Si la vida fuera patas arriba

Intenté ser la chica que se va luego de tener sexo

Intenté ser la chica que se va luego de tener sexo.

Quería sentirme con ese poder.

Así que me arregle como hace mucho tiempo no me arreglaba. Me puse una polera apretada como nunca me e atrevido a usar, y unos tacos altísimos que le sacaran partido a mis para nada estéticas piernas.

Me maquille con un color que siempre he amado, más nunca me he atrevido a usar.

Me mire al espejo y dije ¡JODER, ESTA ES MI NOCHE, MALDITA SEA!

Me convencí como nunca antes de que iría a la puta disco y me agarraría a un hombre guapo, y que luego nos iríamos a se departamento, tendíamos sexo salvaje, y luego me iria a dormir a mi casa como toda una chica satisfecha con ella misma.

Sin embargo, debí ver las señales antes.

Ahora solo puedo pensar lo tonta que fui al pensar en eso.

O quizás no.

La verdad es que es confuso.

"Tonta Ellie, ¿no puedes hacer nada bien?"

¿Serán mis piernas que no son estilosas, mas bien gorditas?

No, entonces, Flowi tendría la misma suerte que yo, y ella atrae a la gente como si fuera el faro de luz más deslumbrante que existe.

¿Entonces, que bailo pésimo pero trato de pasarlo bien?

Entonces, Piggie tendría el mismo problema que yo, pero resulta que los hombres no logran dejar de mirarla.

O tienes que ser muy bonita, o bailar bien, o tener una personalidad asombrosa, o que se yo, para que te saquen a bailar, y joder, lamentablemente, por mucho que me esfuerce, no caigo en ninguna de esas clasificaciones.

Solo soy. ¿Es que acaso no es suficiente?

¿Será suficiente para alguien?

Trate de no darle muchas vueltas a eso mientras estaba bailando con mis amigas, y luego ¡paso!, un chico me saco a bailar (porque su amigo quería bailar con mi amiga. Clasic, pero bueno), y se notaba que ninguno sabia muy bien que hacer, pero de un momento a otro, las miradas y las risas no se hicieron esperar, y el amigo que bailo conmigo solo por su amigo, termino bailando conmigo toda la noche.

Resulto ser un caballero. Me hico reír demasiado. Y yo dije "yeeei, si el me lo pide, me voy a su departamento" Si el me lo pide, dejare que haga conmigo lo que sea solo por esta noche.

Así que ahí estaba yo, en el departamento de este chico siendo manoseada como fruta de feria, queriendo sentir algo, DESESPERADA por sentir pasión, lo que sea.

Yo, por supuesto, también lo manosee como quise.

Pero el destino es curioso, pues el amigo no tenia condones, y ¿ya mencioné que era caballero? Así que la noche termino con un manosea que no fue para nada tan emocionante como lo planee, y con un chico que quedo de hablar conmigo para juntarnos nuevamente, (esta vez con condones) para tener sexo.

Y en ese momento se sintió como cualquier cosa. NO le di importancia.

Me llevo a mi casa y luego hablamos por WhatsApp, pero... 

Pero...

Inseguridades, inseguridades, inseguridades...

No es pecado si acepto, sin embargo... ¿aceptar a un tipo que solo quiere tirar conmigo luego de toda una vida tratando de valorarme y hacerme entender que soy importante no sería un tremendo retroceso?

O, por el contrario... ¿no sería eso demostrar lo empoderada que estoy? ¿estoy psicológicamente preparada para eso?

El día siguiente volví a salir.

Nadie me saco a bailar.

A veces pienso que la vida me da ofrendas, y que yo no tengo que ser malagradecida. Que tengo que aceptarlas aunque no las quiera del todo.

Pero lo ignoro monumentalmente y digo que no me importa.

No me importa, no me importa, no me importa.

Cuando, joder, no saben cuanto me importa.

Pero si hablo... si le digo a mi hermana lo mucho que me importa, su respuesta sería que fuera al gimnasio.

Mi mamá se preocuparía extremadamente y me sofocaría con cosas que ni ella entiende, tratando de hacer algo.

Y mi papá... terminaría dándome algún sermón que terminaría en alguna anécdota suya.

Dime, ¿que saco entonces con demostrar lo mucho que me importa, cuando el trabajo lo tengo que hacer solita, como siempre lo he tenido que hacer?

En mi defensa, no le volví a contestar luego que me trato como una puta al decirme que yo fuera a su departamento, o que él fuera el mío. Después de todo, algo de orgullo he ganado con mi auto aprendizaje de la vida.

Y no caeré del todo. Aún no al menos.