VI

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"Para ayudarte"
11 de septiembre de 2021

Ayer no había ido a ningún entreno. Iba muy liada con todo y no soy capaz de organizarme sabiendo que paso más de 5 horas fuera de mi casa sin contar el colegio. El bachillerato me está matando, y no llevamos ni un mes. Todos esos pensamientos rondaban por mi cabeza sin darme cuenta que no estaba prestando atención a ninguna explicación de clase. Estaba muy distraída estos días, realmente no sabía porque, supongo que solo era cuestión de que me adaptase.
Si, sobretodo será eso.

En fin, después de unas 400 explicaciones en clase y unos avisos de "no estudiéis el último día" pude salir. Un momento que esperaba desde las 8 de la mañana.
Cogí el móvil. Me había llegado una mensaje de WhatsApp de un número que no había visto en mi vida. Leí los mensajes y solo me pude preguntar una cosa.
¿Como coño había conseguido este mi número?

"Me da igual lo que digas, hoy voy a tu casa a ayudarte a estudiar, no quiero que faltes más a tus entrenos"

Fuí corriendo a casa y le pregunté a mi hermano si el sabía algo.
- Pedrote - Fue lo primero que dije al entrar a casa mientras intentaba buscar a mi hermano por esta.
- ¿Cómo te ha ido?
- Luego te explico. Tu dime ahora si le has pasado mi número a Pablo.
- ¿Pasa algo?
- No no, pero no se, me podrías haber avisado. Por cierto, hoy va a venir a casa a estudiar.
- A estudiar si si - Dijo mi hermano con una sonrisa burlona.
- Pues si.
Abrace a mi hermano y fuí a buscar a Fer para hacer el mismo gesto.

Bueno, después de hacer mi rutina diaria solo me quedaba esperar a que viniese Pablo.
Menos mal que no me tenia que arreglar mucho.

Eran ya las 15:57 y yo no podía estar más emocionada. A ver que íbamos nada más a estudiar, pero podía dar todo por estar unos minutos más con él.
Cuando escuché que la puerta se abría fui corriendo a por él.

- Hola Elenita - Dijo él con una gran sonrisa en la boca.
¿ELENITA?

- Bueno, os dejo - Dijo Pedro con una sonrisa.

- Hola Pablito - Hice una pausa - Te aviso que soy muy mala en historia.
- Pues has tenido suerte. Yo era el mejor en historia.
- ¿Cuando? ¿En tercero de primaria? - Dije con una sonrisa burlona.
- Cállate anda y vamos a tu habitación que no quiero que suspendas.

Le hice caso, y sin pensarlo le cogí de la mano y le llevé a mi habitación. Para hacer de este trayecto un poco menos tenso solté conversación.
- ¿Porqué? - Pregunté yo directamente mirándole a los ojos.
- ¿Porqué lo que?
- Que porque te preocupas tanto.
- Para ayudarte Elenita - Acepto que me sonrojé un poco con sus palabras.
- Tira anda - Dije escapando una risilla nerviosa que obviamente notó.

Después de un largo rato estudiando volví a la realidad cuando escuché a Fer y a Pedri irse (la verdad, no se donde iba Fer, pero Pedri iba a entrenar)

- Pablo, ¿no vas a entrenar? - Pregunté dudosa y un poco preocupada.
- Que va, le he dicho a Xavi que hoy no podía ir. Estoy un poco jodido por un tirón de ayer y aparte quiero estar contigo un poco más.
- Entonces me quedo más tranquila, ¿quieres quedarte a cenar?
- Venga 
- Vale Pablote
- Vale Elenita
Me encanta que me llame Elenita.

- Bueno Elenita, seguimos porque aún no lo hemos acabado el tema.
- No. - Contesté. Sinceramente ya me había aburrido pero iba a hacer un esfuerzo por estar con él. - Bueno venga vale.
- Si ya sabía yo que conmigo no ibas a poder decir que no.
No es listo ni na'.
- Porque tu lo digas.
- Pues si.
- Pues no.
- Pues si. Anda tira que te queda pa' rato.

Y así estuvimos hasta las 18:30, hasta que él consideró que me lo sabía y ya pude tener toda la tarde libre. Con él.

- Guapa, ¿me enseñas a jugar a volley?
¿GUAPA?
- Vale, pero solo porque me has caído bien. - Hice una pausa - Se te dará bien, si se te da bien todo.
- Se me dan bien más cosas de las que crees.

Fuímos al jardín, pillamos la pelota que mejor vimos de todas las que tenía y me dispuse a explicar de la mejor manera posible.
- Bueno, pues en volley hay 2 tipos de golpes principales. El de dedos y el recibimiento. - Me encantaba porque me miraba a los ojos con dulzura, observando todos mis movimientos para el copiarlos. - Luego está el saque, que es un golpe un poco más fuerte. También está el remate, pero ese es más difícil.
- A ver, tira y hacemos toques. - Dijo el castaño.

Estuvimos un rato haciendo toques, la verdad me sorprendía lo rápido que lo había entendido y lo bien que se le daba. Puto niño perfecto.
Más encima se estaba haciendo ya tarde y pude tener unos de los mejores momentos de toda mi vida.
Él y yo, jugando mientras había un atardecer precioso.

- ¿Cuando tienes partido? - Preguntó Pablo. La verdad es que esa pregunta me pillo desprevenida.
- Pues, eh, dentro de dos semanas creo ¿Pero porqué?
- Para ir a ver a mi nueva jugadora favorita.
Podía notar como me sonrojaba y una fuerte ola de calor vino a mi cuerpo a lo que respondí sonriendo inconscientemente.

Ya era tarde, y me encontraba en la cocina de mi casa buscando que darle de comer a Pablo, porque claro, no le conocía mucho y no sabía mucho sus gustos.

- ¿Que quieres cenar?
- ¿Me puedo hacer una tortilla? Es que no tengo demasiada hambre.
- Claro que puedes Pablito ¿Quieres algo más?
- Tranquila, así estoy bien.
Más mono.
Fui para la encimera de mi cocina a hacerle la tortilla, provocando que él, se levantase en protesta pegando todo su cuerpo con el mío, haciendo que mi piel se tensara rápidamente.
- Me gusta mucho la Elena que se pone nerviosa con el mínimo contacto, pero déjame porfa.
- Que no pesado. Y oye, ¿Nerviosa de que? Flipado - Hice una pausa - Y enserio, tranquilo, no me molesta hacerte la comida. Ve a la sala, ahora te lo traigo.

Cuando acabé, me asomé por la sala y vi a Pablo hecho bola en el sofá. Mira que es mono tío.

- ¿Tu no comes? - Preguntó Pablo con una aparente preocupación en la mirada.
- No suelo comer.
Pablo me miró directamente a los ojos con una expresión muy seria.
- Elena, eso no. Come algo por favor.
- Pablo no te preocupes. No tengo hambre - Hice una pausa - ¿Porqué te preocupas?
- Para ayudarte Elena. Te he pillado cariño en este tiempo y quiero que estés bien. Te quiero cuidar. - Puso su mano en mi muslo, acariciándolo. Con su otra mano, me agarró la cabeza y me dió un beso en la frente. Yo solo le abracé, respondiéndole el gesto.

Estuvimos así un buen rato, hasta que nos dimos cuenta que ya era muy tarde y que por desgracia, mañana aún era jueves.

- Pablito, ya es muy tarde, te tienes que ir.

Espero que os haya gustado este capítulo. Es un poco más largo pero es más intenso. 🫶🏼

𝐘𝐎𝐔 | 𝐏𝐚𝐛𝐥𝐨 𝐆𝐚𝐯𝐢.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora