar y ver chismes.

La cama era un llamado a una siesta reparadora.

—Puedes descansar un poco antes de la cena— dijo Lady Malfoy colocando sus dos manos sobre los hombros de Cordelia.

—¿No quiere que ayude en algo?— Cordelia hecho para atrás su cabeza para ver a Lady Malfoy. — Soy muy buena en la cocina.

—Es muy pequeña para cocinar—dijo Molly.

—Oh por el señor— dijo Petunia fastidiada por la señora— Se llama ser un ser autosuficiente.

No me sorprendería si criará a sus hijos como inútiles—pensó Bellatrix.

—No es necesario cariño— Lady Malfoy le apretó ambas mejillas, Cordelia notó que el material de los guantes de Lady Malfoy era de un suave terciopelo.—Descansa, los viajes en tren suelen ser agotadores.

—Bueno, un sueño de belleza no hace mal— dijo Petunia con una ligera sonrisa.

—Entonces tu tienes un insomnio permanente— rio un Gyrffindor a su lado el otro chico rio.

Petunia jadeo molesta, en un segundo, el chico del grosero comentario cayó de espalda al ser impactado por una manzana.

Lily se había puesto de pie y le tiro la manzana muy fuerte que lo hizo caer.

—¡Lily!— le regañó el señor Evans haciéndola sentar nuevamente. Y luego hizo señas a su esposa que continuara.

Lily tomó una de las copas y la lleno con un poco de agua para beber un poco.

Cordelia asintió con la cabeza, Lady Malfoy se despidió de ella con otro amistoso apretón en una de sus mejillas.

Ya sola, Cordelia se sentó en la silla frente al tocador que había en la habitación. Con mucho cuidado se quitó los guantes y luego los pasadores del cabello, con mucha delicadeza desató los pequeños nudos.

Cuando su cabello estuvo suelto, movió sus cabeza para terminar completamente despeinada, con movimientos suaves se masajeo el cuero cabelludo.

Se quitó sus zapatos para recostarse en las suaves y esponjosas almohadas debajo de ella.

Leyendo "Una perfecta señorita"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora