Capítulo 13º: Arco II Parte IV

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Arco II Parte IV


Es sagrado. Decir cualquier nombre tres veces. Pero he estado de pie en frente de suficientes espejos para saber que nadie viene solo porque llames por ellos.
—Reyna N.A. 


Han YinXi nunca fue el tipo de chico que pensara demasiado.

Eso de los grandes esquemas y las ideas explosivas que maravillaban y podían cambiar el curso de la vida, esas cosas que se dejaban a los grandes genios que nacían solo una vez cada tres generaciones —todo eso de las ideas y los genios y la elocuencia— nada de eso lo definió jamás y pensó que no podría existir alguna persona que alguna vez le agradecería por hacer algo bien.

Los hermanos Min y su general Kim quizá fueron las únicas personas que siempre tuvieron algo bueno que decir sobre él, pero YinXi estaba seguro de que eran solo ese tipo de cumplidos que le hacías a alguien cuando te hacía un pequeño favor.

Gracias por despertarme a tiempo. Gracias por recibir esta llamada. Gracias por tomar mi guardia del día. Gracias por evitar que hiciera una estupidez.

YinXi era bueno, al menos, para hacer pequeños favores.

No para las grandes ideas.

No para los grandes planes.

No para sacar un fragmento de alma de un estilógrafo y volver a casa (en otro espacio y otro tiempo) con su general que aparentemente había perdido la memoria y, al menos, dos tercios de su coeficiente intelectual.

Este mundo, pensó YinXi mirando sus pequeñas manos de un niño de cinco años con resentimiento e impotencia, este mundo es el culpable. Es un mundo de gente estúpida.

Debían ser todos estúpidos. Se repetía el pensamiento en su cabeza mientras su general Min miraba al general Kim que se veía extremadamente descuidado y un poco encantadoramente loco en esta tierra, tratando de despedirse fuera de la guardería de la forma más incómoda posiblemente imaginable.

Un mundo de gente estúpida donde hasta su general Min parecía un poco tonto y el general Kim se veía como un hombre triste.

Aunque triste era una cualidad inherente del general Kim hasta donde YinXi podría decir.

Se veían como personas estúpidas. El tipo de personas a las que, quizá, YinXi podría hacer un pequeño favor y hacerlo parecer como una gran idea.

[Soldado Han]

[¿Desea proceder?]

No puedo pensar, había sido su respuesta cada vez, no sé qué hacer.

La cosa era que sería fácil decirle a 1.0 que procediera y se hiciera cargo de la situación mientras YinXi fingía tener cinco años y aparentes problemas psicoemocionales; sería extremadamente fácil —sin tener que encontrar de cero a Kim Seokjin— que 1.0 extrajera a la fuerza el fragmento de alma, calculara el momento de una próxima anomalía y los llevase de vuelta a casa. Pero como todo en la vida de Han YinXi, él sabía que no sería así de fácil.

Él sabía que todos los fragmentos de alma del general Kim Seokjin tendrían dificultades, porque un alma rota y fragmentada y esparcida por el universo no tenía la posibilidad de quedar intacta en su infinitesimal existencia.

Extraer uno de los fragmentos de forma violenta y desapasionada solo crearía un daño irreparable en el huésped, cosa que Han YinXi no estaba seguro de poder hacer y continuar con su vida sin sentido de culpa.

Este Kim Seokjin y este Min Yoongi no eran los mismos que conoció durante casi toda su vida en el Territorio, pero al mismo tiempo, de alguna manera, eran las mismas personas, que ya se veían rotas más allá de la reparación, ¿Cómo podría empeorar las cosas al tomar el camino fácil que le ofrecía 1.0?

All The Lights We Can Not See | M. YG - K. SJDonde viven las historias. Descúbrelo ahora