especial San Valentín (1/2)

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La mañana habia comenzado bien, quizás para el peliblanco, quién adormecido y somnoliento, se dirigía a su baño para poder cepillar su melena. Si bien no tenia largos hilos de cabellera, los mismos eran en cantidad, teniendo incluso que mojar constantemente estos para que perdiesen volúmen ─el sudar por la cabeza era ciertamente una ventaja, ya que ayudaba en ese proceso durante sus clases o entrenamietos─, fuera del caso, su proceso de mañana solo consistía en peinarse, limpiar rostros y dientes, despertar a su hermano para desayunar con ambos padres e ir a clases. Esa rutina solía romperse cuando quedaba con sus amigos o tenia pendientes en su equipo donde jugaba.

Bajó las escaleras, antes de ir a la habitación de Ranpo, quería despertarlo con un desayuno de su gusto, pero ante su sorpresa el menor ya se encontraba en la mesa solitario comiendo de unos waffles con crema y frutillas, atento a lo que en la televisión parecia transmitirse un episodio de su caricatura favorita "Bluey". Lo observó pasajeramente con una sonrisa, al parecer sus padres antes de retirarse al trabajo le quitaron una responsabilidad de encima, fue directo a la cocina para tomar su plato de tostadas con la taza de té que tanto ama.
No supo incluso con esa larga y fuerte confianza de hermandad si interrumpir con un saludo o simplemente hacer que no estaba allí, al mover la silla para sentarse esa duda se esfumó puesto que los ojos cerrados del chico lo observaron momentáneamente.

─ buenos días, Fukuzawa-san.

─ hey... ¿cómo dormiste?

La pregunta pareció ser ignorada, no le prestó mucha atención a eso, era evidente su interés por la serie. Pudo oír como masticaba emocionado el trozo de postre. Sin embargo él tomó de su té disfrutando la calidez de este entre sus manos y garganta, disfrutó más la sensación cuando cerró los ojos.

─ hoy es San Valentín. ¿Tienes a alguien con quien pasar?

Dejó su taza de té a un lado, media vacía o media llena, ¿cuál era el término correcto?
Negó, no lo miró a él ni otro lugar que no fueran sus tostadas. Tomó una, sin dudar en pegar un mordisco. Desde reojo pudo notar como Ranpo movía el plato hasta adelante indicando que acabó.
La pregunta lo dejó un poco desconcertado, tampoco había pensado con quién pasarla, tampoco es que tenía muchas opciones.

─ Lo imaginé... Mamá me retirará antes, yo tengo una cita, pero con el médico ─comentó casi como con tono burlesco, el más alto lo miró con gestos preocupados─ no me mires así, celoso... hmp.

─ Entonces volveré solo.

Soltó una pequeña risa ante la reacción quisquillosa del menor, lo estaba disfrutando. Gustaba disfrutar con él cada pequeño o gran momento, era una de las personas más importantes para él.

(...)

─ ¡Fu-ku-za-wa-donoooo!~~

la voz de pelinegro se oía casi como una alarma, desde lo lejos de la acera su brazo se movía de lado a lado extendido hacía arriba, corría hacía él. Podía llegarse a pensar que corría emocionado por saludarlo, pero Fukuzawa notó a la pelirroja que corría detrás de él y no con buena cara. Mori no dudó en esconderse detrás suyo, notandose la diferencia de altura. Ranpo, que anteriormente habia entrado al instituto, lo observó desde lejos con una sonrisa para porfin desaparecer con un pelinaranja y castaño.
Ahora la voz irritada de la chica se hacía presente.

─ ¡Será mejor que te calles, Rintarō! ¿¡oíste!?, ¡¡NADIE debe saberlo!!

Con eso, la mujer desapareció ingresando al gran instituto. Ahora, el menor y él habian quedado completamente solos, Mori separó su cuerpo soltando un suspiro, pero ni con esa amenaza su sonrisa se desvaneció.
Prefirió no preguntar qué pasó, solo acarició la cabeza del chico como impulso, las reacciones que solía tener el menor le solían parecer tiernas, haciéndole olvidar el ser diabólico que llega a ser, ante el intento de colocar su mano sobre su cabeza, el contrario lo esquivo, con el semblante serio.

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