Capítulo 2:

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¡Espera un momento! ¡Nunca le había dado la dirección de su clan! Esos clanes superiores sí que daban miedo, comenzaba a darle escalofríos al sentir que sería investigado hasta cuantas veces iba al baño.

Todo fuera por Senjuro, su compañero predestinado.

Poco tiempo después Tanjiro corría a toda velocidad hacia su hogar, no podía esperar a darle la extasiante noticia a sus padres, sabía perfectamente que se alegrarían infinitamente por él y su buen futuro.

Al llegar a la entrada de su casa, no midió su fuerza, estampado la puerta corrediza contra el marco, provocando que más de uno de sus hermanos saltara sobre saltado.

Tanta felicidad no cabía en su ser, su cuerpo temblaba de gozo y jubilo, había encontrado a su omega, a su compañero predestinado, viviría toda su vida como sus padres hasta ahora, llenos de amor y comprensión, aunque tuvieran sus fuerte peleas de vez en vez, siempre el fuerte lazo que compartían los unía aún más.

Iba tan metido en su jubilo que no noto la puerta de la habitación de Nezuko abrirse, ni a su hermana cruzarse por su camino, ambos chocaron de frente, Nezuko golpeo su hermoso rostro contra su ancho pecho, Tanjiro parpadeo confundido cuando sintió y escucho a su hermana respirar profundamente sobre su ropa del ejército.

— Hueles a omega — murmuro frunciendo el ceño.

— ¡Tanjiro! — grito indignada.

— ¿Otra vez andas en tus andadas? — fue turno de Tanjiro de fruncir el ceño, sus perfectas cejas se juntaron en consternación al comprender a lo que se refería su hermana, era verdad tuvo un tiempo de promiscuo, andando de omega en omega, era joven y estúpido, la edad era buen justificante, pero ya tenía tiempo sin realmente sus aventuras de una noche, se había centrado y ahora tenía sus objetivos bien definidos, y por ahora lo único que más deseaba era a Senjuro.

Tanjiro bufo, Nezuko no tenía nada que decir al respecto, ella tampoco había sido una perita en dulce, así que molesto la arrastro con el hasta la cocina, donde sabía perfectamente que estarían sus padres, por la hora que era.

Soltó a su hermana en cuanto estuvo en frente de sus padres bastante sorprendidos de verlo tan decidido, hasta ahora Tanjiro no se había tomado las cosas enserio, era un alma libre y sería difícil de atar.

— Encontré a mi compañero predestinado — soltó sin más el alfa, debía comenzar a no soltar noticias tan impactantes tan repentinamente.

Tanjuro Kamado miro a su progenitor con la boca abierta, el jadeo de Nezuko fue bastante audible y Kie Kamado lo miro pálida como una hoja, el sonido del cucharon golpeando el piso fue el único otro sonido que se escuchó en la pequeña cocina, a parte de la exclamación de su hermana.

Tanjiro los miro a todos, nadie había dicho nada, ni hecho nada, no lo felicitaban como había esperado ¿Era tan sorprendente?

El carraspeo de su padre fue lo que saco los saco del momento super incomodo.

— Y quien es este supuesto omega — pregunto Tanjuro, aun sin crecer del todo a su hijo.

Los ojos rojizos de Tanjiro brillaron y se iluminaron al recordar a su omega, era tan hermoso y perfecto, tan distinto al propio alfa, Senjuro equilibraba perfectamente su relación.

— Es tan hermoso padre, su nombre es Senjuro Rengoku —Tanjuro casi se atragante con el sorbo de té que había tomado, de repente se había sentido tan sediento y ahora mucho más al escuchar el nombre del presunto compañero de Tanjiro.

— ¿Cómo dijiste? — interrumpió el parloteo de su hijo sobre su perfecto compañero.

Tanjiro hizo un tipo de mohín molesto que hacía desde niño, era su señal para dejar entre ver que le molestaba repetir sus frases.

Tiempo de Promesas⌠TanjiSen⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora