Reciprocidad

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Artista del fanart: @thekittyheart en X (Twitter)

Iniciaba octubre y finalmente el trabajo de Bakugo en la fábrica volvía a la normalidad. Bueno, solo el trabajo, las cosas en casa no marchaban muy bien con Megumi.

El muchacho había notado que de nuevo lo llamaba "oniisan" y, aunque fingía indiferencia, él se sentía culpable. En el fondo le dolía la actitud de la chica, a pesar de que ella empezaba a comer con él de nuevo y convivían un poco más desde ese incidente.

Era el día de descanso de Bakugo en el trabajo de día así que lo aprovecharía yendo a comprar víveres no perecederos por lo que él y Megumi tendrían que ir de nuevo al distrito comercial de la ciudad vecina. Una vez en el lugar, se dividieron las compras y al final de la jornada ambos se reunieron al lado de la puerta de salida.

—Vayamos a comer algo antes de regresar a casa —dijo el joven antes de girarse y empezar a caminar, sin darle tiempo a Megumi de responder.

Llegaron al local de ramen en el que habían comido la vez anterior que fueron a ese distrito comercial y se sentaron en una de las mesas más apartadas de la calle.

—Pide lo que quieras sin preocuparte del costo, esto es mi pago por cuidarme cuando me enfermé —le dijo mirando hacia la barra del restaurante.

—N-no es necesario, es algo que hubiera hecho por cualquiera, además tú ya antes haz cuidado de mi...

—Eso ya me lo pagaste y fue hace mucho. No seas tonta, aprovecha que tengo dinero extra —refunfuñó.

—Pero...

Bakugo suspiró.

—Mira, te di muchos problemas y además tuviste que usar tu kosei para curarme, esto es poco a comparación del dinero que me ahorraste, así que escoge ya un puto ramen o te compraré el ramen más picante que sirvan aquí y tendrás que acábatelo todo.

—E-esta bien, gracias. —Terminó aceptando más por el miedo de que el picante tocará su lengua que por la forma amenazante en la que se lo dijo Bakugo.

Terminaron de comer y cuando Megumi se iba a parar el muchacho la detuvo.

—Espera, Megumi.

—¿Que sucede? —La chica volvió a tomar su lugar, un poco extrañada.

—Extiende la mano. —Ordenó con voz grave.

—¿Para qué? —respondió mientras acababa la orden.

Bakugo sacó la mano de debajo de la mesa y colocó unos billetes sobre la mano de Megumi.

—¿Esto que es? —Preguntó sorprendida.

—Lo que gastaste en las medicinas, con esto estamos a mano. —Se levantó rápido de la mesa con las bolsas de la compra sin darle tiempo a la chica de replicar.

—¡Espera, oniisan!
Se puso de pie torpemente de la mesa mientras guardaba el dinero en su pantalón y buscaba alcanzarlo.

El tren iba un poco lleno, por lo que ambos iban parados. El ambiente era silencioso entre los dos pero no incómodo. Eso era un gran avance para Bakugo, tal vez pronto volvería todo a como eran antes.

—Ba-oniisan, ¿En verdad no quieres que te ayude con algunas de las bolsas?

—Ya te dije que estoy bien, no soy un debilucho.

—N-no lo digo por eso, o-

—Ya, tómalo como parte de mi pago por haberme cuidado. —Torció la boca y miró hacia otro lado.

Un rincón en el olvidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora