Más molestias de UA

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Era una fría tarde de diciembre y por las calles de la ciudad caminaba un joven de ojos heterocromáticos con la cabeza gacha.

Estaba pensando en su amigo Midoriya. Últimamente le parecía que estaba ansioso y triste, se encerraba en su habitación a estudiar y cuando no estaba estudiando entrenaba más arduamente que antes.

Sin darse cuenta, llegó a una cafetería y al ver que comenzaba a nevar decidió esperar adentro del lugar mientras bebía algo caliente. Le gustaría comer fideos soba pero no creía que en ese lugar vendieran.

Buenas tardes, ¿mesa para uno? —Le preguntó un joven de cabello negro y ojos rojos.

—Ah, sí. —Respondió examinando al mesero. Le daba la impresión de que era alguien malhumorado a pesar de que lo recibió cortésmente.

El mesero notó como lo miraba el joven y no pudo evitar preguntarle, alzando la voz con notable molestía: –¿Qué se le ofrece?

–Quiero una bebida caliente y una galleta de arroz. –Respondió ignorando el tono de voz del joven mesero.

–Café o té. –Preguntó intentando contenerse, ¿había qué ser tan estúpido como para entrar a una cafetería a pedir "algo caliente", a secas?

—Un té matcha por favor. —Dijo calmadamente mientras que con parsimonia se quitaba el gorro y el abrigo, dejando ver su uniforme de la academia UA.

—Enseguida. —Gruñó sin poder evitarlo mientras veía desvestirse al joven.
—Otro bastardo de UA. —Pensó fastidiado.

—Creo que sí es alguien que se molesta fácilmente. —Pensó restándole importancia mientras de su mochila sacaba un libro.

Consumió calmadamente sus alimentos, permitiendose relajarse al máximo. No estaba seguro de hasta cuándo tendría un momento así de tranquilo cuando saliera a la calle, ya que pronto se graduaría de la Academia y estaría muy ocupado en los últimos exámenes que presentaría antes de finalizar sus estudios para convertirse en un héroe profesional. Estaba un poco nervioso pero confiaba firmemente en qué lograría aprobar sus exámenes con buena nota.

—Es muy agradable aquí, tal vez un día traiga a mis amigos. —Comentó mientras depositaba el dinero en la bandeja.

—Se-será un placer. —Dijo Watanabe forzando una sonrisa y con un tic en el ojo.

Todoroki salió y dio una reverencia antes de salir

—¡Ese bastardo me desespera! —Gritó nadamás cerrar la puerta de la habitación de empelados.
Le irritantaba ese aire de superioridad que emanaba, su forma de hablar, su actitud, hasta su forma de moverse .

—Solo espero que no venga tan seguido. —Suspiró e intentó tranquilizarse, maldiciendo su suerte.

Cada día más gente de UA llegaba a la cafetería y empezó a preocuparle que de un momento a otro se apareciera Izuku por la puerta, y aunque no quería admitirlo, tenía miedo de volverselo a encontrar y que lo reconociera.

Para mala suerte de Watanabe, a principios de enero Todoroki volvió a la cafetería, pero está vez con amigos. Sus acompañantes llamaban un poco la atención, según el ojirubí, ya que eran una chica rana, un chico de gafas que se movía como robot, una chica con la cara redonda que se quedó embobada viendo los mochis del aparador y ese maldito peliverde, quien era el que lucía 'mas normal', y que parecía querer poner su pacífica vida de cabeza.

Mientras tanto, Midoriya se quedó congelado al encontrarse en ese lugar al chico de penetrante mirada carmesí, debatiéndose internamente por qué esos ojos le causaban tanta inquietud.


Ya volví a publicar más de está historia, pensé que ya había publicado capitulo el año pasado pero no le di al botón publicar xD

Un rincón en el olvidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora