Ben, el hijo adolescente del rey Bestia y la reina Bella, y Wnnie, la hija adolescente de Peter Pan, invitan a los hijos de varios villanos derrotados a que asistan a la escuela secundaria con los hijos de los héroes que vencieron a sus padres, atra...
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La tranquilidad reinaba en el lugar y en kilómetros no había nada a excepción del largo puente que llevaba a la isla que se encontraba a algunos kilómetros de distancia del lugar. A las orillas del mar se encontraban dos personas, una pelirroja y un pelinegro que a la vista de cualquiera nadie entendería la razón por la cual se encontraban juntos. Se encontraban en una cita romántica en la cual el chico se encontraba comiendo el festín de comida que le había traído la pelirroja por lo que eran nuevos sabores a su paladar mientras que la chica se encontraba pintando la puesta de sol que estaba pasando frente a ella. Era algo sencillo sin embargo era perfecto para ambos.
La pareja estaba recostada en un típico mantel de cuadros rojos y blancos, lo cual era irónico ya que era un color que de alguna manera representaba ambos. El color rojo es un color contradictorio y provocador, al igual que ambos chicos, también está relacionado con la seducción, la pasión y el amor... cosa que hacía a la última característica la más difícil de concretar para ambos chicos porque de alguna manera ambos necesitaban un amor puro, ya sea de manera romántica o no. El amor es algo que ha tenido sus límites y esos chicos esperaban poder encontrarlo en el otro.
— ¿Qué haremos después de todo esto?— peguntó el chico mirando hacia la isla.
La chica quito su vista de la pintura que estaba creando sobre el paisaje que tenía frente a ella y volteo a ver al chico. Su mirada de concentración cambio a una dulce por lo que una sonrisa atravesó su rostro y se acercó al pelinegro para poder abrazarlo.
—Te digo la verdad— el chico la miró—, no lo sé. Ahora puedo hacer lo que yo quiera y son demasiadas cosas que no sé por dónde empezar— la pelirroja tomó su mano—. Sin embargo no tenemos prisas porque ahora hay mucho tiempo para visitar y hacer las cosas con calma, ya no hay nada que temer.
Para la chica era la primera vez que se sentía en plena paz porque ya no tenía responsabilidades con el reino y decisión dejar en pausa la escala durante un tiempo para poder concentrarse en su felicidad lo cual comenzaba a hacer, de alguna manera ya no había nada que la atara a Auradon más que sus amigos, pero todo aquello que le hizo daño durante su tiempo en Auradon ya no formaba parte de su vida y ahora estaba concentrada en su felicidad y en su sanación. No sabía cuánto tiempo tardaría no obstante la chica estaba consciente de que en algún momento ya no habría dolor alguno y solo sería ella contra el mundo.
—Y yo sabiendo que estoy y estaré siempre contigo no tengo nada que temer, ahora estamos juntos en esto y es algo que no me arrepiento. Por fin soy libre y es lo que siempre quise, ahora me toca luchar para que, lo que sea que sea esto, funcione entre ambos y logremos ser felices como siempre lo soñamos— la conexión entre ambos se fue formando poco a poco lo que hizo que todo entre ellos fuera perfecto—. Ahora es momento de ser nosotros mismos sin que nadie más se interponga en nuestro camino.
Después de años de haber soñado con salir de la isla el chico por fin estaba del otro lado de la barrera con la persona que comenzaba a amar de una manera extraña, pero tan profunda y linda. Solo fueron cuestión de meses para sellar su destino que, después de todo lo acontecido, aún seguían dispuestos a luchar por el otro. El pelinegro nunca creyó que estaría con una chica de manera romántica porque lo que menos quería era que otra generación pasara lo mismo que él tuvo que vivir y junto en ese momento el ya podría pensar en una pareja e incluso en una familia porque estaba dispuesto a obtener lo que su corazón más le pedía... amar.
— ¿Qué te parece si nos vamos hoy en la noche y comenzamos a vivir?— le preguntó la chica con esperanza.
—Me parece perfecto.
La chica se levantó camino hacia la orilla del mar quitándose sus zapatos y metiendo sus pies a la orilla de la playa, el chico siguió sus pasos solo que se detuvo hasta estar atrás de ella y poder abrazarla por la cintura. Ambos chicos se sentían en paz estando juntos, y estaban a punto de comenzar una nueva vida y solo esperaban que fuera algo feliz y tranquilo. Los adolescentes miraron la puesta de sol abrazados.
—Estoy tan feliz de haberte conocido, Winnie Pan.
—Y yo estoy tan feliz de haberte conocido a ti, Harry Hook.
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Nota:
❥ Este el final de la historia, tenía planeado hacer un ultimo acto con un poco más de la relación de Winnie y Harry, pero he quedado bloqueada con respecto a lo que quiero que pase por lo que he decidido anular el ultimo acto.
❥ Probablemente haga capítulos extra, pero ya que me de inspiración.
❥ Continuare subiendo historias de diferentes cosas, por si se quieren dar vueltas a mi perfil, al igual que editaré la historia corrigiendo algunas faltas de de ortografía y ese tipo de cosas.
❥ Muchas gracias a todos los que leyeron la historia de Winnie y Harry, gracias por darle la oportunidad y gracias por su apoyo.
