Capítulo 14º: Arco II Parte V

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Arco II Parte V

¿Se supone que debo estar agradecido por haber sobrevivido esto?

Brenna Twohy


Min Yoongi tuvo un sueño una vez. Uno que no logró olvidar nunca más.

Caminaba junto a otra persona por un puente colgante que parecía a punto de desmoronarse. No había luz en el cielo, no había luces por ninguna parte, pero de alguna manera, aún era capaz de discernir la figura erguida de esta persona durante todo el camino.

Aún en sus momentos más solitarios, en sus momentos más bajos, en sus momentos más tristes, Yoongi sería capaz de recordar la figura de esa persona y pensar que incluso si caminaba en la oscuridad por un puente a punto de venirse abajo, la sombra de su presencia siempre lo acompañaría, incluso si no pudiera ver su figura, incluso si realmente no estuviese ahí.

Yoongi cerraría los ojos y recordaría el atisbo de hombros anchos, la redondez de una cintura, el roce insignificante de una piel cálida.

A veces tenía que recordarse a sí mismo que un recuerdo no era más que una memoria archivada, que de alguna manera conseguía siempre resurgir a la superficie de sus pensamientos más inocuos y levantar el caos a la vez que le proporcionaba alguna pizca de calma, que al fin y al cabo era tan pasajera como cualquier otro momento de verdadera paz en su vida.

No se había cambiado la ropa de estar por casa antes de salir con el anticristo de su familia, así que el hoddie blanco había quedado irreparablemente manchado de sangre al igual que sus jeans claros. No tenían salvación (no era que le importara tampoco) y la humedad, en algún punto, se había filtrado hacia su piel, lo que había manchado sus músculos de sangre también.

Quizá se había quedado a medio camino entre el sueño y la vigilia en algún momento, quizá había tenido otro sueño u otra pesadilla, no estaba seguro, pero era la madrugada estaba bastante avanzada cuando tomó conciencia y algunos recuerdos fragmentados de lo que había soñado se escapaban de su cabeza para pasar como una bandada de pájaros delante de sus ojos.

Eran parte realidades y parte fabricaciones.

Revivió ese momento en el que entró al piso de Kim Seokjin y, desde la distancia, lo único que podía ver era la puerta abierta de su apartamento, con un hombre mayor cuyas manos temblorosas sostenían un cuchillo ensangrentado de forma tan apretada que sus nudillos habían pasado a ser del color de las cenizas. Con cada respiración agitada, daba un paso hacia atrás hasta que su espalda golpeó la pared del pasillo.

Desde su ángulo, lo otro que podía ver era una mano que sostenía débilmente el marco de la puerta; su posición era demasiado baja, como si la persona estuviese arrodillada.

En el momento en que su cerebro se llenó de zumbidos irregulares, Yoongi se sintió gravitando fuera de su cuerpo, acercándose a esa mano que solo podía pertenecerle a una persona, pero sin sentir que se movía en absoluto.

Entonces Seokjin había caído hacia adelante con un ruido seco en la alfombra del pasillo que rápidamente comenzó a llenarse de sangre y el delgado hilo que había estado manteniendo a Yoongi en control se había reventado con la fuerza de un latigazo.

No estaba muy seguro de qué había pasado después; un torrente de luces y movimiento, corriendo para hacer presión en la herida, ignorando todos los protocolos porque el hombre que seguía sosteniendo el cuchillo de todas maneras no se movería, demasiado paralizado por sus propias acciones como para huir; tratando desesperadamente que Kim Seokjin no se desangrara en sus brazos porque sencillamente Yoongi no sabía qué sería de su vida después de eso.

All The Lights We Can Not See | M. YG - K. SJDonde viven las historias. Descúbrelo ahora