Parte 41

6 0 0
                                    


El corazón de Brett palpitaba demasiado rápido, sus mejillas rosadas contrastaban con su pálida piel y un brillo en sus ojos hicieron que Eddy quedará embelesado, por momentos sólo dejaba a Brett hablar, tenían que interactuar con su audiencia en youtube y podía ver cuan emocionados estaban, recibiendo una gran cantidad de preguntas, comentarios sobre su gran anuncio. 

Sin embargo Eddy por momentos se perdía como si quisiera huir con Brett a cualquier lado, la felicidad en su pecho golpeaba con fuerza y juraba que en muchas ocasiones observó demasiado a Brett, conteniendo la necesidad de besarlo, no es que lo hiciera por su audiencia, no había nada que ocultar ahora, pero era el momento de Brett para brillar y Eddy no le quitaría eso, ya tendrían un momento a solas para ellos.

Para Brett no era diferente, sin embargo mientras avanzaban los minutos, sentía un dolor en su espalda baja, como si quemara. El omega era quien hablaba, al salir su mente se distrajo demasiado para equivocarse de lugar, supo camuflarlo. Se concentró en mirar a Eddy, hablar para dejar de pensar en lo que ahora era un dolor punzante, tenía una camara detrás y unos fans esperando. Si no fuera porque el camarógrafo pidió que fueran más lento, Brett tendría dificultades para ocultar un mareo que vino con fuerza. Una vez fuera, en el gran salón, observó la gran fila de fans y tuvo que tragar saliva para prepararse, "sólo un poco más" se dijo a si mismo y tal vez a su bebé, quien podría ser la razón de su dolor, consciente de que le estaba exigiendo demasiado.

Una vez terminaron, ambos fueron por sus cosas al camerino, Brett se desplomó en el pequeño sofá con la respiración rápida, transpiraba demasiado, pero no sentía calor, era un frio helado. Eddy lo miraba preocupado, los brazos del omega se alzaron en dirección a su alfa, como si exigiera un abrazo, el cual fue correspondido de inmediato, recibiendo caricias en su espalda baja, la gran mano de Eddy era sanadora, sentía el calor que le proporcionaba y como eso lo regresaba a tierra.

— ¿Estás bien Brett, debería llamar a alguien? — la voz de Eddy estaba preocupado, pero intentaba mantenerse fuerte, como ese pilar que siempre era, cada vez que el omega se veía débil. 

— Estoy mejor ahora, tu manos son mágicas, sigue así — el abrazó era cálido, Brett estuvo sentado y Eddy se puso de rodillas para tenerlo en una posición cómoda. Brett poco a poco sentía que el cansancio estaba golpeando su puerta. 

Las feromonas de Eddy hicieron un excelente trabajo para relajarlo, Brett se preguntaba como el alfa logró en tan poco tiempo aprender esas habilidades, pero no tuvo tiempo de preguntar, se durmió en sus brazos sin pensarlo. Eddy sonreía al escuchar su dulce respiración, sabía exactamente cuando el omega estaba dormido y con gran habilidad lo recostó en el sofá. La manager ingresó dando unos golpes a la puerta y se contuvo al ver a un Brett dormido.

— ¡Oh! ¿necesitan más tiempo? — pregunto la joven mientras ayudaba a Eddy a guardar las cosas, ella se hizo cargo del equipo ligero, como laptops y cámaras, las luces grandes se las dejaría a otro miembro del staff que fue a sacar el auto.

— Sólo unos minutos, llevaré a Brett a casa — y Eddy se acercó a Brett, sólo para asegurarse que no tuviera fiebre

 — Eddy, felicidades, realmente lo mantuvieron muy bien guardado sonrió la manager que, cargando una maleta algo pesada. Eddy respondió con una sonrisa, sin dejar de observar a Brett.

— No ha sido tanto tiempo, pero si concretamos algo que ya estaba dado por sentado hace mucho  El alfa arreglaba los mechones del cabello húmedo de Brett, lo cubrió con una manta y se sentó en una silla cerca, sólo para descansar unos segundos. 

— ¿Sucede algo? preguntó la joven, luego ingresó alguien a llevarse el equipo pesado y ambos se mantuvieron en silencio. Ella los conocía, tal vez no los ha visto mucho, pero notaba la tensión entre ellos de vez en cuando, incluso encontró a Brett llorando un par de veces. Era tan obvio para ella que ambos tenían sentimientos entre ellos, pero no quería meterse en algo tan serio como el amor, así que se limitó en alentarnos a que en algún momento todo saldría bien y le alegraba saber que era así, de que por fin ambos unieran sus corazones, pero al parecer no era tan sencillo, ¿Qué más había que afrontar?, le molestaba un poco que, incluso juntos de una manera más intima, tuvieran que cargar con cosas más complicadas.

— Brett, es tan increíble. Siempre lo es y siempre estuve asombrado de eso, pero a veces temo que toda esa fuerza sea demasiado poderosa y no pueda cargarla.  Eddy miraba al techo mientras hablaba desbordado en la silla, como si esa declaración hubiese rogado por ser liberada, quitándole un gran peso de encima.

— Si Brett no puede con el peso, estarás allí para sostenerlo. Es lo que siempre has hecho.  Dijo ella como si nada, como si la preocupación del alfa no fuera gran cosa.

Era verdad, Eddy estaría ahí para seguirlo, observarlo con cuidado, pero no es tan fácil ahora. Antes era aceptar sus aventuras entre ellos, quien diera el salto de fe, el otro lo seguiría sin dudarlo. El alfa estaba convencido que iría tras Brett, se aseguraría de que se alimentara, durmiera lo suficiente y se cuidara lo suficiente.  Eddy no dudaba de la fuerza de Brett, dudaba de su propia fuerza, si sería capaz de sostenerlo como es debido y no lastimarlo. 

El alfa se puso de pie y decidió no pensar más, no lo llevaría a ningún lado seguir con esa espiral, sonrió a la joven que lo miraba un poco preocupada. 

— Es verdad. observó a Brett que dormía plácidamente, muy ajeno a lo que pasaba a su alrededor. Sé acercó al omega y lo sacudió un poco — Bretty, cariño, debemos irnos la voz del alfa era suave, haciendo que el omega se quejara y murmurara un regaño.

— Eddy, recuerda que la fuerza no es solo individual, incluso la gente cercana a ti, podrá darte una mano.dijo la mujer joven, acercándose a la puerta — Yo tengo unos buenos brazos, para golpear a quien se atreva a tocarlos dijo y salió del lugar.

El alfa se sentía afortunado de tener grandes amigos, no muchos, pero los suficientes. 

AzaharDonde viven las historias. Descúbrelo ahora