XXII

452 17 6
                                    

"¿Puedo seerlo?"
22 de noviembre de 2021

Me desperté en el pecho de Pablo, no recordaba nada de la noche anterior. Solo sabía que había bebido demasiado, porque me dolía demasiado la cabeza.
Incliné mi cabeza para ver a Pablo con su móvil en la mano, viendo Tiktok.

— Buenos días preciosa. - Dijo Pablo girando levemente su cabeza para poder verme mejor. — ¿Que tal estás?

— Me duele la cabeza. No se cuanto bebí ayer, pero me pasé. - Confesé con una sonrisa ladeada en mi boca. — ¿Tú cómo estás, cielo?

— Bien, dentro de lo que cabe bien. Hoy tengo partido. - Dijo mientras se levantaba para ir a desayunar. — ¿Vienes?

— Uno, claro que se que tienes partido. Dos, voy a desayunar contigo. - Dije levantándome de la cama para ir tras él.

Después de desayunar volví a mi habitación en compañía de Pablo, para cambiarme.

Me puse unos pantalones grises de chandal y una camiseta de Pablo, de Nike.

Me puse las gafas ya que no iba a salir hasta la tarde, cuando saldría para ver el partido en el Camp Nou.

[...]

Llegué al Camp Nou, esta vez yo sola. Fer tenía cosas que hacer y no había podido venir hoy.
Me senté en la grada, esperando a que los jugadores saliesen a calentar.
Vi como figuras de ambos equipos ya empezaban a estar en el campo.

Vi a Pablo presente, que me buscó con la mirada.
Cuando me encontró me guiñó un ojo, provocando que me pusiese totalmente nerviosa y que la composición de mi cuerpo se altere.
Los jugadores del Girona se colocaban en sus sitios iniciales al igual que los Blaugranas.
Empezaban a corear los nombres de los jugadores del Barça, entre ellos el de Pablo, y el de obviamente Pedri, que era muy querido por la afición culer.
El partido comenzó con una clara dominación del campo por nuestra parte.

Una falta conflictiva cae a Pablo, haciendo que se enfade por su poca paciencia.
Confieso que verle sudado y enfadado son de las mejores cosas que puedo ver.

Se acababa la primera parte con un 0-0.

Bajé al vestuario con el permiso de Pablo, intentando poder hablar un poco con él.

— Va que os da tiempo aquí a hacer un rapidito. - Chilló Balde desde la otra esquina del túnel del vestuarios.

— ¡Que te calles, cabrón! - Dijo Pablo con una expresión divertida. — Elena, cuando acabe el partido tengo que hablar contigo. - Sus palabras me dejaron desconcentrada toda la segunda parte, ¿Había hecho algo? Me pregunté a mi misma.

— Eh, sí. Sí claro. — Fingí sonreír para ocultar la verdadera preocupación que merodeaba mi cuerpo. — Me voy, suerte. - Me despedí del sevillano.

Corrí a los aseos más cercanos que encontré, me sentía mareada, pero no por algo físico, era algo psicológico. Me preocupaba pensar que podría haber hecho algo que no le haya gustado. No le quería perder.

— ¿Neli? - Preguntó una voz dando toquecitos a la puerta, tratando de entrar. Pronto reconocí quien era, era Pepi.

Sin pensarlo, le abrí la puerta del pequeño cubículo, para encontrarse a mi sentada en la tapadera del váter, con un par de lágrimas saltadas.

𝐘𝐎𝐔 | 𝐏𝐚𝐛𝐥𝐨 𝐆𝐚𝐯𝐢.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora