A escondidas (Realeza AU)*

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Prólogo: Bucky comienza a trabajar en el castillo para tu papá, y pronto empieza a enamorarse de ti como tu de él.

Word count: 1127

sebarnes_ce
Advertencia: lectora virgen, sexo oral, fingering, elogios, dom!sof!Bucky.

El palacio tenía largos y grandes jardines los cuales necesitaban ser cuidados por alguien experto, y después de la muerte del jardinero que se hacía cargo de ello producto de una terrible enfermedad, tu papá el rey Tony Stark I necesitaba de alguien para ocupar ese puesto.

Así que como recomendación del jefe de la guardia en el palacio, contrató a Bucky para ese puesto.

Sin embargo a medida que fue pasando el tiempo, y cómo tu pasabas la mayor parte del día en los jardines, ambos se volvieron amigos y comenzaron a haber coqueteos de por medio, a pesar de que Bucky trataba de resistirse.

La verdad es que Bucky se había enamorado de ti, pero no quería perder su trabajo ni ser enviado a la horca por ello.

—————

Bucky estaba en su pequeña casa un poco más lejos del castillo, pero aún así dentro del área, cuando alguien llamó a la puerta.

–¡Princesa T/N! ¡¿Qué está—. Exclamó al abrir, pero cubriste su boca con tu mano y posando la otra en su cuello, entrando con él en la pequeña cabaña, cerrando la puerta con tu pie.

–Shhh... no hables tan fuerte o alguien podría escuchar.–Le dijiste con una sonrisa, removiendo tu mano de su boca para dejarla al otro lado de su cuello.

–¿Pero qué está haciendo aquí? Es muy tarde, ya debería estar en su habitación.–Te dijo al asustado.

–Tenía ganas de verte, y ya deja de tratarme de usted. Me haces sentir vieja.–Le dijiste con una sonrisa, acercándote aún más a él.

–No princesa, debe irse de aquí. Si su papá se entera de que está aquí, entonces me va a mandar a matar.–Te dijo apartando tus manos de su rostro, caminando a la cocina que estaba junto a la puerta.

–Él no está aquí. Probablemente está engañando a mi mamá con tu amigo Steve.–Le dijiste siguiéndolo por la cocina.–Pero claro, tu ya lo sabías.

–P-princesa, lo mejor es que se vaya.–Te dijo nervioso, con la espalda apoyada en el mesón detrás suyo y tu delante de él, atrapándolo entre tus brazos que estaban a cada lado de él.

–Ya deja de resistirte, James. Sabes que lo que sentimos es algo mutuo, ¿por qué no sucumbir ante nuestra tentación? Y por favor no digas que es pecado.–Le dijiste a centímetros de su rostro.

–Porque está prohibido, princesa. Esto entre nosotros no puede pasar.–Te dijo viendo hacia tus ojos, y por un milisegundo hacia tus labios antes de volver a tus ojos otra vez.

–Nadie se tiene que enterar... será nuestro secreto.–Le dijiste con una sonrisa.

Bucky soltó un pesado suspiro, apartando la vista de ti por un segundo.

–Me voy a arrepentir de esto...–Murmuró antes de poner su mano derecha en tu nuca y la otra en tu cadera, estrellando sus labios con los tuyos.

Llevaste tus manos a su cuello y luego a su cabello para jalar de él, mientras te hacía retroceder hasta la pared junto a la puerta de su pequeña habitación, sin dejar de besarse.

Jalaste de su cabello haciéndole gemir e introdujiste tu lengua en su boca, lamiendo el interior de ésta mientras Bucky te tomaba en sus brazos y enrollabas tus piernas en sus caderas.

–¿Ves que se siente bien dejarse llevar?–Le dijiste agitada mientras Bucky comenzaba a besar tu cuello.

–Cierra la boca.–Te ordenó refregando su erección por tu centro sobre la tela de tu vestido, haciéndote gemir.

Bucky te sujetó y te llevó hasta su habitación donde gentilmente te dejó en la cama y sin dejar de besarte.

Llevaste tus manos a su cabello para jalar de él, mientras sus manos recorrían tu cuerpo.

Bucky se alejó ligeramente para verte a los ojos, ambos respirando agitados.

–¿Ésta es su primera vez?–Te preguntó con suavidad viéndote a los ojos.

–Si digo que sí... ¿sería muy malo?–Le preguntaste algo nerviosa.

–¿Y está segura de querer hacer esto conmigo? Quiero decir... ¿no debería ser con alguien especial?

–James, tu eres especial para mí... tu eres el hombre con quien yo quiero estar. Pero si tu no lo quieres así, e-entonces lo entiendo, y me disculpo por—. Dijiste tratando de levantarte, pero Bucky te volvió a besar con gran pasión y ternura a la vez.

–Tú también eres una mujer especial para mí, muñeca. Y no hay ninguna otra mujer con la que me gustaría estar que no seas tu.–Te dijo con una sonrisa, provocando que una también se formara en tu rostro y le besaras nuevamente.

El beso se volvió cada vez más salvaje, hasta que Bucky se alejó para quitarse la ropa bajo tu atenta mirada.

Una vez desnudo, tu mirada se dirigió a su erectado miembro, mordiendo tu labio inferior.

–No se preocupe, su majestad. Todo esto es solo para usted.–Te dijo con una sonrisa acercándose a ti para volver a besarte.

Fue bajando dejando besos por tu mandíbula, cuello, al escote de tu vestido y luego se arrodilló para subir la falda de tu vestido y luego quitar tu ropa interior.

–¿Puedo?–Te preguntó gesturando hacía tu parte baja.

–Claro que puedes...–Le dijiste agitada.

–No te preocupes, te voy a hacer sentir bien, y si quieres que me detenga, solo dilo.–Te dijo acariciando tú pierna, para luego besarle hasta llegar a tu parte baja.

Trazó una línea haciéndote soltar un gemido y arquear la espalda, para luego comenzar a devorarte tratando de mantener el autocontrol.

Llevaste tus manos para jalar de su cabello, provocando que su nariz hiciera contacto con tu clítoris y te diera más placer del que ya estabas sintiendo.

Bucky metió un dedo dentro de ti, mientras comenzó a dejar besos por tu cuerpo hasta llegar a tu rostro donde besó tus labios.

–¿Alguna vez te haz tocado así?–Te preguntó moviendo su dedo para complacerte.

–S-si...

–¿Y alguna vez pensaste en mi?–Te preguntó besando tu mandíbula con lentitud, al igual que los movimientos de su dedo.

–S-siempre...–Respondiste avergonzada y respirando agitada.

–Yo también... todos los días, cada vez que podía, me tocaba pensando en ti.–Te susurró antes de volver a bajar nuevamente y succionar en tu clítoris, agregando otro dedo más.

Pronto comenzaste a sentir una sensación en tu abdomen que avanzaba con rapidez, hasta que te corriste en su boca con un fuerte gemido.

Bucky besó tus piernas y luego subió para besar tu cuello, mandíbula, mejilla y luego tu boca, donde te permitió pasar tu lengua por su boca mientras soltabas un gemido.

Una vez se quedaron sin aire, dejó un beso en tu frente y acarició tu mejilla, viéndote con una sonrisa.

–Eres maravillosa, muñeca...

–Fuiste tu el que hizo todo.–Reíste ligeramente.

–Aún así eres maravillosa. Y no quiero apresurarte ni abrumarte, no es necesario que hagamos nada más si no quieres.–Te dijo un poco más serio, pero sin dejar ir esa suavidad en sus palabras.

–¿Y qué pasa si quiero seguir?–Le preguntaste con una sonrisa pícara.

–Entonces seguimos.–Te dijo reflejando tu sonrisa, antes de volver a besarte con pasión nuevamente.

Bucky Barnes Oneshots IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora