Tʜᴇ Aʀᴄʜᴇʀ¹ || Bruce Wayne [The Batman]

17

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—I never grew up, it's getting so old—

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Tiró todo lo que estaba en el ático, cualquier objeto que encontró lo tiró al suelo mientras gritaba llena de dolor. ¿Salvatore Maroni había matado a sus padres? ¿A los papás de Bruce? ¿Su padre había sido corrupto?

Todas esas preguntas se almacenaban en su cabeza haciéndola perder la cabeza, se tomó las sienes mientras gritaba deslizándose por una pared a la par que lágrimas de rabia y tristeza descendían por sus mejillas.

Dándole una probada nuevamente del dolor que había sido crecer sin sus padres.

Observó el lugar y lloró aún más gritando, desgarrando levemente su garganta mientras recuerdos algo difusos aparecían en su cabeza, atormentándola. Algo que hace mucho no pasaba, se estaba volviendo a ahogar en venganza por unas simples palabras.

Quería que Maroni saliera del agujero en dónde se estaba pudriendo bajo tierra para volver a ponerlo ahí por cuenta propia, quería venganza.

Llevó su cabeza hacia atrás chocando con la pared y apretó la mandíbula intentando controlar sus emociones que amenazaban con querer salir y quemar el mundo, porque si algo tenía Kyra Kane es que cuando sus emociones la dominaban, en realidad lo hacían hasta el punto de hacer cosas que no se imaginaría jamás.

Klaus que estaba a unos pasos de la habitación intocable cerró los ojos al escucharla gritar nuevamente, sin pensarlo marcó el número de Bruce sabiendo que en estos momentos era la única persona que podía ayudarla.

― ¿Sí? ― contestó el celular luego de cuatro tonos. Se encontraba haciéndole preguntas a Alfred en su cuarto sobre su padre, y los de Kyra.

― Señor Bruce, Kyra está mal. ― esas palabras fueron suficientes para que Bruce saliera de la habitación haciéndole una seña a Alfred de que iba a la torre gemela.

Colgó el teléfono y salió corriendo bajando por el elevador, siendo los segundos más largos de toda su vida. Al salir a la calle empujó a toda persona que se le cruzara y entró a la torre de los Kane volviendo a perder segundos que parecieron una eternidad.

Apenas entró a la torre, los gritos de Kyra fueron su bienvenida.

Siguiendo el sonido de su voz subió las escaleras hasta llegar al ático, en dónde sabía, todas las pertenencias de los padres Kane se encontraban. Klaus lo notó y suspiró de alivio caminando hacia él.

― Kyra está así desde que llegaron. ― informó, Bruce asintió caminando hacia la puerta escuchando sus sollozos y sin pedir permiso entró llamando la atención de la pelinegra que al verlo sintió como un peso desaparecía de sus hombros.

Sin dudarlo, el hombre caminó hasta estar enfrente de ella y arrodillarse a sus pies.

― No puedo, Bruce, no puedo. ― murmuró.

El corazón del mencionado se rompió un poco al escucharla de esa manera. ― Sí puedes, lo vamos a hacer juntos y vamos a salir de esta, princesa.

Kyra negó cerrando sus ojos y Bruce llevó sus manos hacia sus mejillas limpiando las lágrimas silenciosas que salían sin parar. La entendía, momentos atrás había hecho lo mismo en su torre corriendo a hablar con Alfred después, plática que lo hizo entender que sus padres sí eran los buenos de la historia.

Dónde se había abierto a Alfred aceptando que tenía miedo a que algo le pasara, ese miedo horrendo que apareció nuevamente cuando le comunicaron lo de Kyra y Alfred, ese temor que jamás desaparecería y que tendría que aprender a vivir con él.