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we meet again【 pain 】

Ninguno sabía qué hacer. Los dos estaban congelados en su sitio sin saber qué decir o cómo actuar, mientras el hombre mayor enfrente de ellos los miraba como si fueran la cosa más repugnante de todo el mundo.

Era de nuevo esa mirada que Yunho no había podido olvidar desde aquella vez, esa mirada que le daba nauseas y le aterraba.

Inconscientemente retrocedió y tomó la mano de Mingi, como si aquella acción le impidiera salir corriendo como un cobarde. O como si aquello le ayudara a tranquilizar sus miedos e impedir que se derrumbara otra vez.

Mingi en cambio, si sentía miedo, no tanto como Yunho pero sí sentía miedo de lo que el hombre llegara hacer a continuación. Realmente no le interesaba que lo humillara o lo golpeara a él, a él solo le importaba Yunho y su bienestar. Ese era su mayor temor. Que Yunho saliera lastimado otra vez.

No quería eso. Porque significaría retroceder de gran manera en el enorme avance que había logrado su novio y estaba seguro que no soportarían pasar por aquello de nuevo.

- Vaya, que sorpresa encontrarlos a ambos -habló el Señor Jeong sin dejar de verlos de la misma forma que antes- Supongo que ha sido obra del Gran Buda misericordioso, a quién tanto le he pedido para que me reúna con mi hijo nuevamente.

Los dos escuchaban sin responderle. Mingi solamente lo observaba sin expresión alguna y Yunho solo trataba de esconderse detrás del cuerpo de su novio, bajando la cabeza.

- Ahora que te he encontrado, después de semanas de darte tiempo para pensar bien las cosas, llegó momento que regreses a casa conmigo y tu familia, a dónde perteneces.

- Yunho no irá a ninguna parte, Señor Jeong. Así que si nos disculpa, nos retiramos, buenas noches -respondió de forma cortes y trató de salir del local con Yunho a su lado.

- Alto ahí -los frenó a ambos y cubrió la entrada por completo con su cuerpo- Yunho viene conmigo, soy su padre, así que no te metas Song.

- Yunho es mayor de edad, puede hacer lo que quiere y si no quiere irse con usted entonces no puede obligarlo.

El rostro del hombre se enrojeció del enojo casi de inmediato por su comentario y como si no fuera poco, el verlos a ambos tomados de las manos como si sus vidas dependiesen de ello, terminó por cabrearlo más.

- Él se viene conmigo, así que no te metas Song Mingi -le dijo molesto mientras se apresuraba a tomar a su hijo mayor del brazo, separando sus manos en el acto- Si no dejas que me lo lleve presentaré cargos contra tu padre por haberme golpeado aquél día en mi propia casa. Podría meterse en problemas, ¿quieres eso?

- Yunho no se va a ninguna parte y si quiere presentar cargos contra mi padre entonces adelante, su hermana mayor es de las mejores abogadas del país así que téngalo por seguro, perderá el juicio -respondió tomando del otro brazo de su novio para tratar de alejarlo del hombre con cuidado- Lo está lastimando, ya suéltelo.

Ordenó con la voz ronca, estaba furioso, quería golpearlo tan fuerte en la cara hasta que quedara desmayado. Pero no podía, se metería en más problemas.

- ¿Qué está sucediendo aquí? -preguntó una voz nueva. Era el encargado de la tienda que había escuchado todo el alboroto desde la caja de pagos- ¿Hay algún problema?

Hizo la pregunta hacia los dos más jóvenes, ignorando por completo al viejo de al lado.

- Este hombre quiere llevarse a mi novio -explicó Mingi, esperando a que el joven lo ayudara al menos en algo- Lo está lastimando y no quiere dejarlo ir.

- ¿Es eso cierto? -preguntó hacia el hombre mayor esta vez.

- Este es mi hijo, ¡puedo llevármelo a donde yo quiera! -exclamó aún más enojado que antes- ¡Así que no se meta! Yunho, te vas conmigo en este instante.