xxiv

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Lentamente iba decayendo, estaba en su última vida, había desperdiciado todas las que tenía, y en su último aliento, deseo haberle hecho caso a sus mayores.
A ellos todavía les quedaba un par de vidas, eran unos ancianos que sabían hasta lo más estúpido, pero que de alguna forma ayudaba a los recién nacidos.

Ella había desperdiciado todas sus vidas, muriendo por las idioteces más grandes, por cosas que claramente se podían evitar, pero que nunca le importaron porqué sabía que tenía varias vidas. Todos tenían una cantidad diferente, algunos solo una, otros unas cuantas, y otros unas miles, pero siempre eran distintas.

A ella le habían tocado trece, un buen número si lo piensas, ni poco ni mucho, lo "normal".

Pero claro, nunca valoro todas esas oportunidades.

一Fuiste una elfina muy desordenada y rebelde, Gava, ¿estás contenta de como has gastado tu vida? 一dijo la reina, mientras acariciaba sus cabellos con delicadeza.

一Reina Dielle, le juro que no fue mi intención 一se lamentó一. Aunque crea que viví mi vida al máximo... La desperdicie bastante, me arrepiento, señorita Dielle.

一Ya es tarde para lamentarse, Gava, tuviste el tiempo suficiente para eso 一explicó一. Ahora deja de luchar, es tu hora, es momento de que comiences tu camino hacia lo divino, a lo que llamamos la eternidad.

Gava se acomodó en el regazo de la mayor y cerró sus ojos.

La reina seguía acariciando su cabello. Luego comenzó a cantar una canción de cuna, era la favorita de ella, y parecía que la de la joven elfina también, ya que sonrió al reconocerla.

一Señorita Dielle, creo que ya... Yo ya he...

一Silencio, Gava, tienes que descansar 一ordenó.

Llegaba la parte final de la canción, la mejor para muchos, pero Dielle terminó cambiando la letra, finalizando con un "ahora descansa, querida luna, la próxima noche nos veremos de nuevo".





06 02 2023
306 palabras.

Relatos cortos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora