Gummy bear ; Pablo Gavi

four.ultimate escape

Durante este mes Pablo y yo pudimos ponernos al día sobre todo los que nos pasó este último año, le conté sobre que Taylor tenía que regrabar sus discos y de sus últimos dos discos, también estábamos hablando sobre Barcelona, había rumores de que mi papá se iba a ir de dicho club pero a mí no me había dicho nada o al menos no lo habló en frente de mi.

- Es mentira ¿Verdad? - dijo sentado en el sofá mirando su celular, yo mire de reojo que estaba viendo y efectivamente era una noticia sobre que mi papá no iba a renovar con Barcelona.
- Ni idea, no me dijo nada - dejé de mirarlo para concentrarme en la película que estábamos viendo aunque era un poco aburrida
- "Dicen que el famoso jugador argentino firmaría con el equipo de Francia PSG" - dijo con un tono raro, imitando lo que decía en la noticia, yo lo miré sería y el me devolvió la mirada.
- Si llega a ser verdad, me pegó a una pared del Barcelona y me van a tener que sacar a la fuerza, ni en pedo me voy de acá - él rió pero dicha risa se esfumó en segundos para luego mirarme
- Yo no quiero que te vayas - confesó y hubo un silencio incómodo que yo me encargué de romper.
- Probablemente sea solo un rumor que inventan para llamar la atención, sabes cómo son, no importan - lo calmé un poco, el miró su celular y bufó, yo lo miré atenta.
- Tengo que ir a entrenar - se quejó, yo solté una risita - no quiero, estoy muy cansado - hizo un mini berrinche como de nene chiquito
- dale bolu, yo te acompaño - dije levantándome de mi asiento, tomando mis cosas y guardando todo en mi bolso, él miro cada uno de mis movimientos
- ¿Segura que quieres? Mira, no hay ningún problema si no - él repitió mis acciones, yo negué con la cabeza dando a entender que si quería ir.

Cuando llegamos al club, me tomé el tiempo de ir a saludar a mi papá mientras Pablo iba a los vestuarios junto a sus compañeros, quienes le hacían bromas sobre mi y yo solo me reí. Aún no habían salido de dichos vestuarios cuando yo ya estaba sentada en unos de los bancos que están por las canchas de entrenamiento, veía alguna que otra cosa en mi celular mientras lo esperaba hasta que por fin salió. Me quedé muy atenta mirándolo, analizando cada uno de sus movimientos y sonriendo como una boba hasta que me di cuenta de lo que estaba haciendo y actúe como si nada hubiera pasado, volviendo la mirada a mi celular hasta que les dieron 15 minutos de descanso.

- ¿Como va todo? Creo que estás sufriendo un poco - reí sobando mis manos, hoy hacía un poco de frío.
- De lo más aburrido... - bufó mientras pensaba hasta que una sonrisa pícara se le apareció en el rostro, yo lo miré con el ceño fruncido hasta que él se empezó a acercarse lentamente a mi - ¿Y si nos escapamos? - susurró en mi oído y sentí un escalofrío recorrer por toda mi espalda, abrí los ojos sorprendía y empecé a negar con la cabeza rápidamente - Porfaaa - hizo un puchero y me miró con cara de perrito mojado, sus ojos brillaban.

¿Ya dije que tiene unos ojos hermosos?

- ¿Vos estás loco Pablo? ¿Que pasa si tusa profesores se enteran? ¿O si mi papá me busca y ve que no estoy? ¡Me mata! - hablé muy alto, bastante alterada, el me hizo una seña, haciendo que callará y trató de convencer y finalmente lo logró, ahora buscábamos una manera de salir de ahí, lentamente me fuí levantando de mi lugar hasta esconderme detrás de todos los bancos y le tomé la mano rápidamente y una vez que se distrayeron lo suficiente, salimos corriendo de ahí. En el camino a la salida no pudimos parar de reír
- ¡Te lo he dicho! ¡Esto será estupendo! - dijo con la respiración alterada de tanto correr, una vez que llegamos al estacionamiento, subimos en mi auto. En realidad, no era mi auto, era otro de los tantos que mi papá tenía pero había aprendido a manejar por más que no pudiera sacar la licencia, mi papá me prestaba su auto.

- ¿Y a dónde tenés pensado ir, ratero? - dije subiendo al auto y cuando él se subió en el asiento de copiloto y puse el auto en marcha
- ¿Y qué coño significa ratero? - pregunto con el ceño fruncido, yo solté una carcajada al escuchar su expresión y ver su cara
- Ratero se le dice a alguien cuando se escapa de algún lugar, mayormente cuando se escapan de la escuela, osea vos - lo señalé con el dedo índice mientras salíamos del lugar - ahora decime a dónde querés ir - dije para luego agradecerle al de seguridad que se encarga de abrir el portón, Pablo copió mi acción.
- bueno.... Emmm..... Conozco un pueblo, un poco alejado de la ciudad, yo te voy guiando- soltó un poco nervioso y yo asentí mientras él me decía por dónde ir - ¿Sabes? Algún día convenceré a tus padres para que vengas a Sevilla conmigo y te muestre dónde vivía, te va a encantar - dijo mientras miraba por la ventana con una sonrisa de par en par.
- Está bien, estoy segura que es muy lindo - le sonreí sin apartar mi vista de la calle y siguiendo las indicaciones de Pablo.