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Narrador omnisciente

Heeseung amaba su trabajo, le permitía conocer a distintos famosos, su paga era buena y sobre todo era bueno en lo que hacia. Pero algo le faltaba, eso era amor.

No ha tenido nada de suerte en el amor, había salido de dos relaciones totalmente toxicas y para rematar la última relación que tuvo fue la que más lo lastimo, se habían aprovechado de él, de su generosidad, lo estafó llevándose la mitad de sus ahorros, eso no importaba tanto ya que los puedo recuperar rápido, lo que le dolió fue la traición, con esa ultima experiencia se olvidó del amor por un tiempo y comenzó a centrarse solo en su carrera, habían coqueteos de vez en cuando pero el siempre los rechazaba, ya no quería dar su corazón a nadie, ningún imbécil merecía sus lágrimas, a la mierda el romance barato de Disney.

Su estudio de fotografía era muy reconocido y admirado, varias empresas estaban tras el y su maravilloso talento tenía una agenda algo apretada pero eso no interferirá en cuidar a su adorable sobrino, a parte de la fotografía su segundo talento era la cocina, hoy iba a preparar lasaña para su lindo Sunnie.

─Bob. Buenos días ¿Qué tenemos para hoy?─ Preguntó hacia su asistente más joven.

─Buenos días para ti también Hyung─ saludó cordialmente dando una sonrisa mirando sobre los hombros a Heeseung ─¿Sunoo no vino contigo?─ preguntó fingiendo desinterés.

─Pensé que hablábamos de mi agenda─ Dijo Heeseung ganando un pequeño sonrojo del contrario, sabía muy bien la miradas indiscretas y el sutil coqueteo que hacía a Sunoo, pero su sobrino rechazaba al pobre Bob sin darse cuenta, parecía que tenía siempre un muro a su alrededor ─No te preocupes, hoy es su día libre, seguramente estará dormido.

─Si lo siento hyung, solo.... no es nada─ Dijo recomponiéndose intentando sacar al pequeño Sunoo de su cabeza ─Hoy tenemos la reunión con el dueño de la empresa Choi, viene del extranjero─ Habló con su tableta en sus manos inspeccionando los detalles mientras hablaba.

─Bien Bob, quiero que prepares todo para la reunión, estaré ahí en poco tiempo─ Habló marchándose, debía dejar a sus modelos listos mientras esperaba la reunión con el misterio empresario.

La empresa Choi Cosmetic sin duda era una de las más reconocidas en el continente asiático pero a pesar de su increíble potencial la cara del dueño no se había visto jamás, siempre la imagen de su empresa era visto por su asistente, según había entendido, al empresario le importaba mucho su privacidad alejándose completamente de los medios, lo único que conocía era su nombre, Choi Minho.

La vida de los ricos era muy extraña.

─Liz, necesito que te pongas el vestuario ¿De acuerdo linda?─ habló Heeseung hacia la castaña recibiendo un asentimiento como respuesta.

Arreglaba las luces del estudio de fotografía, una buena iluminación era uno de los factores importantes al momento de hacer una foto así que todo tenía que estar perfecto.

─¿No debería hacer eso alguien más?─ Preguntó una voz ronca en su espalda haciéndolo soltar un jadeo del susto.

Heeseung volteó y vio a un hombre de carácter intimidante, cabellos negros peinado dejando al descubierto su frente, piel bronceada que llevaba un magnífico contraste con su traje, dios ¿De dónde había salido ese hombre?

─¿Se puede saber quién es usted?─ Aunque se sentía intimidado Heeseung no iba a flaquear su postura, menos con un desconocido que entraba como si nada a su estudio.

─No ha respondido a mi pregunta─ Habló acercándose al más bajo ─¿Qué hace un Ángel como usted arreglando las luces, es un modelo?─ espetó sin quitar su vista del castaño.

𝘿𝙚𝙫𝙤𝙧𝙖𝙢𝙚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora