Parte 9

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Brett era un manojo de vergüenza, en ninguna realidad imaginó que sus sentimientos iban a ser correspondidos y ver este lado de Eddy lo tenían perdido, no sabía como reaccionar a su sonrisa, sus ojos que lo miraban fijamente con llamas ardientes en ellos. La necesidad era palpable, ambos querían, necesitaban de ellos, pero debían esperar, debían ser claros y aunque Eddy no se lo dijera, sabía que él prefería esperar a que su estado físico se encuentre mejor, pero la acción del alfa lo confundió, había tomado sus manos, podía ver como todo pasaba en cámara lenta, como Eddy se acercaba lentamente a sus labios y consultando en silencio si podía continuar y Brett en respuesta sólo se dejo llevar, cerrando sus ojos, no quería hacerse un lio la cabeza, así que fue a por ello, a lo que sus sentimientos reclamaban y saciar la necesidad que había ocultado por años. Fue lento y mágico, Eddy sostuvo el rostro de Brett por si este se arrepentía o dudaba, ambos no podían creer como esperaron tanto tiempo por ese momento y sus corazones no dejaban de latir. Cada segundo Eddy dejaba de ser dulce y suave para volverse intenso y Brett sólo podía sentirse mareado y en el punto en que creía que iban a escalar a otro nivel, Eddy se alejó.   

Eddy sólo podía ver con atención a Brett, tratando de encontrar alguna expresión de rechazo, pero no hubo ninguna, el omega se había congelado observando a Eddy, incapaz de creer lo que había pasado. 

— Oh! Wow! — Apenas pudo decir Brett aun congelado en su lugar, Eddy sólo pudo reírse ante la respuesta y aquello rompió la tensión — Yo realmente no sé que decir... — continuó Brett sorprendido.

— Bueno, puedes decirme si te gustó — Dijo Eddy de pie, acercando su mano al rostro de Brett, acariciando el labio inferior.

— Bueno, diría que mucho, no sabía que eras tan bueno besando — Brett sostuvo la camisa de jean que traía Eddy, en señal de que quería repetir aquel beso, sus ojos brillantes fueron suficientes para que Eddy vuelva a besar a Brett, quien empezó a brotar chispas a su alrededor, todo era fuego, las manos del alfa en su mandíbula, su aroma y aquella lengua que se abrió paso a su boca. Si a Brett le preguntaran si creía en el cielo, diría que era justo este momento, en los labios de Eddy.

Tuvieron que separarse por aire y Eddy con la sonrisa más hermosa vio como había dejado a Brett hecho un desastre. 

— Sentí tu aroma otra vez y es delicioso — dijo Eddy, ese lado coqueto sólo salía a relucir cuando se trataba de Brett, toda su audiencia y amigos más cercanos lo sabían.

— Yo diría que debo recuperarme y salir pronto de aquí, no sé si pueda manejarme sin mi nueva adicción — a Brett le tomó segundos para darse cuenta lo cursi que había sido y apenas escucho la risa de Eddy, se escondió en él, abrazando su cintura lo más fuerte que pudo. 

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