Pablo's Pov II

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"Algo que nos conecta"
19 de septiembre de 2021

Ansu era la única que soportaba que hablase a todas horas de Elena. El decía que estaba enamorado de verdad aunque me negase. Dice que nunca me ha visto así por alguien y menos por una tía. Dice que me ve más feliz.
Y es verdad. Elena me volvió a sacar ese brillo que se me apagó algún día.

Estaba tan desesperado por tener atención suya que acudí a mi hermana mayor. Aurora tiene novio, así que supuse que me podrá ayudar.

Aurora

Hoy

Aurora, te puedo llamar?
Necesito tu ayuda
18:46 √√

Si, llámame
Que pasa?
18:49

Ahora te explico
18:49 √√

En una llamada de más de 2 horas a Aurora, le expliqué todo lo que pasaba para tener de sus consejos. También quería saber su opinión sobre todo. Ella también piensa que estoy enamoradito.

- Cuidado que no quiero sobrinos - Dijo Aurora en un tono burlón en la llamada.

Estoy muy agradecido con que me haya intentado ayudar con el tema de Elena. Nunca me he enamorado, bueno, nunca me había enamorado como lo estoy por Elena. Ella tiene algo especial.
Algo que nos conecta.

  Pero necesitaba más ayuda.
Y no se me ocurrió nadie más que su propio hermano, Pedri.
Esto puede salir muy mal.

Tenía planeando decirle en el entreno que necesitaba hablar con él, y que si podía ir a su casa para hablar.
Sonaba un poco mal lo de "ir a su casa" pero ya he ido más veces.
Me tenía que asegurar de que hoy Elena se vaya a entrenar para hablar con él sin que se entere. Eso y rezar para que Pedro no sea un bocazas y le cuente todo a Elena.

Ya estaba de camino al entreno, y justamente ese día a Pedri le dio por llevarme en coche. Así que aproveché para decirle que quería hablar con él.

- Pedri - Dije logrando captar la atención del canario.
- Dime - Contestó.
- Mira, necesito hablar contigo de una cosa después del entreno. Es bastante largo así que...
- Vente a mi casa y me lo cuentas todo - Pedri me cortó hablando. Aunque parecía que me había leído el pensamiento.
- No es nada grave ¿No? - Preguntó con un tono de preocupación.
- Que va - Contesté - Puedes estar tranquilo.

Ya habíamos llegado a la ciudad deportiva, y mientras entrenábamos mil pensamientos venían a mi cabeza. Todos sobre Elena.
No podía parar de pensar en ella, en lo que tenía que decirle a Pedri y como iba a reaccionar.

- ¡Gavi, va! ¡Acelera! - La voz de Xavi me hizo volver a la realidad y centrarme en lo que estaba haciendo.
Aunque por otra parte seguía pensando en ella.

A decir verdad, el entreno se me había pasado volando. Pero cada vez que pasaba el tiempo notaba como me ponía más nervioso e inquieto por hablar con Pedri. También quería saber su opinión al igual que hice con mi hermana.

- Sube al coche anda, que me has dejado con intriga.

Ya estábamos en casa de Pedri. Notaba como comenzaba a temblar y a sudar.
- Pablo, ¿Estás bien? - Preguntó Pedri.
- Si, si - Dije yo con la voz temblorosa.
- A ver, dime que es lo que querías decirme. ¿Te gusta mi hermana o que? - Bromeó Pedri acompañado de un par de carcajadas.
Yo solo asentí un poco avergonzado.
- No me jodas. - Dijo él.
- ¿Tú que crees? - Dije creando la curiosidad de Pedro.
- ¿Que creo de que? - Respondió él un poco disperso.
- Sobre ella. - Me limité a decir.
- Yo creo que deberías lanzarte - Hizo una pausa - La tienes a tus pies. Estoy cansado de que me hable de ti.
Esas palabras hicieron que mi corazón se calentase un poquito e inconscientemente le regalé la sonrisa más sincera a Pedri.
- Yo pensaba que para ti ella era un lío sin más. Os habíais liado ¿No? - Preguntó Pedri.
- Si, ósea si pero no. Fue un beso nada más.
- Ah, vale. - Dijo Pedri - Retomando el tema sobre mi hermana, estoy hasta los huevos de que me hable de ti y de tus ojos, tu sonrisa, tu pelo y en general de ti.
Debería contar cuanto te nombra en un solo día. Y porfa no te la folles que no quiero sobrinos.
Otro con el putísimo tema de los sobrinos.

- Oye, voy a por agua. Ahora vuelvo - Dije yo.
El canario me asintió.

Fui a la cocina y me encontré a ¿Elena?
Mis ojos se abrieron como platos al darme cuenta de que no estaba alucinando y que estaba Elena sentada en la mesa de la cocina bebiéndose un vaso de Cola-Cao.
- ¿Que haces aquí? - Pregunté - ¿No tienes entreno?
- Tengo fiebre - Dijo Elena llevándose su taza a la boca. - Por cierto, muy sincero de tu parte.
- ¿Lo que? - Pregunté mientras me bombeaba el corazón cada vez más rápido.
- Nada nada - Respondió ella también bastante nerviosa.
La tensión era inmensa. Hasta que un grito pudo cortarla
- ¡Pablo esquizofrénico! ¿CON QUIEN HABLAS? - Preguntó Pedri chillando desde el otro lado de la casa.
- ¡CON TU HERMANA! - Respondí chillando también.

Me acerqué a la castaña tocándole la cabeza y acariciándosela.
- Cielo, estás ardiendo. ¿Te has tomado algo? - Pregunté amablemente. Hasta enferma estaba preciosa.
- Sí. Pareces mi madre preocupándote tanto por mí.
- Es que me encantas. - Dije sin pensar.
Ella poco a poco se estaba acercando cada vez más para unir mis labios con los suyos como si fuesen 2 imanes.
Me daba igual que estuviese enferma.
Y en ese momento que nuestros labios se unieron, entendí que era sentirse en casa. Entendí que era encontrar a alguien que te cure el corazón. Entendí que era sentirse querido.
Un beso lleno de cariño que se va a quedar grabado en mi retina por mucho tiempo, y seguramente el mejor recuerdo que tenía.

Después de parar el beso, no pude aguantar volver a mirarla completamente.
- Pablo, vamos a mi habitación - Dijo ella.
Para llegar a su habitación teníamos que pasar por la puerta del comedor, donde vi a Pedri decirme "Ni enferma la dejas" y una sonrisa burlona.

Ya estábamos en la habitación de Elena. Podía ver el termómetro, un par de medicamentos y la mochila de voley a mitad hacer.
A todo esto, no había caído en que, Elena no estaba en el entreno. Pero creo que estaba tan centrando pensando en ella que no me había dado cuenta. Irónico.

- Pablo, me voy a poner el pijama. - Soltó Elena.
Sin pensarlo, me di la vuelta para que ella se cambiase con privacidad.
Ella me avisó cuando ya estaba cambiada.
Ese pijama le quedaba de lujo y no pude evitar mirarle el culo. Madre mía que me está pasando.

- Mi niña, deberías descansar. - Dije yo en un tono dulce.
Ella asintió y se metió en la cama haciendo un gesto para que yo me metiese con ella. Y no me podía resistir.
Elena estaba dormida en mi pecho mientras yo le acariciaba la cabeza y el brazo.

Ya tocaba un Pablo's Pov. Espero que os haya gustado este capítulo intenso.
¡Ojo que vienen cositas!

𝐘𝐎𝐔 | 𝐏𝐚𝐛𝐥𝐨 𝐆𝐚𝐯𝐢.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora