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Mi corazón y mi mente aún estaban intentando de procesar todo lo que había pasado esos pocos días.

Demonios, pasé de ser un acosador desconocido al follamigo de Park Sunghoon.

Sin duda la vida es una cajita de sorpresas.

El auto seguía en la carretera, la brisa se colaba por la ventana abierta revolviendo mis cabellos, sin suda era una sensación agradable, la radio encendida, una melodía serena y tranquila se reproducía de aquella radio, a pesar de estar en silencio con Sunghoon no era para nada incómodo.

Se sentía tan... cálido y relajante.

Miraba de soslayo a Sunghoon, su vista al frente mientras conducía, tenía un bonito perfil, sin duda necesitaba una foto de aquello.

Me siento tan asustado, en estos pocos momentos me he sentido tan bien a su lado que resultaría doloroso si tengo que separarme.

─Llegamos tigrecito, yo te llamaré y descansa porque pronto no podrás hacerlo─ decía Park con una sonrisa ladina en su rostro mientras daba la vuelta y me abría la puerta del auto, vaya, el jodido príncipe, no es tan jodido como pensaba.

─Bueno, supongo que te veo luego señor egocentrico─ dije saliendo del auto aún con mis mejillas rojas por el comentario que había hecho.

Aunque aún no tenía idea de cómo había obtenido mi número ya que yo no se lo había dado.

Sin ninguna palabra más me alejó de él y lo veo dirigirse a su casa, la cual queda exactamente alado de la mía.

Doy un respiro profundo para mentalizarse. Ahora me toca enfrentar a la fiera.

Cogí las llaves de mi bolsillos y cuidadosamente abri la puerta, sin querer causar mucho ruido.

Pero todo eso resulta en vano cuando veo la figura de Tío Heeseung apenas abro la puerta.

─¡Kim Sunoo!─ Dijo Heeseung Hyung cruzando los brazos sobre su pecho y un semblante serio, menuda mierda, necesitaba un rayo de esperanza ¿Jungwon dónde estás?

─Buenos días tío Heeseung ─ Dije dando una sonrisa cuadrada intentando relajarlo.

─¿Me puedes decir donde demonios pasaste la noche? ¿Acaso quieres que a esta maravillosa cara le salgan arrugas?─ Espetó tío Heeseung, en mi opinión, aunque esté arrugado como una pasa, el seguiría viéndose bien.

─¿Eh? Yo....─ Piensa Sun, piensa ─¡Estaba con Jungwon! Me quedé en su casa a dormir, ya sabes pijamadas de chicos─ solté de una vez, esperando sonar creíble.

─¿Ah si?─ Habló Heeseung hyung mientras me fulminaba con la mirada ─Que raro.... Porque los Yang me han llamado, diciendo que Jungwon se había quedado aquí, haciendo una pijamada contigo, en tu cuarto─ decía recalcando cada sílaba.

Jungwon me había utilizado de escusa, que indignación, bueno yo también a él. Por eso somos mejor amigos.

─Ahora quiero la verdad Sunoo, así que espero qu─ Tío Heeseung de pronto paró de hablar para llevar su atención a mi cuello.

¿Que había de interesante en el?

¡MIERDA! las marcas.

─Tío te juro que no es lo que piensas─ Dije apresuradamente ─Bueno, si es lo que piensas pero- Mis palabras fueron cortadas cuando escuché pequeños sollozos ─¿Tío Heeseung?─

─¡Sun, no eres virgen! ─Chilló emocionado Heeseung hyung ─Entonces dime ¿chico o chica?─ Preguntó curioso

¿Esto en verdad está pasando? Sin duda ha sido un día demasiado loco. Podría ser más liberal con mi tío, el era de mente abierta al contrario de mi madre, pero se seguía sintiendo raro hablar de estas cosas con tu tío.

𝘿𝙚𝙫𝙤𝙧𝙖𝙢𝙚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora