[014]

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-¡Déjame un paz!- contestó la pelinegra detrás de la puerta- ¡No te quiero ver!

-Por favor Romina, hablemos- suplicó - me rompe el alma escucharte hablarme de esa manera.

-¿Que querés?- Enzo sintió quemarse ante la dura mirada de la femenina quien abrió la puerta bruscamente.

A decir verdad se sentía un poco chico ante la presencia de la pelinegra, diariamente ella era muy calmada, pero el carácter prepotente que tenía intimidaba bastante...

Ella vestía una remera de tirantes sentida al cuerpo que dejaba notar su pequeña panza de ya tres meses pasados, ya había pasado un mes desde que la noticia inesperada de un integrante nuevo llegaría a sus vidas.

Enzo suspiro grande pensando bien en elegir las palabras correctas-quiero pedirte perdón, siento haber reaccionado así, solo me tomó por sorpresa...

-quiero estar a tu lado con vos, no, con ustedes- completó - quiero que formemos una familia y...

-Enzo, vos no querés preocupaciones, no querés responsabilidades más que el fútbol, por eso no terminaste no la secundaria por más inteligente que sos- dijo- yo también tengo miedo y te amo como no tenés idea pero no puedo así

El la miró, era la primera vez que ella le decía te amo.

-Primero pensaste en tu vida como futbolistas y por eso te dió miedo tener un hijo- El pelinegro se mantuvo callado sabiendo que era verdad- un mes atrás, cuando te dije que estaba embarazada ¿Pensaste en algún momento en nosostros dos, Enzo? Vos yo...

Y era verdad, lo único que había pensado Enzo en ese momento era en su futuro como futbolista, pronto debutaría en river.

-no te estoy reclamando algo sobre tu futuro en ello- corrigió - yo mas que nadie quiero verte crecer, pero quería que crecieramos juntos, que nos viéramos lograr aquello que nos dijimos desear cuando subíamos al techo de tu casa a ver el atardecer.

//𝐄𝐍𝐙𝐎 𝐅𝐄𝐑𝐍Á𝐍𝐃𝐄𝐙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora