Capítulo 18

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A la mañana siguiente el Gran Comedor estaba lleno para el desayuno.

Lily se había acercado a Madame Longbottom para charlar, su cabello usualmente suelto y solo sujeto a la mitad estaba recogido en un trenzado que se cruzaba en la parte superior y enrollaba en la parte trasera.

—Se que eras una chica lista— le dijo Madame Augusta— Solo que no tuviste a alguien quien te pusiera los pies en la tierra.

—Lo se— dijo Lily.

—Bueno. Te acogeré como mi pupila— le respondió.

Lady Potter escuchó esto ultimo. James iba a comentar algo, pero sabia que no era bueno llevarle la contraria a Lily.

—Cariño, pero si querías empezar tus estudios en las Vías Antiguas me hubieras pedido ayuda— dijo la señora Euphemia. —Pronto serás como mi hija.

—Lady Potter— empezó a decir Lily— La quiero mucho, que se usted es muy amable. Pero usted seria muy delicada conmigo y me trataría como cristal, en cambio Madame Longbottom poco le importa si me pongo a llorar, al contrario, me haría llorar más fuerte.

Madame Longbottom sonrió, tener una pupila era algo beneficioso. Aun más siendo la señorita Evans: promedios excelentes, buenas referencias de los maestros y próximamente una Potter.

—Yo quisiera leer— pidió Frank.

—Cabe decir que estoy asombrada, impactada y cualquier sinónimo que tenga— dijo Eowyn. Cordelia asintió con la cabeza

—Bueno, es lo más a ganarse la lotería — dijo Edith. —Saber que tienes dinero y nunca supiste de su existencia.

—Esperemos que sea lista y no lo derroche de mala manera— comentó Lily.

—Ahora con este nuevo panorama deberías reforzar aun mas tus lecciones de etiquetas— le recordó Hermione, Eowyn soltó un sonido lastimero.

Eowyn se había quitado las gafas de sol, ese horrible morado fue cubierto por Sam y su estuche maquillaje, así que estaba usando sus lentes habituales.

—El milagro del maquillaje— dijo Marlene— También sirve para las ojeras de las trasnochadas.

Muchas chicas asintieron con la cabeza dándole la razón.

Hermione, Cordelia y Eowyn trazaron su recorrido de compras, Cordelia sacó la lista de útiles que necesitaría este año. Para su suerte, sus túnicas escolares aun le quedan bien, así que era una cosa menos en la lista.

Eowyn sacó algunos galeones del trato de los Gordon.

—Creo que necesitare comprar algunos guantes— dijo Eowyn meditando su lista —¿Quien es este tal Lockhart? El que vaya a ser nuestro maestro de Defensa debe estar super embelesado con él para pedir sus libros.

—¿Están hablando del idiota de Gilderoy Lockhart?— preguntó Regulus.

—¿Y donde esta ese bicho?— comentó Bellatrix

—En Italia— respondió Lucius.

—Necesitaras conseguir libros acerca de las familias escocesas y sus señoríos— le señaló la lista Sam— Créenme, no importan si son mágicos o muggles, los escoceses son partidarios de sus tradiciones y costumbres.

—Ese es un buen consejo— dijo la profesora McGonagall— Sobre todo si estará presente en el circulo de jefes de los clanes. Ellos son muy severos.

—Le escribiré a la profesora McGonagall— contestó Eowyn— Ella es escocesa, tal vez me pueda ayudar.

—Siempre podemos contar usted Minnie— dijo James

Leyendo "Una perfecta señorita"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora