Keith y Voltron Oneshots

¿Crees que soy bonito? - Coran Centric

Resumen: Coran comienza a analizar su aspecto físico y se da cuenta de su atractivo preguntándole a Kosmo sobre el tema cuando al lobo cósmico solamente le interesa una cosa. Keith no entiende nada de lo que pasa.

Parejas: Ninguna.

Relación: amor propio e introspección personal.

Advertencias: Ninguna.

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Había algo que Coran no había hecho realmente, algo que creyó hacer pero a la vez no hizo y eso fue observar a los paladines.

La primera vez que los vio notó ciertas semejanzas con los alteanos en cambio sus aspectos lucían un tanto más primitivos por ejemplo sus orejas eran muy feas, eran ovaladas, no poseían alguna marca como la de los alteanos abajo de sus ojos y sus colores de ojos no eran tan comunes, al parecer lo eran en la Tierra pero no en Altea salvo el caso de Keith, quien poseía ojos violetas y por lo que había indagado ese no era un color muy común en la Tierra.

Quitando eso observó sus comportamientos, sus costumbres y sus expresiones. Fue hasta que llegaron a la Tierra que algo llamó mucho su atención. Primero fue el caso de número cinco, Pidge.

Su madre usó expresiones como "Mi hermosa hija, que bonita te has puesto" a lo que la mencionada se puso toda roja y empezó a quejarse de que no lo dijera en voz alta pero la adulta simplemente sonrió y comenzó de nuevo.

Otro caso que encontró es el de Shiro, varias personas encargadas del Atlas mencionaban lo "guapo" y "caliente" que era el peliblanco.

- ¿Caliente? - se dijo así mismo Coran y estuvo sobre Shiro todo un día entero para observar el cómo es que podía prenderse fuego pero poco después aprendió que era una expresión que significaba que lo encontraban atractivo.

Lo que más le llamó la atención fue el caso de Keith. Escuchó a varias terrícolas hablar sobre su bonito rostro, entonces Coran se puso a observar un poco con detenimiento ya que en su caso no había visto nada fuera de lo normal pero al parecer en la Tierra, Keith era guapo, atractivo y bonito, según sus estándares de belleza.

Admitía que Krolia es una mujer galra demasiado guapa e intimidante y de hecho ahora que tomaba ese aspecto, parte de la belleza no es tanto en rasgos físicos sino que de alguna manera se logra ese efecto de intimidar personas aunque no sean de una personalidad fuerte, claro que tanto Krolia como Keith tenían una personalidad bastante fuerte.

Pensativo, Coran, analizó

- Si traslado eso a alteanos ¡funciona! - exclamó con sorpresa.

Primero estaba su querido amigo, el rey Alfor, era demasiado atractivo y popular entre la comunidad alteana en sus tiempos de gloria pero también causaba intimidación. Probablemente los ancestros le jalaran de los pies o de alguna manera Haggar se daría cuenta y enviaría una sombra oscura a bofetearlo pero cuando Haggar era Honerva, ella era muy hermosa y también intimidante.

Es por ese motivo que estaba justo ahora enfrente del espejo de su habitación en el cuartel del Galaxy Garrison, analizando sus facciones.

- Recuerdo que el tatarabuelo Wimbleton era muy intimidante y según mi adorada madre yo heredé las cejas y su fuerte quijada - movió sus cejas, una arriba, la otra abajo y viceversa pareciendo un muñeco de ventrílocuo pero Coran no lo vio así. Giró su rostro para verse de perfil - Si. Definitivamente la quijada de tata Wimbleton.

¡Por los ancestros! ¿Cómo es que nunca había tomado algunas horas de su vida en analizar su rostro? ¡Que belleza! Y poniendo las cosas en retrospectiva, él era intimidante. La vez que todo el equipo dependía de él para rescatarlos permitiendo que Acxa lo ayudara a esa labor y con las pequeñas maniobras de los ratones, logró intimidar a toda una banda de soldados galra. Claro, también estaba el caso de los otros habitantes de los demás planetas como Balmera, recordaba la impresión que dio a sus habitantes de ahí ¿cómo es que se le había escapado ese detalle?