Arco II Parte VI
El fuego no puede tocarme, porque me he quemado demasiadas veces. Y el mar no puede hacerme daño, porque me he estado ahogando toda la vida. Oh, pero tu puedes rasgar mi corazón abierto, cariño, porque nunca antes he conocido el amor.
—R./asthreria
Jungkook era un abogado muy eficiente, el tipo de eficiente que solo venía con años de sobre-exigencia y perfeccionismo. Condenadamente eficiente.
Al menos eso se esforzaba en creer.
Los resultados, Jeon Jungkook se decía, los resultados eran siempre lo más importante; nadie preguntará tu promedio ponderado acumulado de la universidad, pero sí preguntarán qué tan estable es el trabajo que conseguiste.
Los resultados lo eran todo.
Sin embargo, Jungkook se esforzaba para que sus procesos fuesen igualmente impecables. De principio a fin, el resultado dependería del proceso y este no podía ser menos que perfecto.
Esa meticulosidad fue la que le permitió llegar hasta donde estaba mientras mantenía a Seokjin con vida —fuera de la cárcel —, tomaba otros casos al tiempo (usualmente ganándolos) y criaba a su pequeña criatura de cinco años para convertirse en un ser humano decente.
No era fácil.
Por lo tanto, era solo natural que hubiese una que otra pieza desajustada y fuera de balance. Era normal que llegase un punto en el que un pequeño eslabón amenazara el ajuste de su cadena rigurosamente ensamblada.
Ese eslabón se llamaba Han YinXi, conocido como el anticristo, actualmente desaparecido bajo su cuidado.
Solo... ¿Por qué hoy, de todos los días?
Los había dejado a él y a Wonwu en la guardería del hospital en lo que visitaba al recién apuñalado y casi vuelto a matar Kim Seokjin. Habían sido unos buenos treinta minutos desde la última vez que los vio. Los quería tener cerca, llevarlos al jardín de niños no sonaba como una buena idea después de lo que habían experimentado, sin embargo, fue solo regresar para darse cuenta de que tenerlos cerca tampoco había sido lo mejor, después de todo.
Cerca, pero no lo suficientemente cerca.
Wonwu lloraba, como cuando Jungkook olvidó cual era su color favorito y de repente Wonwu había determinado que su padre ya no lo quería. Lloraba con todo su pequeño pecho estremeciéndose porque YinXi había estado un segundo a su lado y luego ya no, y nadie entendía lo que estaba pasando, ni los guardias, ni las enfermeras de la guardería, ni maldita sea Jeon Jungkook.
—Pero, señor Jeon, solo registramos a un solo niño que entró con usted.
Y mira, Jungkook estaba cansado, positivamente exhausto, al borde de un colapso, pero no se había imaginado e inventado a un niño completo ¿De acuerdo? Han YinXi había entrado con ellos, había tomado la siesta en los brazos de Jungkook, por amor a Cristo y todo lo sagrado ¡¿Dónde estaba el hijo adoptivo de Min Yoongi?!
Iban a matarlo, estaba seguro de que ese policía corrupto le arrancaría la cabeza y, honestamente, se lo merecía si no encontraba a la criatura.
Miró a su hijo con tremendo pesar. Lo siento, Wonwunie, papá lo siente. Porque posiblemente su propia criatura se quedaría huérfana pronto si no encontraban a ese niño.
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All The Lights We Can Not See | M. YG - K. SJ
أدب الهواة¿Qué diferencia había entre la vida y la muerte? ¿La respiración? ¿Órganos vitales frescos? ¿Funciones cognitivas activas? Para Yoongi, la línea divisoria entre la vida y la muerte era tan borrosa y confusa que bien podía hacerla a un lado. Para Yo...