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─¿¡Un Motel?!─ me quejo indignado ─¡Ni de broma Park! Eso significa ¡Peligro!─ hablé fuerte mirándolo enojado   

─¿Por qué?─ alzó una ceja divertido ─Tu mismo lo dijiste, estoy borracho Sunoo. Además es una hora de carretera para llegar a Busan─ suspiró poniendo cara de lastima fingida.   

─¡Pero yo tengo que llegar ya!─ Miró mi celular, eran ya las doce ─El tío Heeseung me matará si no llego ¿Captas lo que significa morir?─ dije frustrado   

─Envíale un mensaje ─contestó despreocupado conduciendo por la autopista.   

─No─ dije poniendo mi expresión totalmente enojada pero el ni siquiera me miraba, me enfureció más.   

─Llegamos─ sonrió aparcando el carro y desabrochando su cinturón teniendo la intención de también hacerlo con el mío.   

Doy un manotazo al acercarse a mi cinturón y lo miro con molestia ─No me bajaré del auto hasta que me lleves a casa─ volví a reclamar cruzándome de brazos, me volvería un tronco, pero de aquí nadie me bajaba.   

─Como quieras─ soltó con una risa ─Suerte pasando la noche ahí.   

Él sólo camino hasta el hotel bajando del coche.   

¿¡De verdad me estaba dejando aquí?!
¿¡Otra vez!?   

Ese bastardo.   

A regañadientes me bajo también del auto y camino hasta alcanzarlo para entrar al motel, me miró de reojo y pude ver una sonrisa en su rostro.   

Me quedo un poco embobado viendo las letras neones y grandes, además de varios cuadros eroticos. Intimidado y con las mejillas calientes me apresuro a ponerme detrás de Sunghoon al llegar a recepción   

─Bienvenidos al Motel Ballantine─ sonrió la recepcionista ─Hoy es sábado, tenemos una promoción especial ¡lleve este sixpack de condones y tenga gratis el lubricante! ─dijo la rubia animadamente tras la mesa.   

Alarmado comienzo a negar rápidamente ─¡No! Nosotros solo queremos una habitación por favor, solo descansaremos─ no es necesario tener un espejo para saber que todo mi cara era un tomate en ese momento ─Dormir─ recalqué al ver la cara juguetona de la chica.   

─Claro chico, todos vienen aquí solo a "dormir"─ guiñó el ojo ─No te preocupes─ Siguió hablando animadamente la recepcionista dándonos por fin la llave de la habitación.   

Agarró las llaves con alivio ─Deme los condones y el lubricante por favor─ la voz de Sunghoon me hace mirarlo incrédulo.   

¿Qué dijo?    

Lo miré lleno con confusión y el se alzó de hombros haciéndose el desentendido.   

─¿Creíste que era para usarlos contigo?─ rió burlonamente ─Solo los tomo porque están en promoción ¿Qué no oíste? Además no eres mi tipo, recuérdalo─ habló dando un pequeño golpe en mi frente   

─Claro, pero antes me rogabas porque te ayudara con tu problemita ─dije susurrando.   

─¿Dijiste algo? ─ preguntó alzando una ceja.    

─No nada, vamos rápido.   

─¡Suerte chico virgen! ─ gritó la chica de cabellos rubios, haciéndome sonrojar aún más.   

¿Acaso era obvio?   

Caminamos un poco más hasta llegar a la habitación.   

El lugar era oscuro pero al mismo tiempo acogedor y amplio, había un sillón, televisión, entre otras cosas y la cama.   

𝘿𝙚𝙫𝙤𝙧𝙖𝙢𝙚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora