Gummy bear ; Pablo Gavi

one.memories

27 de Julio 2018

Caminaba de la mano de mi papá por todo el club de Barcelona, él saludaba a gente que yo no conocía pero saludaba igual por educación, el se detuvo y me dijo - Isa, tengo que ir a entrenar, ¿Querés venir conmigo o recorrer el lugar? - se agachó a preguntarme.

- Quiero caminar por el lugar, después veo si voy a verte - él me sonrió, aunque me conocía el lugar del derecho y al revés y mucha gente me conocía porque vivía hablando con quién se me cruzaba, quería caminar por ahí.

- Está bien, tené cuidado - me abrazó y plantó un beso en mi mejilla, le sonreí y me fuí corriendo, tarareando alguna canción de Taylor Swift, era fan de ella desde que tenía 3 años.

Seguí caminando hasta donde habían unas canchas, había unos 9 chicos que parecían de mi edad, parecían estar discutiendo por algo pero la verdad no me importo mucho, hasta que escuche a uno de ellos decir que faltaba un jugador y creí que sería buena idea preguntar si yo podría jugar

-  Hola, mi nombre Isabella, no me quería meter en su conversación pero escuché que les falta un jugador y pensé si podían dejarme jugar, soy bastante buena - dije, no suelo ser tímida pero está vez dicha timidez me ganó por completo. Ellos no dijieron nada, solo se quedaron mirándome hasta que uno decidió romper el silencio.

- Mmmm, lo siento pero creo que no eres lo que estamos buscando - dijo un chico rubio y de ojos verdes, los cuales resaltaban mucho en su cara, me dediqué a mirarlo mal ¿A qué se refería con eso?

- ¿Estás hablando en serio? ¿Una niña jugando al fútbol con nosotros? ¡Ni lo pienses!  - dijo él y yo me dediqué a mirarlo con mi mejor cara de orto - Está claro que no jugaras con nosotros, mejor vete - me sentí realmente mal, nadie dijo nada, sentía mis ojos llenos de agua pero no iba a llorar, por más sensible que era. Tome mi postura y me pare firme, haciéndole frente.

- ¡Vos decís eso porque tenés miedo de que te rompa el orto! ¡Español roba oro! - solté bastante enojada, por más que tenga solo 11 años, soy Argentina y  cuando me enojo soy capaz de decir de todo. ¿Cuál era el problema si era una chica? Apuesto a que jugaba mejor que él.

- pues... La verdad, tiene razón, eres una niña, de seguro no sabes jugar, lo siento - Dijo otro chico y ahí si me sentí aún peor y ya no tenía esperanza de jugar.

Estaba apunto de irme hasta que escuchar hablar a un chico.

- ¿Es una broma verdad? ¡Yo no veo lo malo! Déjenla jugar - Me di vuelta y el al mirarme me sonrió - Escuchadme, si no la dejan, yo tampoco juego - está vez se puso al lado mío y yo simplemente le sonreí, al fin uno al que le conectan un par de neuronas.
Ellos negaron con la cabeza - Vale, entonces.. - me tomo de la mano y sentí como me ponía nerviosa - Isabella y yo nos iremos a jugar a otro lado, ven - nos fuimos de ahí, yo solo lo seguía sin soltar su mano, lo miraba atentamente hasta que llegamos a una cancha un poco alejada de ellos, está vacía.
- Muchas gracias - le dije mientras el abría la reja para que pueda entrar a la cancha.
- No era una molestia, son unos imbéciles - fue corriendo y agarró una de las pelotas que estaban tiradas en un costado de la cancha. Al mirarlo bien a la cara pude quedar hipnotizada por sus ojos, eran marrones y bastante grandes, resaltaban mucho.

Hicimos pases y cosas que hacían en los entrenamientos según él, también me enseñó algunos trucos aunque yo sabía un para gracias a mi papá. Sin darme cuenta, las horas pasaron volando y ya me tenía que ir.
- Eu, Pablo, me tengo que ir pero la pasé re bien - le sonreí y cuando me estaba por ir, él me detuvo.
- ¡Espera! - me di vuelta para poder mirarlo - Cuéntame de ti, solo se tu nombre y que tienes un acento raro ¿No eres de aquí, de España? - dijo y reí por su pregunta, el solo me sonrió
- Bueno, no, no soy de España, soy de argentina y mi nombre completo es Isabella Messi, tengo 11 años y... - antes de que pudiera seguir, él me interrumpió.
- ¡¿MESSI?! ¿En serio eres su hija? - parecía que estaba en shock por lo que acaba de escuchar, volví a reír.
- Si, soy su hija - dije tímidamente, tendría que acostumbrarme a estás reacciones cuando me presentaba pero aún no lo lograba.
- Wow... - él no sabía que decir y yo tampoco, se sintió un poco incómodo.
- Bueno, me tengo que ir, si no mi papá me mata - me rei incómoda
- Antes de que te vayas, dile a tu padre de mi parte que su hija es muy guapa y tiene una sonrisa muy linda - lo dijo tan rápido que casi no entiendo lo que dijo, sentí como la sangre subía a mis mejillas y a él también. No sabía que decir así que solo lo saludé con la mano y le sonreí amablemente.