Parte 3

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Intentó soltar a Brett sobre la cama, pero este se negó a soltarlo, se aferró con fuerza y Eddy frotó la espalda del pequeño. 

— Necesito cambiarte Brett, estas helado.— dijo suave, modulando su voz para que el omega lo obedezca, acto que logró en el instante. Al separarse, pudo ver los ojos hinchados y aún dilatados por llorar tanto, sujetó su rostro besando su frente, dulce y lentamente, era lo más bello que había visto desde que se conocieron. Aun recordaba cuando lo vio por primera vez y quedó perdido, sintió esa necesitad de estar cerca de Brett y logró inventar un millón de motivos para hacerlo, ser tan cercano a él, ser parte de su vida y él parte de la suya; no era consiente de ello, en aquel entonces no reconocía sus sentimientos, era más como si el destino los uniera. 

Aunque entre ellos se formó la promesa de ser alfas, una parte interna de Eddy reclamaba, deseaba a Brett como omega, como SU omega y era feliz de que su sueño sea real ahora pero odiaba que su egoísmo hiciera sufrir a Brett. Empezó a quitar las prendas mojadas y veía al omega en celo temblar cada que sentía el tacto del alfa en su piel. Eddy sé mordió el labio inferior al ver la desnudez del omega, estaba frente a sus ojos en bandeja de plata y extendió sus brazos para recibir a aquel joven que decidió proteger toda su vida en secreto, en un abrazo.

Brett lo abrazó más fuerte que nunca y luces destellantes salían de su cuerpo, iluminando aún más al Brett que siempre brillaba. Eddy rogó a sus adentros para no lastimarlo y así, en ese abrazo, llevó a Brett a la ducha, cargando al pequeño, que jadeo con entusiasmo.

Una vez en la ducha, Eddy se quitó las prendas superiores, el omega relamió sus labios, saboreando la vista que le había brindado el alfa. Se estremeció al sentir el agua tibia sobre su cuerpo, asustándose por un instante.
Brett besaba el cuello de Eddy, se había vuelto el hábito en su estado de celo y el alfa rogaba que nunca lo dejara.
Aprovechó en cubrir el cuerpo de Brett con jabón y fue cuando llegó al sexo erecto de su amigo que Brett soltó un gemido, uno que ingresó por los oídos de Eddy para no salir nunca, activando algo dentro suyo. Eddy respiró profundo y le dio la vuelta, ambos estaban de pie y necesitaba una pose cómoda, sintiendo los glúteos de Brett sobre si, ignoró aquello y  masajeo el miembro de su amigo, en un ritmo repetitivo, Brett temblaba en su sitio, apoyando sus manos sobre la pared, no se limitó a soltar gemidos, por momentos llamaba a Eddy rogando que fuera más violento, pero el instinto alfa de Eddy se asomaba y fue lento, torturando al pequeño omega. Lo sujetó de la cintura cuando el sumiso Brett soltó el gemido más fuerte y con su cuerpo había llegado al orgasmo anunciando con colapsar, Eddy con el grifo de la ducha quitó el jabón del cuerpo del menor y los fluidos que este había soltado. Rogó a los cielos porque esto calmara al omega, pero sabía que estaba lejos de ello. De vuelta sostuvo a Brett en sus brazos y lo llevó a la cama para terminar la tarea que había empezado.

El olor a shampoo y jabón empezaban a ser opacados por la esencia del omega que reclama a Eddy. Lo había envuelto en una toalla y le dio pequeños toques, secando el cuerpo tendido sobre la cama, este se sentía extasiado, con esas mejillas rosadas no dejaba de soltar pequeños gemidos, que ahogaba mordiéndose los labios. Eddy disfrutaba de la mayor obra de arte, incluso sentenció que aquello que recibieron sus ojos fue más hermoso que su pieza favorita.

No entendía en que momento sus manos tocaban la piel blanca del omega, el calor que sentía en su piel era preocupante, pero ver a Brett pidiendo a Eddy, era música en sus oídos. Jamás olvidaría la sinfonía que el omega le brindaba y su oído perfecto lo recordaría por la eternidad.

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