Capítulo 19: ¿No se Nota que estoy Castigado?

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Lo que pasó a continuación no estuvo en el guión.

Lan Qiren se enojó, por supuesto.

Dio un discurso a ambos con la rabia escapando por sus oídos, naturalmente.

Luego se marchó de la cacería nocturna junto a Wang Yibo. Prácticamente lo obligó a marcharse y prohibió que se volviera a encontrar con "Wei Wuxian" que había sido la raíz de su inmoralidad.

No se hizo público el asunto, pero Lan Qiren informó a Lan Xichen acerca todo lo ocurrido. Este no tenía una expresión de gran sorpresa y además se mostró neutral, algo que Lan Qiren no esperaba.

✨✨✨

Xiao Zhan estaba muy preocupado por Yibo. En su interior había tenido una sospecha de que alguien, tarde o temprano, terminaría descubriendo su relación ambigua. Solo no sabía que sería la persona que más odiaba a su personaje.

Todo mal.

Después de la cacería nocturna, todos se reunieron en el salón de invitados de la Secta Lanling Jin para una cena especial donde se anunciaría algo importante. Estaban representantes de todas las sectas, pero de Gusu Lan solamente estaba Lan Xichen junto a otros discípulos. Estaba tan concentrado en el asunto de Yibo que apenas logró escuchar lo que decía en dicho anuncio.

Fue hasta que dio un vistazo al centro de atención que sintió como su alma casi abandona su cuerpo.

¡Wen Ning Y Wen Qing!

¡¿Pero qué demonios?!

Xiao Zhan sintió todo su cuerpo congelarse. La parte más tenaz aún estaba por venir.

De alguna forma Jin Guangshan logró perseguir a los remanentes que habían logrado escapar, Wen Qing y Wen Ning, al ver que tarde o temprano serían atrapados, prefirieron entregarse por el bien de los demás.

Después de todo, el gran poder de la trama no puede ser subestimado.

—... Como parte de la celebración del nuestro triunfo, sacrificaremos a la sangre Wen restante, para completar nuestra victoria. ¡Será durante la luna llena! Es decir, en tres días.

Xiao Zhan sabía que era una injusticia y tenía toda la intención de rebelarse ante la idea, pero no podía cometer el mismo error de rebelarse ante todos para terminar en la miseria más tarde.

Sigilosamente salió del lugar rumbo a Gusu Lan, pese a toda la tensión con Lan Qiren, tenía que hablar con Yibo.

Su viaje no duró mucho ya que sus habilidades habían mejorado considerablemente, provocando que su velocidad al viajar en espada fuera casi inalcanzable.

El problema vino cuando llegó a la gran entrada a la Secta, misma que tenía un sello que si osaba romper alertaría a todos de su intrusión. Sin embargo, siempre valdrá más la maña que la fuerza. Noqueó a uno de los vigilantes de la noche y tomó "prestado" su pase.

Se escabulló hasta el Jingshi, allí tocó suavemente a la puerta. 

Una voz profunda habló desde el interior.

—Adelante.

¿En serio iba a permitir que alguien pasara a su morada sin preguntar por su identidad primero?

Algo dentro de Xiao Zhan se removió haciéndolo sentir incómodo.

Abrió la puerta y cerró la misma tras de sí. Se acercó lentamente y cuando Yibo levantó la mirada esta se iluminó al instante.

—¡Zhan-ge!

—Veo que la estás pasando bastante bien —dijo.

No pretendía sonar sarcástico de alguna manera sus palabras sonaron a reproche. Yibo se levantó y fue hasta él.

—¿Pasarla bien? ¿No se nota que estoy castigado aquí? Tengo prohibido salir gege.

—Pues muy triste no pareces.

—¿Prefieres que esté llorando como Magdaleno? Gege, tengo algo de dignidad.

Xiao Zhan tomó asiento en una de las sillas y sonrió.

—Lo importante es que no has sido azotado, didi, tengo algo que discutir contigo.

Le contó todos los detalles de lo ocurrido en la Secta Lanling Jin y de lo que había visto, Ambos tenían expresiones serias y trataron durante algún tiempo de pensar en una solución. Pero esta no era tan fácil de hallar, para todas las variables habían consecuencias.

Xiao Zhan no quería ser el enemigo público, Yibo tampoco se o permititía. 

Pero... ¿Y si lo hacía alguien más?

Ambos acordaron rescatarlos bajo otra identidad.

Una noche de luna creciente, ambos se escabulleron en la prisión de la secta Lanling Jin usando ropa negra y sus rostros también estaban cubiertos. Tuvieron que noquear a más de un guardia y luego ocupar sus lugares para poder ingresar sin levantar sospechas. 

Cuando lo hicieron, vieron una escena miserable. 

Los hermanos Wen habían sido maltratados y su estado era muy lamentable, especialmente Wen Ning, quien tenía un ojo morado y varias magulladuras en su piel visible.

Estos, al verlos, quería expresar un agradecimiento.

—No hay tiempo, pronto sabrán que alguien ingresó aquí, dejemos los saludos para después.

Así, Xiao Zhan y Wang Yibo rompieron las cadenas y abriron los cerrojos tan pronto como pudieron. 

Entonces una voz vino de lo profundo de una celda.

—¿Escapando? Al parecer llegó mi día de suerte.

Xiao Zhan y Wang Yibo sintieron la piel erizarse porque conocían esa voz. 

¡Xue Yang! 

—¿Saben? Hay una alarma justo aquí que pudo presionar muy fácilmente. Vendrían y los atraparían como a conejos, yo tal vez reciba una bonificación por cooperar.

—Sueña si piensas que te dejaré hacerlo —dijo Yibo cambiando su voz.

Xiao Zhan encontró en sus palabras un mensaje oculto. Entendió que trataba de decirles algo, por lo que fue al grano.

—¿Qué quieres?

Xue Yang se incorporó lentamente, sus manos estaban atadas al igual que sus pies, pero eso no impedía que en su rostro brillara una sonrisa encantadoramente siniestra.

—Llévenme con ustedes, solo así no haré nada.

Wang Yibo iba a negarse rotundamente, pero en ese momento se escuchó un alboroto afuera y supieron que se les acababa el tiempo.

Xue Yang persuadió.

—Además, soy muy bueno en artes marciales.

Xiao Zhan sabía que era peligroso, sabía que era un personaje traicionero. Pero también sabía que no tenía más opciones ni tiempo. 

Con su espada camuflada con un hechizo cortó sus grilletes y de inmediato le dio un golpe en el estómago, seguido de eso introdujo algo en su boca.

—Gege, no podemos confiar en él.

—Claro que no, pero desde ahora todo es diferente.

Xue Yang trató de escupir pero no salió nada de su boca. Sin embargo levantó la mirada llena de odio y gritó.

—¿Qué me diste?

—Nada dañino. Solo que ahora, si yo muero, también morirás. Hechizo de destino de vida y muerte.

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Lo sé, me tomó mucho. 

Pero de verdad que la vida de una adulta, cof cof, pus sí we, no es fácil. Trabajo full y el tiempo es corto para lo que me gusta. Pero no abandono historias, ni esta, ni DESTERRADOS. 

Hasta pronto beibis 

El Plan no Fue Transmigrar || YIZHANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora