El Plan no Fue Transmigrar || YIZHAN

Capítulo 9: ¿Merezco un premio?

Cuando Xiao Zhan se despertó, vio el inmenso cielo azul sobre él.

¡Espera!

¿Durmió tanto tiempo?

—Zhan-ge, ¿Estás despierto?

—Claro que no, ¿Cómo se te ocurre? —bromeó mientras se incorporaba —por cierto, ¿Me puedes explicar cómo es que dormí tanto tiempo?

—Gege, creo que estás confundido. En realidad salimos más temprano de lo que pensaba. Resulta que la Seca Gusu lan fue a Qishan Wen y al enterarse de la cacería vinieron en nuestra ayuda.

—Vaya, eso fue inesperado. ¡Qué buena noticia!

—No del todo Gege, sabes que ahora Gusu Lan fueron declarados enemigos de Qishan Wen, ellos aún son muy poderosos. Temo por ellos.

—Debemos hacer algo, didi.

—Bueno... Lo primero que debes hacer es...

—Ya dilo, habla correctamente.

—Gege, necesitas ropa.

Xiao Zhan se vio a sí mismo y notó que estaba en ropa interior y además estaba mojada.

—¿Qué demonios?

—Fue todo el ajetreo de movilizarte didi, la ropa mojada te hacía más pesado y así que me deshice de ella. Pero aquí tienes ropa nueva y seca —dijo estirando un conjunto de ropa apropiada.

—Lo tomaré, pero sigo pensando que quitarme la ropa no era necesario.

—Lo dices porque no fuiste tú quien tuvo que cargar todo el peso en la espalda.

—¿Te estás quejando de mi peso?

—¿Cómo crees?, si eres perfecto.

Xiao Zhan abrió los ojos llenos de sorpresa. Wang Yibo sólo bajó la mirada avergonzado de su lengua floja.

—Por favor, cámbiate pronto. Debemos irnos.

Se alejó para darle espacio para cambiarse.

¿Desde cuándo Yibo se había vuelto tan osado? Zhan estaba ardiendo por dentro de vergüenza y ternura.

Se vistió tan pronto como pudo evitando que todos los pensamientos que llegaban a su mente lo abrumen más.

Una vez listo, fue hacia donde estaba Yibo, pero se encontró con que este estaba hablando con el pavo... Es decir, Jin Zixuan. Este se giró y notó su presencia así que se despidió del otro para ir hacia su gege.

—Malas noticias. Tendremos que separarnos, Zhan-ge.

—Lo suponía, pero honestamente no me agrada esto. ¿Y si pasa algo mientras estamos separados? ¿Cómo se supone que volveremos así?

—Gege, por ahora sobrevivir es lo más importante. Ve con esos discípulos de allá, ellos van a Muelle de Loto para llevar un recado al señor Jiang.

—Didi, has madurado. Te felicito.

Wang Yibo sonrió encantado por el repentino halago.

—¿En serio? ¿Merezco un premio entonces?

—Olvídalo, nos vemos. Cuídate mucho.

A la distancia, asintió hacia Yibo antes de desaparecer en el horizonte.

Llegó a Muelle de Loto después de varios días. Allí, vio a Jiang Cheng que estaba por salir a buscarlo. Este, al verlo se abalanzó hacia él dándole un inesperado abrazo.

Xiao Zhan sintió su corazón llenarse de ternura, correspondió el abrazo antes de que el de morado se soltara y le diera un suave golpe en el brazo.

—Maldito idiota, ¿Tienes idea de lo preocupado que estaba? ¡Te dije que no jugaras al héroe!

—Yo también te extrañé —respondió Xiao Zhan.

—A-Xian... —lo llamó Jiang Fengmian —me alegra ver que estás a salvo.

Xiao Zhan le dio un asentimiento con una sonrisa en el rostro.

Los saludos no duraron mucho, pronto hizo acto de presencia la señora Yu, y todo lo que tenía que pasar, pasó.

Xiao Zhan sabía que algunas cosas son inevitables, eran una parte innata de la trama. No podía cambiar el hecho de que la señora Yu lo odiara.

Al cabo de unos días, Jiang Fengmian se despidió de su hijo y Xiao Zhan, iba a la Secta Lanling Jin a pedir ayuda para enfrentar a la Secta Qishan Wen. Tal como ocurría en la novela.

Xiao Zhan sabía lo que ocurriría. Ahora venía la parte más difícil. Era tiempo de probar el resultado de su cultivo.

Esa noche, hizo una matriz de protección alrededor de las tierras de Muelle de Loto. Puso talismanes en varios puntos y preparó otros más y los puso en su manga espacial por prevención. Una vez hecho eso, se dedicó a meditar.

Llegó la mañana y ese sería el primer día en el que el líder de la Secta estaba ausente. Fue también el día en el que vinieron unos discípulos a dar la noticia de que uno de ellos había sido tomado como prisionero. Y los atacantes ingresaron a la Secta sin ser invitados.

Wei Wuxian se preparó para lo que sabía que sería inevitable.

La señora Yu se hizo cargo de la situación a su manera y tal como lo pidió la doncella de Wen Chao, castigó con Sidian a Xiao Zhan. Este quedó muy mal herido.

Resultó que esa arma era mucho más poderosa de lo que se había imaginado. No podía moverse en lo absoluto. Sólo pudo ver con impotencia cómo la señora Yu castigaba a la doncella y prácticamente le declaró la guerra.

Pronto comenzaron a llegar más discípulos de la secta Qishan Wen que atacaron a todos sin piedad. Los talismanes y la matriz de protección no habían sido muy efectivas para su desgracia. La señora Yu tomó a Jiang Cheng y a Xiao Zhan y los llevó al puerto donde había un bote. Wei Wu Xian sabía lo que planeaba hacer.

Con esfuerzo sacó de su manga espacial una medicina preparada especialmente para un momento como ese. Tenía un efecto diferente de la medicina convencional, porque en realidad no curaba nada. Solo apaciguaba el dolor e incrementaba la energía en el cuerpo por el lapso de treinta minutos. Pasado ese tiempo su cuerpo volvería a su estado original.

No era mucho, pero no tenía otra opción.

Se tomó la píldora y a los pocos segundos se levantó como si nunca hubiera estado herido.

—Señora Yu, lo siento.

Sin esperar a que ella dijera nada, corrió de vuelta a la secta con Suibian en su mano.

Sacó a su espada de su vaina y esta se manchó de sangre por primera vez desde su transmigración.