Capítulo 3:

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— Rápido romeo, no tengo todo el día, todavía debo hacerle llegar la prenda a Senjuro — Tanjiro parpadeo y reanimo tan rápido sus brazos reaccionaron.

Se saco la camiseta por la cabeza, aunque le hubiera gustado entregarle algo limpio, esa prenda no tendría sus feromonas, ni su aroma impregnado, era su mejor opción para calmar el instinto de Senjuro, aunque no le gustara.

— Perfecto, gracias — dijo Kyojuro entregando la prenda a un beta que no había visto hasta ese momento.

— Me retiro, por favor hazle llegar mi agradecimiento por tan delicioso te a tu madre — Tanjiro hasta confundió al alfa, no era el hermano protector que había sido en el momento en que lo conoció, este Kyojuro era educado y calmado, no un casi bárbaro capaz de proteger a su pequeño hermano omega.

Aun estupefacto observo la sutil retirada del otro alfa, tan seguro y empoderado del mundo, Tanjiro pensó enseguida, así se veía un alfa que nunca le había faltado nada en el mundo.

Como si le pesara Tanjiro recordó el paquete en sus manos, curioso lo examino, ¿Qué tendría dentro? Debía ser una prenda como le había pedido Kyojuro, estaba cargada de las feromonas y aroma de Senjuro.

Sin poder evitarlo llevo y lo pego en el aun envuelto bulto a su nariz, respirando hondamente, maravillándose del aroma entre cada inhalación y exhalación, estaba en el cielo.

Su verga se sacudió dura como un pedazo de madera rígida, nunca se había sentido tan excitado por el aroma de un omega, el preseminal goteo y su erección dolió al volver a sacudirse por el aroma una vez más, necesitaba a Senjuro.

Tendría que conformarse por esta vez y por un largo tiempo más con su mano, lo necesita con urgencia, el aroma en sus manos lo tenía demasiado caliente como para pensar con claridad, así que tomo una decisión que sabía que se arrepentiría más tarde.

Emprendió carrera hacia los sembradíos, necesitaba estar solo con prisa, casi tropezando con su madre en el camino en su carrera, apuradamente y le dio tiempo de desviar su desesperada carrera.

— ¡Tanjiro! — grito su madre indignada cuando vio a su hijo mayor no detenerse y disculparse, no era así como lo había educado.

— ¡Lo siento mamá! ¡Kyojuro tuvo que retirarse, pero agradeció tus atenciones! — grito aun sin detenerse.

Tenía un asunto doloroso que atender y ni loco se detendría a hablar con su madre con una furiosa erección.

Corrió entre la siembra buscando un buen lugar para atender su asunto tan vergonzoso, ni loco lo hubiera hecho en su casa, con toda su familia despierta y en alerta, le tocaba hacerlo en el único logar donde no lo molestarían.

Se detuvo cuando se cercioro que estaba lo suficiente lejos de casa, cerca de un gran árbol rodeado de maizales y hierva alta.

Se dejo caer sentado a las orillas del árbol y comenzó a desenvolver desesperado el perfectamente doblado paquete, al descubrirlo por completo encontró un hermoso kimono con patrones florales color rojo.

La seda parecía costosa y de buena calidad, las costuras estaban bien echas y era hermoso, como nada de lo que había visto antes.

No le importo arrugarlo al tomar un puñado de la tela para pegarla a su nariz, respirando profundamente, deleitándose, regocijándose, sintiendo lo estragos en su cuerpo y la electrizante sensación que le hacía sentir.

Ni siquiera se dio cuenta cuando tuvo su verga en sus manos y mucho menos cuando comenzó a supurar su lubricante natural para aflojar al omega,

Su mano inquieta comenzó a masturbar furiosamente, gruñendo sobre la tela, respirando excitado, la imagen de Senjuro fresca en su memoria.

Tiempo de Promesas⌠TanjiSen⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora