00. Castle of Glass

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La vida de los hermanos Elric había sido perfecta, hasta que no lo fue. Vivían en el pequeño poblado de Xerxes, cerca de Pentos, sus habitantes eran en su mayoría alquimistas y boticarios reconocidos por sus brevajes, medicinas y materiales alquimicos de diferentes usos.

Edward y Alphonse eran niños afortunados, vivían en una linda casa, con una hermosa madre gozando de una vida estable y cómoda, contaban con las características propias de su pueblo, cabello lacio color oro y ojos del mismo tono que eran acompañados con una piel pálida, a diferencia de su madre que no provenía de ahí, con su cabellera castaña ligeramente ondulada, ojos verdes y acento curioso.

Venían de una familia de alquimistas del lado paterno, tenían el don de la sabiduría en su sangre y desde muy pequeños mostraron sus dotes aprendiendo a leer y escribir antes de lo normal.

Su padre los abandonó cuando eran unos bebés pero eso no detuvo su tranquila vida, ellos tenían a su madre, Trisha era una mujer dulce y la mejor mamá del mundo, se dedicaba al cultivo de hortalizas para venta y consumo local, ella los amaba y cuidaba cada día, apoyaba su fascinación por la alquimia a pesar de lo mucho que extrañaba a su esposo ausente, jamás les decía lo triste que eso la ponía, siempre luciendo fuerte y segura frente a ellos a pesar de que Edward notaba su melancolía.

El verano que la perdieron fue una de las peores épocas de su vida, verla sufrir en cama por la fiebre hasta que la muerte la reclamó fue lo más doloroso que habían experimentado, se quedaron solos y aunque contabn con la abuela Pinako y Winry, sentían que no tenían un verdadero lugar de pertenencia.

Solos y afligidos se refugiaron en el estudio de la alquimia pensando en un posible método de supervivencia, sin su madre no tendrían manera de conseguir ingresos y no deseaban ser una carga para los demás, devoraron libro tras libro mientras los meses corrían, por desgracia poco más de un año después de la partida de su madre una horda Dothraki arrasó el pueblo, asesinaron a todos cuantos escontraron y solo unos pocos afrotunados lograron escapar de sus garras, la abuela Pinako y Winry entre ellos, fue ahí cuando se separaron.

Ellas fueron llevadas en una embarcación hasta Bravos mientras los hermanos quedaron atrapados como esclavos, fueron forzados a caminar por casi dos días seguidos siendo amenazados a golpes. Por destino o suerte el Khalasar intercambió a los rehenes más pequeños por algunos artículos en un bazar, todos lo niños fueron entregados a un esclavista para servir en un barco mercante de camino a Westeros.

Edward mantuvo a su hermano envuelto en sus brazos todo el tiempo, recibió golpes y patadas por él y lo guió en sus labores obligadas para evitar más maltratos o conseguir algo de sobras para comer. Algunos niños no tuvieron la fuerza para resistir toda esa vida y murieron en el mar, sus cuerpos fueron tirados por la borda para alimentar a los peces e infundir el miedo en el resto de ellos, Alphonse siempre había sido un chico suave y dulce, ver todo eso no hizo más que dejarlo llorando amargamente en el pecho de su hermano mayor, quién a pesar de su miedo se mantuvo firme para proteger a la única familia que le quedaba.

Después de largos días de viaje a través de los mares algo sucedió una noche, una espesa niebla cubría las aguas y entre la bruma el barco no pudo divisar una nave de piratas que pronto comenzó a atacarlos con catapultas y flechas con fuego, pronto las velas comenzaron a arder y todo el barco con ellas, los hombres corrían luchando contra los rufianes que poco a poco abordában el barco, matando y saqueando indiscriminadamente.

Edward, quién vio como un hombre estaba bajando un bote salvavidas corrió tirando de su hermano hasta la pequeña embarcación, tiró de Alphonse dentro de ella y después se subió, el sujeto que estaba arriba intentó tirarlos pero una flecha atravesó su pecho, haciéndolo caer y soltar la cuerda que liberaba el bote, los hermanos cayeron pero el pequeño botecito logró resistir, Edward tomó un remo y le dio otro a su hermano, con la poca fuerza que tenían lucharon por alejarse del barco, por suerte la niebla también los cubrió a ellos en sus mantos, dejándolos navegar a la deriva.

Con el paso de las horas la neblina se fue pero las nubes negras trajeron consigo una lluvia torrencial que pronto se transformó en tormenta, Edward abrazó a su hermano mientras rezaba porque el pobre bote no se volcara con las fuertes olas, fue una pesadilla de principio a fin, siendo arrastrados por las olas embravecidas mientras temblaban por el miedo y frío que calaba su huesos, en algún punto la conciencia los abandonó mientras se aferraban a la esperanza de sobrevivir.





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